Corazón oaxaqueño
Dos por uno señores. Artesanía e historias de trueque a la vez.
Foto: Corazón oaxaqueño (Canon T5i)
Para no hacérselas cansada, les cuento que hice un cambiazo de una cosa que tenía arrumbada sin mucho propósito por dos suculentas botellas de kombucha que pienso tomarme bien frías. (Sí, a veces también le hago a lo naturista con un poco de culpa hippie.)
Cambié este corazón. Llegó a mis manos como regalo en una boda. Fue un bodorrión de aquellos que duran una semana. Yo únicamente fui a dos días de la fiesta: la boda en sí y la "tornaboda", como le dicen. La boda fue entre un oaxaqueño y una veracruzana (o algo así). La verdad, la fiesta estuvo fabulosa. La misa fue en Santo Domingo, que es poco menos que LA iglesia para casarse si eres de la ciudad de Oaxaca. Para separar el lugar hay que apuntarse en lista de espera por un año. Es re codiciado casarse en esa iglesia colonial de cantera verde y magueyes embrigadores.
Para quienes conocen México, sabrán que Oaxaca es la tierra de la bebida espirtuosa de moda: el mezcal. Oaxaca es tierra de artesanos, músicos y maestros mezcaleros. Este corazoncito era uno de tantos que repartieron a las mujeres que asistimos a la fiesta. El lugar de origen de la pieza lo desconozco, pero es típico de la zona de los Valles Centrales de Oaxaca. Es decir, es los alrededores de la ciudad capital de Oaxaca. La presencia de estos corazones pintados contribuyó al ambiente regional de la boda. Asimismo hubo una presentación de bailes regionales (que me perdí gracias a que mi amigo se perdió... ), la comida, los chapulines (sí, insectos para comer) y mucho, pero mucho mezcal.
Es un dije de madera pintado a mano y suelen hacerse de madera de copal. La verdad no me consta que éste en específico lo sea. Los he visto por 100 pesos (unos 10 dólares americanos), 200 pesos y hasta 400 pesos si están montados en algo especial o si los acabados son más finos. Ésta pieza tiene una decoración bicolor, con un fondo de pintura mate color verde turqueza y detalles de flor con volutas en pintura cobriza. En el dibujo predominan el trazo realizado con puntos. Se dibujan flores con puntos grandes y se acompañan con detalles de puntos minúsculos en el mismo color cobre formando círculos. En la foto pueden ver también mi elegante tapete de palma.
En este tipo de artesanía se valoran que los puntos sean muy tupidos. Por eso esta pieza seguramente fue relativamente barata, ya que el patrón del dibujo tiene poco detalle y poca variación de color. En la sencillez de la pieza se puede apreciar el núcleo de la técnica del artesano: los detalles con puntos y el alto contraste de colores. El éxito de estos corazoncitos, que volaron como pan caliente en la boda, es justo el juego de colores llamativos.
La vida de esta pieza conmigo llegó a su fin y lo puse a trueque. A cambio gané dos botellas de té fermentado conocido como kombucha, uno de sabor natural y otro con piña. En el mercado, cada botella tiene un valor comercial de 40 a 60 pesos.
Como balance final, debo decir que me parece un cambio exitoso. El dije no me costó ni un peso. La pieza seguramente no fue cara, ya que se compró a mayoreo para la boda y el diseño es muy sencillo. Gané productos con valor máximo de 120 pesos. Además, es posible que pueda reproducir la kombucha si hago un cultivo a partir de un poco del contenido, así que podría tener kombucha infinita a partir de este corazoncito oaxaqueño. Nada mal.
Que interesante historia, te seguire para ver todos tus post.
Gracias, Miguel. Te seguiré también. Por ahora me ando reactivando, así que serán historias viejitas :)
¡Brindemos por la kombucha y el mezcal!
¡salud! y gracias por leer
Gracias, abrazos mosqueteros :)
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