Un Día Cualquiera.Prosas nocturnas.
¡Saludos Cordiales!
Escribir nos proporciona momentos de reflexión solitaria (en mi caso) que nos permite discernir aspectos inquietantes de nuestra existencia. Aquí comparto con ustedes , parte de esos momentos. espero les agrade.
Un día cualquiera deje de escribir al descubrir que el verde de las montañas era el mismo verde que había en aquel lejano día en que nací.
Y dejé de escribir. Porque las palabras siempre eran las mismas, y ya no me quedaba nada por decir, sólo repetía, lo decía y lo volvía a decir.
Y dejé de soñar. Cuando descubrí que nunca esos sueños los veía llegar, y soñaba, y volvía a soñar, hasta que irremediablemente tenía que despertar. Y la realidad siempre era la misma, un nido vacío que deseaba llenar.
Un día cualquiera, que ya no puedo ni recordar, me miré al espejo, y tan sólo mis ojos permanecían igual. El cabello no estaba, las arrugas recorrían mi cara, y este cuerpo mío parecía un costal de huesos a punto de quebrar.
Y dejé de cantar. Escuchando las mismas canciones de hace decenas de años atrás. Las mismas canciones que hacen reír o llorar. Todo depende de lo que te hagan recordar.
Un día cualquiera. Ya no conseguí llorar, por las horas ausentes, por el tiempo que no volverá, por los viajes que nunca conseguiré realizar, por la niñez que se fue por la puerta de atrás, con los pies descalzos y la ropa rasgada.
Y si vuelvo a nacer, desde muy joven aprenderé a bailar, todos los ritmos con la alegría y la fuerza apasionada de la juventud.
Y si vuelvo a nacer, aprenderé a nadar, para confundir mi cuerpo con cada gota del agua, del rio hasta llegar al mar.
Un día cualquiera descubrí que pasaron los años, que dejaron sus huellas, ásperas y profundas, y ya no hay vuelta atrás. Silenciosa me quedo pensando en lo que pudo ser y ya no será.