VIAJEROS, NO TURISTAS (fotografías propias)

Cuando viajo me gusta recorrer las ciudades y los pueblos, a mi aire, tranquilamente, hablar con la gente si el idioma me lo permite, coger el autobús de línea, el tren en que viajan sus habitantes, preguntar dónde se come bien, comprar en los mercados, utilizar el metro, desentrañar los planos de las ciudades, etc. No me gustan que me lleven y me traigan en autobús desde el hotel, comer con otros turistas en el sitio que han contratado previamente determinado menú. Esa es la diferencia entre ser viajero y ser turista. Viajeros ha habido siempre y grandes viajeros, cuando había que hacer el camino a pie, a caballo o en diligencia, si nos situamos en épocas más recientes.Turistas los hay ahora y demasiados: los ves por todas partes y se reconocen a la legua e inundan en oleadas los lugares que se ponen de moda.
A pesar de todo, reconozco que hoy es muy difícil sustraerse a la comodidad de tener el hotel buscado y no tener que "maletear" por la ciudad para acabar en un lugar quizá poco recomendable. No queda más remedio que ser turista sobre todo cuando no conoces la lengua y ni siquiera puedes leer el nombre de las calles porque no conoces ni el alfabeto de esa lengua.
No quiero que se repita la sensación que tuve una vez en Yerevan, la capital de Armenia cuando no encontraba mi casa, una vez que salí a hacer la compra a la tienda más cercana y no era capaz de leer el cartel que indicaba el nombre de la calle.
O en Jiva, en Utzbequistán, el pueblo de las mil y una noches, cuando para volver al hotel, no había ni una luz en la calle y te salían chicos con linternas para acompañarte,de los que tenías que fiarte.
Afortunadamente, la gente que encuentras por la calle, sobre todo en países menos desarrollados, siempre están dispuestos a ayudar, aunque sea por señas.
Cuando viajé a Armenia, en 2009, apenas había turistas, sólo algunos franceses; habíamos contratado por Internet una casa en Yerevan, la capital, para las ocho personas que viajábamos para los primeros cuatro días. El resto, la visita a los monasterios, la visita al lago Sevan, incluso el viaje a Georgia,lo fuimos improvisando. Recuerdo especialmente el viaje en tren hasta la capital de Georgia, Tiflis o Tiblisi y los huevos fritos que nos hicieron las empleadas a cambio de unas cuantas barras de labios.Claro que teníamos la suerte de viajar con un amigo que dominaba el inglés y algo de ruso que es la lengua que más se habla allí después del armenio, por haber formado parte de la Unión Soviética.
Resultado de ese viaje son un montón de fotografías de las que hoy voy a compartir algunas con vosotros

Armenia fue el primer país que tuvo el cristianismo como religión oficial, en el siglo IV, y hoy día es independiente de Roma, la Iglesia Católica Apostólica Armenia.Los monasterios medievales son, pues, muy abundantes y dignos de visitarse. Sobre todo los que tienen las iglesia excavados bajo la roca de la montaña como el que muestran la imágenes siguientes:

Son Iglesias, como veis en la foto, con las velas, donde hay culto, porque el pueblo armenio es muy religioso.

La comida era a base de verduras , carnes y pescado asados; No he comido en ningún sitio comida más sana. Fijaos cómo está colocada la fruta para venderla al lado de la carretera: ¡Una obra de arte!

En un restaurante a pie de carretera, asaban la carne y la verdura en unos hornos subterráneos:

Y el pescado ,de agua dulce, lo "pescaban de un canal de agua que corría por el patio donde comimos inmejorablemente y disfrutamos de las famosas cervezas Kilikia.

En otro post os seguiré contando cosas de este país que antes de visitarlo yo no sabía ¡ni situarlo en el mapa!