Suelta tu bolsa de basura
Se cuenta la historia de un hombre cuyo aspecto era poco agradable, ropas sucias y andrajosas; manos desaseadas, rostro ennegrecido, se podía ver con claridad su estado de precariedad. En su hombro acostumbraba cargar una gran bolsa en cuyo interior guardaba objetos sin valor, desperdicios, basura y otras cantidades de desechos.
Cierto día el hombre se dispone a iniciar su tarea de recorrer casa por casa, llamar a la puerta y pedir cualquier cosa que pueda saciar su hambre y sed. Unos con amabilidad se desprendían de alimentos y agua para ayudar al individuo, otros simplemente cerraban sus puertas con desprecio negando cualquier contribución en favor del pobre hombre. Continúa su travesía llegando a una casa que parecía de revista, limpia, hermosa y bastante cuidada. Toca la puerta y le atiende un anciano de cabello blanco, sonriente le responde:
-- ¿Qué desea querido amigo? ¿En qué puedo servirle?.
El hombre sorprendido por la actitud de aquel anciano contesta:
-- Lo único que quiero es un bocado de pan y si no es molestia un poco de agua.
Enseguida aquel anciano procede a cumplir la petición del hombre. Un pan cuyo brillo lo hacía tornar delicioso con un vaso con agua refrescante. Lo entrega y subsecuentemente le hace una invitación formal al hombre a pasar a la casa argumentando que está por terminar un exquisito almuerzo.
Aquel hombre no lograba entender lo que estaba sucediendo, decía:
-- ¿Cómo puede este anciano invitarme a su casa viendo mi condición?
Sin comprender aún la situación, el hombre entusiasmado acepta la invitación.
El anciano emocionado lo invita a entrar a la casa con una condición:
-- Entra y ponte cómodo. Buscaré algunas prendas de vestir que sean de tu talla. Date un buena ducha y luego compartiremos el alimento pero debes dejar afuera la bolsa de basura, es la única condición que te pondré.
Aquel hombre se sumergió en una profunda tristeza que se podía notar claramente en su rostro. Negando la invitación, se retira con su bolsa de desechos en su hombro. No quiso desprenderse de ella.
El anciano cabizbajo cierra la puerta tras sí angustiado por la decisión tomada por aquel hombre.
REFLEXIÓN
¿Cuántas veces hemos perdido grandes oportunidades por no soltar la bolsa de basura? ¿Por qué nos cuesta tanto desprendernos de aquello que no nos es sano?. Para alcanzar grandes cosas en la vida es indispensable soltar lo que nos afecta, lo que nos daña.
Depura lo negativo que tu mismo formaste, desaste de aquello que cargas que no te deja avanzar y tener un vida plena sin cargar innecesarias. Suelta el egoísmo, suelta la vanidad, la ira, el odio, la tristeza, la desilusión. Es tiempo de echar fuera lo que te impide crecer, amar, soñar.
Fuente de imagen
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Lucas 1:37: "Porque nada hay imposible para Dios."
Muchas de las cosas que nos dañan han sido puestas por nosotros mismos voluntaria e involuntariamente. Soltar es una decisión no sólo física sino mental y es un paso que nos sentará bien dar pues eliminaremos lo que nos oprime, nos desgasta, lo que nos roba la energía y las buenas oportunidades.
La vida se basa en decisiones buenas y no tan buenas. No seas como este hombre que desperdició una jugosa oportunidad por no soltar su bolsa.
DIOS TE BENDIGA
DIOS TE BENDIGA
Excelente relato y reflexión me ha gustado mucho, es cuestión de dejar a un lado los apegos, ya que dejando lo que "tenemos" podremos lograr lo que queremos, hay que hacer lugar para aquello que anhelamos...
PD: En esta parte se escribe "deshazte"...
Hola @pabloptimista, gracias por tu apreciacion y tomarte un tiempo para leer. Gracias también por la corrección amigo. Que gusto que te haya agradado. Saludos.