Historia. SEGUNDA PARTE: La vida es un sismo.
¡Buenas! comunidad amantes de las letras.
Presento la segunda parte de una historia, de estilo poético. Inspirado en un solo pensamiento tipo batalla emocional, que busca ser descifrado.
Fuente: http://www.launion.com.mx
La vida es un sismo.
Recorrer la vida sabiendo que en el trayecto te encontrarás con diversos caminos, pero, aún así no detenerse –es cosa de loco– y me hago la misma pregunta casi todos los días en delirio ¿Por qué no vivimos locos y felices? no me parece sencillo estar cuerdo y de nada reírse.
Ella suele darle animación a esas mañanas de tonalidad gris, pues sabía que en el transcurso del día se toparía con una pizca de motivación. Sin necesidad de caer en mundos fantásticos, es realista y no vive situaciones llenas de pleonasmos.
Violetta se encuentra sumergida en su ideología –¿Qué es un mundo si no lo puedes modificar?– y por más teorías que existan, de ahí nadie la sacaría. –Qué hace al mundo increíble, si vivimos una triste monotonía– piensa la joven sin ataduras e ironía.
Ante todo esto, en su último trimestre de la Universidad ella decide preparar una clase, cuya presentación por su persona, trataría el tema “La vida como un sismo”, con un público algo elegante. Sin duda, inicia el debate con una interrogante:
¿Qué hace al universo interesante?
He leído tu libro ¿Por qué te empeñas en querer cambiar el curso de las cosas? Por qué no eres capaz de aceptar que no todo es como tú quisieras. Si todo fuese como lo expresas, entonces no existieran reglas.
Escasos segundos de silencio hicieron acto de presencia, pero, ella responde sin resistencia:
- No somos quienes para decidir sobre la vida de otros, pero si capaces de reformar nuestro proseguir. La existencia no es tratada como deberían, no se trata de algo que tenga que ver con la mecánica.
El estudiante quedó poco convencido y ella continúa con tono de voz algo preparada…
- Es increíble el uniforme mental que se presencia a diario ¡Esto no es una obra de teatro! Y si así lo fuera, aseguro que más de un guion existiera.
Una joven chica del grupo, dio justo en el clavo con su pregunta –¿Qué hace usted para que su vida sea maravillosa y se sienta orgullosa de ello–.
Fue como viajar en el tiempo, recordar miles de hermosas circunstancias –¡Qué insólito!– pensaba Violetta en modo estática; pero, su respuesta fue lo que ella esperaba:
- Mi vida es grandiosa cada día llenándome de mucho conocimiento, estudiando y creciendo profesionalmente.
Por qué dar esa clase de respuesta ¡Que decepción! si era ella quien quería distorsionar el balanceo vivencial. Sin embargo, así culminó la clase, con más incógnitas y respuestas sin darlas a conocer, solo por entrar en reflexión…
En el momento que decidimos exponer nuestra forma de pensar, estamos opacando deliberadamente una mente ajena, sin propósito alguno. Entonces ¿Quiénes somos para impedir el funcionamiento diario de otra persona? cuando determinamos no emprender un viaje, sea por temor o por dudar, nos convertimos en obstáculos para los demás.
Después de tan atareado día, Violetta se atreve a realizar una corta travesía, hacia donde una vez conoció un chico que pudo notarla a pesar de su enredo con la psicología. –¿Cómo encontrarlo?– si solo sabía su nombre, Javier y que en días colapsados, iba al metro –¡Eso es!– se dirige al mismo sitio donde se conocieron.
Al llegar al sitio deseado, no sabía por dónde empezar, ni qué hacer, de hecho no sabía el porqué había ido hasta allá, solo sabía que quería. Entre la multitud y su desespero sumiso, fue hacia el mismo puesto donde entabló aquellas conversaciones llenas de libertad, con esa persona que ella buscaba. El traslado esta vez lo sentía solitario y aun en resignación, decreta no regresar por un rato.
Al finalizar el recorrido, para su sorpresa, Javier se encontraba a punto de irse en el siguiente grupo de personas hacia la siguiente parada. Violetta sin dudarlo lo detuvo y le menciona:
No te vayas… yo te buscaba.
H… hola, no esperaba… realmente no te esperaba. Dirigido a ella con asombro y firmeza.
Violetta empezó a sentir el ambiente caluroso, ese trance donde el cuerpo se torna caliente y deja sin palabras, con muchas emociones en torbellino y con una sensación de querer desaparecer en el abismo.
Lo lamento, no quise perturbar tu día… yo solo… me retiro.
¡Oye! no sabía que la fluidez de tu viento regresaría, eso hizo pensar que por ello no te esperaría.
No quise que me buscaran, yo he tomado la decisión de buscar mis destinos siempre.
¿Cómo sabes que soy tu destino permanente? Si en el pasado te detuviste.
Me notaste y al profundizar conmigo, seguiste a mi lado ¿Por qué?
Y sabía que te volvería a ver… porque que no sería el dueño de tu mirada pero si haría florecer.
¿Aunque seamos diferentes?
Javier le escucha y prosigue:
- Que a tu alma aventurera le diría que no necesita equilibrio pero, que con ella me encantaría contigo enloquecer.
Quería que le permitiera ser testigo de sus hazañas, de todo lo que la hace ser tan increíble como mujer y al caer la noche, que sea él quien guarde sus sueños y pueda cambiarle el color a su piel…
Esta vez, no perdería la oportunidad de remover el sentido de su vida y la de su compañero Javier, y en vez de expresión verbal, ella argumenta con un beso. –Y así cada mañana agradecer por tan atrevida decisión de quererme intensamente– expresa Violetta.