Hola Hola! Espero que estén muy bien, viviendo y sonriendo a pesar de las vicisitudes que puedan presentarse, recordemos que son parte del camino y que nos llena de aprendizaje, pero si necesitan llorar... también es válido, que nada ni nadie nos detenga.

Siempre me pregunto ¿cuándo comenzó todo esto? Y siempre me respondo: Alicia, esto comenzó cuando dejaste de lado el querer tenerlo todo rápido, cuando respiraste profundo, dejaste de un lado la victimización y te diste cuenta que las cosas llegan poco a poco, luchaste sin dar tu pie a torcer para seguir frente a esa tormenta de obstáculos, justo en ese momento fue cuando todo comenzó a ser parte de una gran prueba que Dios tenía para ti y que hoy en día estás preparada para superarla!

Hoy quiero pensar en algo ¿qué me detiene para conseguir esa meta y objetivo que tanto busco? Te juro que no es fácil, nada llega seguro en esta vida (solo la muerte) a menos que luche cada día por conseguirlo, Dios está siempre presente, no lo olvides él estará contigo hasta en la tormenta más fuerte de tu vida.

Quiero enfocarme en mí, en mi susceptibilidad ante las adversidades, pues siento que paso diariamente procesos súper complicados a nivel familiar, personal, y de pareja que me impiden poder desarrollar todo mi potencial como ser humano: a veces me siento frustrada, ofuscada, triste, paralizada, y teniendo además una personita de cinco años que depende de mí, cuando escasamente siento que puedo atenderme a mí misma. ¡Es realmente complicado!

¿Y saben?, es NORMAL. Nadie nos enseñó a priorizar, organizar y seguir nuestro corazón (por el contrario, nos enseñaron a callar y a obedecer sin razonar), nadie nos dijo cómo sería que alguien dependiera de ti (porque muchas veces nos enseñaron a depender), y mucho menos nos enseñaron que hacer cuando la carga emocional es tan pesada, que no podemos ir “más allá”.

Cuando esas cargas emocionales nos consumen, levantamos la mirada y sentimos que el mundo se nos cae encima y en ese momento te das cuenta que se te destroza el corazón.

Pero, ¿saben qué?, nuestro espíritu persistente, altivo, incansable, nos ayuda a superar cada carga emocional sea cual sea, saber llorar en los peores momentos, saber reír en los mejores, abrazarnos a nosotros mismos y aprender de cada experiencia nos lleva a esa autoconocimiento que necesitamos para vivir.

Tenemos que entender que no nacemos con un manual, ni nadie nos enseñó cómo es la cosa, pero aprendimos a ser mejores personas y amarnos infinitamente, el día que nos conocemos a nosotros mismos. Hay momentos en el que la vida nos pone a prueba, instantes de felicidad que parecieran que se detiene esperando a que "algo pase" para volverse momentos eternos.

Si nos amamos, respetamos, queremos, deseamos bonito, trabajamos con proactividad y asertividad, EL MUNDO entero, todo aquello que nos rodea, se alinea con nosotros: nos corresponde abriéndonos puertas, bendiciéndonos, complaciéndonos... somos el reflejo de todo lo que rodea, TODO EL TIEMPO.

¡Si necesitas llorar… llora, si necesitas reir… rie… si necesitas bailar… baila… solo necesitas tiempo y Amor y eso está en tu corazón!