La noche de mi muerte | Secretos

Se habían puesto a pensar en la gran magia que tienen los textos y en como logran llevarnos a distintos lugares abordando palabras.

Las palabras son el tren y el destino está por verse al final de cada escrito.

Por primera vez decidí escribir una historia algo distinta a lo que suelo escribir siempre, tiene varias partes que iré subiendo poco a poco. Espero les guste.

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Entro en la sala, y voy desnudándome mientras me arrebató cada secreto de encima, siento como la humedad me recorre, es mi rostro empapado en lágrimas. Te miro y me enfrento de una vez a quien en realidad soy, aunque eso implique vivir condenada, pero no estoy dispuesta a seguir siendo mi propia carcelera. Si alguien debe castigarme, ya la vida se encargó; siempre se encarga, aunque corra o me esconda, ella siempre llega por mi.

Es un laberinto de calles y todo termina en un callejón cerrado, siempre preferí eso... por momentos creí que podrías lidiar con ello, conmigo, con quien en verdad soy pero hoy me he dado cuenta que todos mis miedos eran ciertos, si quiero contar con alguien solo puedo comenzar por mi. Aunque me ames, quizás amas más lo que crees que soy, y esa en verdad no soy por completo yo.

No tengo miedo, todo va más allá, una vez más allá de los comentarios banales, de las miradas incómodas y las voces susurrando en el fondo. Solo estoy de pie observándome mientras el mundo se desmorona, ya no lo noto, quizás lo viví tantas veces en mi cabeza que cuando se volvió real dejó de importar , tantas cosas dejaron de importar sin darme cuenta... pero soy más feliz así y creo que de eso se trata.

Muchos hablan de un amigo y lo buscan sin parar, antes yo creía que tenía algo particular, pocas veces llegue a conocerlo pero creo que fueron las veces justas. Fue cuando más lo necesite -o eso creía- ahí seguía el vacío, ese vacío que no podía llenar mi amigo, a quienes muchos llaman dinero, los mejores lo llaman codicia pero son igual al resto que le pone miles de nombres: amor, necesidad, ansiedad, tristeza se presenta en mil formas y en todas suele ser una búsqueda infinita. Lo encontré por un rato, y fue suficiente para notar que todo va mucho más allá, hay cosas que no se pueden apaciguar con algo tan banal.

¿Quien soy? ¿Acaso importa? ¿Adonde iré después? ¿Que queda luego?

No lo sé y no pienso mucho en ello porque estoy ocupada en algo mas, no se que es pero es más grande que yo y va a mil revoluciones por segundo, puedo entenderlo más no sé si pueda seguirle el paso... ¿Que es? Soy yo, en varías formas, todas ahí observándome de pie, unas con cara feroz, otras más oscuras y muchas que desearía ver más a menudo, quizás me acostumbré a mentir, y a no sentir pero no es quien soy.

Al parecer la única persona que puede protegerme de mí, soy yo.