La cena- Cap 2: «Que comience la función».
«Todo llega a quien sabe esperar», se repitió Miguel al llegar a su nuevo trabajo.
Cuando su proyecto inició, a Miguel le costaba conciliar el sueño preguntándose si realmente valdría la pena. Sin embargo, esas noches de insomnio desaparecieron después de dos meses de planificación y vigilancia.
Después de todo, a aquella Zorra no pareció importarle la herida irreparable que le causó.
Aun recordaba como sonreía cuando el juez dictó la sentencia al infeliz que asesinó a su adorada Laura: inocente.
Aquella abogada de ojos verdes utilizó todos sus trucos de seducción para ganarse al jurado y convencerlos de que ese “pobre hombre” no fue el causante del accidente de auto que acabó con la vida de su futura esposa, aquel miserable no poseía suficiente grados de alcohol en su cuerpo como para convertirse en causante de la pérdida del control del automóvil.
Las miradas no se pueden condenar, así que después de la absolución la miró a los ojos, y con ellos le advirtió que las cosas no acabarían allí. Ella, sin embargo, apenas le dio una rápida mirada, sin percibir las ansias de venganza de una persona a la que no le queda nada que perder.
Dejó pasar un año, y luego otro. Se llenaba de placer siguiendo su evolución, sabiendo que se creía cada vez mejor y teniendo la certeza de que borraría cada gramo de seguridad de su cuerpo, y su mente.
No lo puede negar: al principio fue muy duro. Tener que mentir a todo el mundo, aparentar que el dolor iba pasando y que había aceptado la situación. Sus amigos le enviaban constantemente libros de auto-ayuda para “superar” el luto. Y con el tiempo se le daba realmente bien fingir ser una persona “normal”, aparentando haber aceptado que le quitaran lo que fue todo para él sin hacer nada más que comerse de rabia. Sin embargo, parecía que su actuación no estaría completa hasta que lo vieran con alguien más en su vida.
Pronto habría alguien más, alguien que debía rellenar el agujero que ella ayudó a cavar.
Pasaron dos años y tres meses hasta que apareció su oportunidad: El buró de abogados donde trabajaba la mujer de ojos verdes acababa de perder a un miembro. Llegó su momento.
Adquirió un nuevo móvil, se dejó crecer la barba y un poco el cabello. Aunque estaba seguro de que no le reconocería. Tienes que estar pendiente del peligro para verlo asomarse, y a estas alturas ya se habría olvidado de él, Zorra sin escrúpulos.
Esa mañana sacó su antiguo anillo, con una amalgama cobriza en el centro, del cajón de su mesita de noche. Aún sentía una punzada cuando leía las iniciales impresas dentro de él: “L&M”.
«Solo por ti, mi querida Laura», susurró antes de devolverlo a su sitio.
Llegó dos minutos antes a su primer día en su nuevo empleo y justo ahí, en la recepción, las puertas del ascensor se abrieron para verla aparecer.
Una ajustada falda enmarcaba el vaivén de sus caderas mientras se acercaba a él.
—Mucho gusto, soy Diana. Indicó mientras apretaba su mano.
«Que comience la función».
Eso fue como un preludio de un libro de suspenso, lo leí y quede con ganas de leerme el libro felicidades y éxito. Te invito a que te pasees por mi blog.
Me alegra que te haya atrapado... Con gusto paso por tu blog. Saludos
Muy muy bueno. Me ha gustado mucho amiga, la narración está muy bien llevada.
Gracias, amigo :) es agradable leer comentarios positivos de gente talentosa. Saludos
me encantó, excelente redacción.
Gracias :)