El Infortuito Caso de Carmen

La señora Carmen hace un mes estaba sentada una tarde en su patio, disfrutando y conversando con su familia en aquella tarde fresca, en ese momento desde su silla de mimbre, decolorada por los años y amoldada a su cintura (tan vieja y cómoda al mismo tiempo) al solo un parpadeo pudo ver como todo iba a cambiar ese tan rutinario y querido día.

Una moto y con dos personas a bordo frenaron bruscamente frente a la regocijo familiar cuando al mismo tiempo uno desenvainaba un revolver y apuntaba al hijo de Carmen pidiéndole las llaves del carro. Las mujeres se ahogaban en su propio grito mientras el paralizado hijo de Carmen no podía responder ante tan semejante amenaza inesperada lo que hizo enfurecer al maleante quien solo por acto de maldad pura amenazó con disparar a la doña, Carlos (el hijo de Carmen) inmediatamente buscó entre sus bolsillos las llaves pero el nerviosismo no le permitió controlarse y tras un grito mucho más inesperado aun de los vecinos con ánimos de defenderlos la amenaza de aquel inerte hombre se hizo cumplir al dispararle a Carmen en la pierna.

Ella llegó aquella tarde-noche a la sala de emergencias cuando con un dolor tan fuerte en la pierna como en el alma no podía mantenerse de pie, asi que fue trasladada inmediatamente en camilla a radiología donde observamos claramente la complejidad de la fractura. Afortunadamente, sus arterias principales no habían sido tocadas y lo peor (una amputación) fue descartado pronto.

ANTES DE LA OPERACIÓN

Ese día la conocí y mientras veía sus placas y toda la familia alrededor me miraba esperando mi veredicto: les fui sincero explicándoles el tipo de complejidad de fractura, pero termine acotando... "La operaremos lo más pronto posible y luego de eso su recuperación será excelente"

Pasó una semana desde aquel discurso y me encontré ante una paciente anestesiada. Recuerdo que la miré y me pregunte si estaría soñando y que estaría soñando, solo se que luego de aquella laboriosa y exitosa cirugía Carmen despertó llorando, pues tenia ahora la felicidad de volver a casa con una pronta recuperación. Sus nietos estaban tan felices que creó que les escuché preguntar.. ¿Y cuando harás esa sopa que me gusta tanto? mientras ella solo reía de corazón.

DESPUÉS DE LA OPERACIÓN

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