Fantástica aventura a las tierras de: Naiguata

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Una de las escenas más impresionantes de mi vida fue la magnífica vista a 2.765 metros sobre el nivel del mar desde el Pico Naiguata.

El punto más elevado de la cordillera de la Costa y una de las travesías más fuertes que mis pulmones han podido respirar. Siendo una ruta de un nivel de dificultad elevado la perseverancia de muchos y la promesa de una experiencia inolvidable alimentan el alma de todos los que tenemos la ocasión de caminar en sus tierras.

Una larga travesía nos tocó a @gatoconbotas y mi persona, en compañia de @doctortrillo y un conjunto de amigos luego de que dimos los primeros pasos en el parque nacional Waraira Repano.

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Las orillas del reconocido Ávila nos dan la bienvenida una vez que empezamos su recorrido, en un tramo inclinado y de asfalto envuelto de pinos altos para finalmente arrojarnos en una estrecha vereda de tierra tan fresca que el viento inclinaba los árboles en un vaivén susurrante.

Aquellas imágenes quedaron grabadas en mi memoria y una cámara, espero no perderles nunca de la segunda, porque en la primera quedaran eternamente grabadas:

El viaje comienza pesado en una de las estaciones biológicas que permite su acceso. Nos inundan de ayuda y algunas guacharacas nos reciben. Entre tanto nuestra espalda descansa un poco.

Así se ve Caracas desde lo más alto de: "la pica del diablo", me imagino que ya sabrán por su nombre que no es una inclinación cualquiera. Siempre me refrescaba mirar un poco hacia atrás y saber que veía más la ciudad y menos los detalles.

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Así se ve el cielo después que terminas de subir "la pica del diablo", te encuentras totalmente cansado y son poder más y luego el guía te dice: "Estamos a la mitad del camino muchachos, Ánimos".

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Lanzas tu bolso a un lado y luego de que te tiras al suelo boca arriba observas el cielo arponeado por esta hoja de arbusto.

Se me ocurre pensar tantas cosas que el sueño se apodera de mí hasta que nos dicen: hora de comer Leopoldo.
Uhmmmm

Cuando miras hacia abajo y ves las nubes significa que vamos avanzando.

Cuando miras hacia abajo y te faltan los zapatos... ¡Búscalos por favor!

Una vez que llegas a la cima es grato compartir con aquellas personas que hicieron el mismo esfuerzo que tú. ¿Y por que no? reír de aquellas momentos que nos hicieron dudar y pensar en hasta regresar jajaja.

Una vez culminas esta inclinada pendiente toca un estrecho camino donde arboles de escasa, ramas y lianas te llegan a cubrir el paso. Aunque no es difícil, la poca visión y lo entramado de la vegetación te aumenta el tiempo.

Ya son más de las 3 de la tarde y luego de casi dos horas subiendo y bordeando las últimas montañas el frío va haciendose sentir, y luego de que la espesa neblina desaparece por un momento se abre camino un sendero más amplio, pero rocoso y de tierra blanca. La naturaleza del lugar muestra su estéril forma alejada de los indicios humanos y el escenario se recrea en un parque jurásico exótico (por supuesto sin dinosaurios).

Si te asomas por aquellos desfiladeros de cuantiosos metros de profundidad curiosamente observarás sombras y siluetas que te ruñen el pensamiento.

En otros instantes podrás encontrar belleza donde creias que no existía. A veces, las flores más hermosas nacen y crecen para deleitarse a si misma y a los pocos aventureros que las miran.

Todo esfuerzo tiene su recompensa, luego de un viaje de más de 9 horas de travesía y aventura imparable, de caminar, observar, caminar, comer y caminar, culminamos escalando los últimos peldaños de una escalera rocosa y los últimos centimetros del pico más alto de la región con el aliento en el suelo para chocar con los rayos terminales de un sol que se oculta en el horizonte y despliega un abanico de colores cobrizos para darnos la bienvenida... La imponente cruz sobresale y luego de algunos suspiros.... Un momento de silencio... Los ojos casí se empapan pero no puedes porque sino verías menos ese espectáculo de paisaje... El fin del camino ha llegado y el resto es historia.