Fue una vez en Faluya

Marcus, no me gusta para nada lo que veo, pero mira y presta mucha atención, -¿Estás viendo lo mismo que yo? mira el cable que conecta a ese punto, despacio, con mucho cuidado, cálmate y concentrarte, cualquier movimiento nos haría volar y ni hablar de este pobre diablo que tenemos al frente; decía el sargento especialista John Miller a Marcus.

El sargento Miller un hombre robusto con amplia experiencia comprobada, atravesaba por su tercer periodo de servicio en Irak; podría estar en otro lugar del planeta, pero eligió estar en ese punto conflictivo, por el contrario Marcus Torres un joven de padres inmigrantes mexicanos, quien creció en el suburbio de Detroit junto a sus hermanos. Marcus desde muy niño soñaba con pertenecer al ejército tratando de seguir los pasos de su abuelo, un hombre que luchó en la segunda guerra mundial y trajo para él y el resto de la familia numerables historias y anécdotas.

Mientras trabajaban contra el reloj y con los nervios increpados, a pesar de que ambos tenían experiencia y no era la primera vez que atravesaban por semejante situación, estaban preparados y concientes , cualquier día de labor podía ser el último, simplemente el destino de ambos se tornaba tal cual una caja de sorpresas.

El sol y la condición del lugar era terrible, ambos estaban incómodos con ese traje pesado, el calor era infernal y el sudor recorría cada parte de sus cuerpos, Marcus con su mirada expresiva invadida por los nervios decía a su amigo con voz entrecortada - ¡Diablos John maldita esta hora!, estoy agotado y ya mi cuello no aguanta, me quitaré este maldito casco, debería estar en casa junto a mi esposa en vez de quedarme aquí, no se que diablos me pasó que no salí en el helicóptero esta mañana.

El sargento John observando la tensa situación en la que ambos se encontraban, trato de tranquilizar un poco a su compañero - Cálmate muchacho y concentrate, esta no es nuestra primera misión ni la última, relájate, cierra los ojos y respira profundo, después de esto a casa y celebraremos con un par de cervezas bien frías mientras vemos el partido.

Marcus asienta su cabeza mientras se concentra en desactivar la bomba del cuerpo del pobre hombre que no paraba de llorar y suplicar que lo salvaran. -¿La ciudad de Faluya?, si el infierno existe ha de ser este el lugar, situada a 69 kilómetros al oeste, muy cerca de Bagdad, otro hueco más donde nadie desearía estar, solamente aquellas personas que les faltase un tornillo; a los alrededores existen muchos edificios antiguos nunca se sabe que sorpresa hay en cada uno de ellos, Faluya es un lugar extremadamente caluroso y polvoriento, las personas te observan con indiferencia, les digo, la verdad yo no pedí estar aquí, estamos peleando una guerra que no es nuestra y estamos en medio de ella.

En este momento estamos a 47° con el sol sobre nuestra cabeza y tratando de salvarle el pellejo a un desconocido. Las mujeres cubiertas con su burka de pies a cabeza observan a lo lejos detrás del perímetro de zona de seguridad; esas personas miran la escena como si fuera algo cotidiano de la vida, ya han pasado por tantas cosas, hasta peores, que nos observan con total tranquilidad esperando que en cualquier momento suceda algo imprevisto o inesperado, vemos muchos rostros expresivos, cualquiera de ellos pudiera ser quien active el detonador o salirse con una AK a dispararnos.

El tiempo juega en contra nuestra y la situación es más complicada de lo que habíamos pensado, faltando segundos por acabar el contador John comienza a tirar de mi, por las espaldas, mientras veo la mirada vidriosa del pobre hombre resignado a su suerte, en ese instante de segundos este cierra los ojos y murmura una plegaria de despedía, en ese justo momento el tiempo parecía congelarse, se siente una fuerte explosión, John y Marcus salen disparados por los aires cayendo a varios metros de distancia del lugar; el olor a sangre y muerte queda impregnada en el ambiente, aturdidos y desorientados por el impacto intentan levantase con dificultad, logran avanzar hasta llegar a un sitio seguro, pero esta vez, afortunadamente engañaron a la muerte.

El lugar era un caos, las mujeres corrían gritando desesperadamente y desde la azotea de los edificios que rodeaban a ambos soldados, se escuchaban gritos y ráfagas de disparos ensordecedores; un grupo de soldados sale al paso para proteger y sacar a los especialistas de aquella zona, mientras se escucha incesante el intercambios de fuego, una pieza de ametralladora calibre P-50 montada sobre el vehículo comienza a disparar ráfagas hacia los edificios abriendo bosquetes del tamaño de la cabeza de un niño.

Por una esquina sale corriendo en dirección hacia el grupo de soldados un hombre encapuchado forrado de explosivos sobre su cuerpo, varios de los soldados logran abatirlo ocasionando otra gran explosion; una granada de cohete RPG alcanza unos de los vehículo de la zona y este sale volando por la explosión entre el humo intenso y el fuego abrasador; entre tanto, un operario de comunicación se resguarda entre los escombros y comienza a transmitir el mensaje de ayuda...

-Alfa uno, aquí Bravo seis cuatro, cambio.

-Aquí Alfa uno, cambio.

-Alfa uno, Bravo seis cuatro, solicitamos apoyo, repito solicitamos apoyo, cambio.

-Bravo seis cuatro, aquí Alfa uno, informe de la situación.

-Alfa uno, nos encontramos bajo intenso fuego enemigo, situation varios heridos y muerto, para punto de extracción.

-Alfa uno, aquí bravo seis cuatro, nuestra coordenada es E43°47'9.56" N33°20'56.87"

-Bravo seis cuatro, dos black hawk va en camino, resistan, 10 minutos para extracción, el apoyo va en camino, que Dios los acompañe, cambio y fuera.

Cuando pude recobrar la conciencia estaba a 100 mts sobre el aire con el viento en el rostro, tenía una herida en la cabeza y un brazo dislocado; Miller se encontraba a un lado del artillero con su fusil HK416 disparando, haciendo lo que mejor sabe hacer durante todo el vuelo hacia la base, mi mente quedó en blanco, la película de aquel hombre y su mirada perdida estaba clavada sobre mi, se repetía una y otra vez.

Mis pesadilla se volvieron cada vez mas frecuente, es completamente cierto lo que dicen, que uno jamás olvida su primer muerto, cada vez que cierro los ojos veo rostros y escucho gritos, montón de gente muerta pudriéndose bajo el sol y sus mujeres e hijos llorando y señalándome, ojala pudiera cambiar las cosas.-"Esos malditos burócratas de Washington, solo les interesan sus medallas, sus cargos y el negocio que representa la Guerra", -Ojala pudiera cambiar las cosas ¿No crees que también somos responsables por todo esto?, preguntó Marcus a Miller, un profundo silencio reinaba el la habitation, nadie dijo absolutamente nada, después de ese largo silencio Miller le contesta a Marcus: -Hermano, juntos estuvimos en muchas misiones y hemos visto y vivido cosas que nos marcarán por el resto de nuestros días. -John, siento personalmente como si he matado a mucha de esa gente; pasaré el resto de mis días cargando esa culpa, nadie me entiende, mis manos están llena de sangre. John se acerca hasta Marcus y le responde: -Esta es nuestra realidad, ve a casa y olvídate de esos fantasmas.

A la mañana siguiente, Marcus recibe un oficio informando su retorno a casa y el conferimiento de la estrella de bronce al valor y espíritu de combate, así como la medalla corazón purpura por la sangre derramada por su país, un pedazo de metal más para adornar la pared; Miller desde la puerta del barracon se despide de Marcus con un fraterno abrazo seguido de su tradicional saludo militar, mientra observa como su amigo se embarca en el helicóptero y abandona la base, rumbo a casa. Desde el interior de helicóptero, Marcus saluda por última ves a Miller y le hace señal que pronto se reunirán para tomarse sus cervezas como acostumbraban en los viejos tiempos.

-Base delta cuatro, UH-60 SABLE, listo para despegar, motores listo, sistemas de navegación listo, solicitamos permiso para iniciar vuelo.

-Base, delta cuatro, permiso concedido, saludos y buena suerte.

-UH-60 SABLE, copiado y entendido, cambio y fuera.

El helicóptero comienza a elevar vuelo y con la claridad del día abandona la base. Horas después, John Miller en medio de su descanso, observa movimientos agitados del personal en base corriendo por los alrededores, así como soldados aprovicionando su equipo individual y subiéndose a sus unidades móviles de combate, con curiosidad pregunta: -¿Qué esta sucediendo?, uno de los muchachos responde: -Han derribado un helicóptero, cerca de Basora hace aproximadamente una hora, no hay noticias de sobrevivientes, estamos preparándonos para salir en la búsqueda.

La terrible noticia heló la sangre de Miller, sabia y estaba seguro que al helicóptero que se referían era donde Marcus iba, el día dio paso a la noche y la sospecha se hizo realidad, la lista y las bolsas oscuras retornaban a la base, Miller consiguió hojear el informe y encontró a su amigo en ella.

"Sgto. Marcus Torres infantería del Ejercito , 4to cuerpo de Ranger, 2da, compañía de apoyo de combate, explosivista de operación especial, número de identificación, 42070, situación: fallecido el 10 de abril del 2004, en la ciudad de Basora-Irak".

Miller respiró profundamente, dejó el informe sobre la bolsa y regresó a la barraca, buscó un par de cervezas y volvió junto a lo que quedaba de su viejo amigo, así paso toda la noche acompañando y rindiendo el último adios al que un día fue su hermano de arma y juntos juraron la bandera que cada día flamea en lo alto del mástil.

Este es mi 3er período de servicio, cada día puede ser el último, lo que he visto y vivido en esta tierra han dejado profundas marcas en mi, por el resto de mi vida, son mis fantasmas, supongo que con el tiempo se vuelve costumbre.

Ok muchacho, tranquilízate y observa bien, - ¿ Ves ese cable que conecta a ese punto?...

Por: @edurley
Fuente de imagen:
https://www.kreisbote.de/lokales/starnberg/gibson-hacksaw-ridge-braveheart-kino-7346527.html
http://vocesdelperiodista.mx/internacional/operativo-aereo-y-terrestre-mata-a-cientos-de-yihadistas-en-faluya-irak/