Las parteras del pueblo.

Hoy les quiero compartir una de esas experiencias de las personas mayores (en este caso de mi abuela)

Anteriormente en Margarita las madres parian en sus casas, eran ayudadas por unas señoras que hacían el trabajo de estar con ellas y atender el parto. Popularmente las conocían como "parteras"

Mi abuela me contaba que en su primer parto la atendió una partera de Los Robles, una señora llamada "Rosa", en el segundo parto la atendía "Marcelina Lares", ella era de Pampatar. Estas señoras llevaban sus maletencitos con sus implementos, tijera, alcohol, gaza y algodón.

Lo sorprendente era que en esos procedimientos hacían el corte del cordón umbilical de los niños con gran destreza, hasta limpiezas de las mujeres en caso de ser necesario  (lo que hoy en día se conoce como curetaje) eran todas unas mujeres experimentadas.

Las parteras eran famosas, siempre dispuestas a ayudar y atender a los niños que por nacer estaban; quizá en ese entonces no existían complicaciones legales, la gente tenía más confianza y era más humana; ese creo era el secreto de que todo saliera bien en esos nacimientos.

Cuenta mi abuela que nunca fue necesario para ella que le hicieran alguna cirugía, eran otros tiempos y las mujeres eran más fuertes en esos casos. Los últimos partos de mi abuela fueron en una clínica especializada y ella comparaba sus experiencias diciendo que los últimos fueron los que le dieron más trabajo.

Los tiempos han cambiado, a las damas se les debe tratar como el cristal, no por ser débiles, siguen siendo fuertes, pero la belleza del mundo y el milagro del nacimiento merece más cuidado. Igual se le agradece a aquellas parteras que existieron en algún momento necesario. Son esas historias las que debemos escuchar con atención cuando nuestros viejos queridos  nos cuentan sus vivencias, de ellas aprendemos que el mundo cambia en pro de una existencia.

Un abrazo a todos.

Bendiciones a todos en este día @electrodo.

Me despido dándole las gracias por aceptarme como uno de ustedes y esto es solo un abre boca de tantas cosas y anécdotas que les pudiera contar de mis días, hay quien dice que si me pusiera a contar mi vida pudiera escribir un libro que tengo más historias que condorito, jejeje….

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