¿Eres humano?...

La viste de pequeño. Aquel cowboy se mueve ahora por tus circunvoluciones cerebrales con la torpeza de ser sólo parte recordada. A su alrededor, mientras él con su rostro acerado camina por un mundo de película, alcanzas a tocar la tapicería del sofá en el que tú estabas sentado. Es parte de aquel hogar. Te parece estar rozando el escay, ese material que imita al cuero y que terminó siendo denominado como la firma que lo patentó en España, una empresa llamada "Skai". Nada que ver, excepto fonéticamente, con la palabra inglesa sky, pero al cielo de tu memoria y de la patria infancia te lleva nombrar aquella tela sintética con que estaba tapizado el sofá del salón: escay, escrita tal y como parece que ya la admite el diccionario de la Real Academia de la lengua de Cervantes. Recuerdos que se tocan... Infancia...
¿Eres humano? ¿Qué nos hace humanos? Para soportar la pregunta ¿te tomarías la pastilla azul o la roja? Me refiero a la pastillita ésa que Neo se ve obligado a elegir en la afilada película “Matrix” de los hermanos -ahora hermanas- Wachowski. -Foto by Ekaterina Dmitrieva, obtenida de Nalgasylibros.com

Con eso de la pastillita los directores de Matrix (también guionistas de "V de vendetta" y creadores de la interesante serie de Netflix “Sense 8”, entre otras cosas) le hicieron un homenaje a “Alicia en el país de las Maravillas”. Tomarse una pastilla u otra venía a ser al fin y al cabo esto: elige vivir con sufrimiento tu realidad o enchufado a la máquina que te vampiriza la vida a cambio de una placentera virtualidad perfecta. Acaso en la elección de Alicia, cuando toma la pastillita roja del cuento, también hubiera algo de ese escape existencial, aunque algunos teóricos han querido ver en sus tesis incluso una apología de las drogas.
La verdad es que de aquel paseo en barca por el río Támesis que el bueno de Charles Dodgson (a la sazón Lewis Carroll) le dio a la niña Alice Liddell salió uno de los cuentos más fascinantes que se han escrito, y con chica -que no chico como era habitual- de protagonista absoluta. Muchas versiones en cine han recreado Wonderland, además de la última del personalísimo Tim Burton. Recuerdo una de los años 30, con Cary Grant y Gary Cooper entre los personajes protagonistas. Si os interesa, buscadla. Al fin y al cabo, hoy no os hace falta iros a las bibliotecas o a los archivos de cine y otras obras para hacerlo, como cuando yo empezaba en la radio. Descubridla en Internet. Porque sois humanos ¿no?. Pues entre las cosas que pueden hacer los humanos está la búsqueda volitiva del conocimiento intelectual.
-Imagen promocional en España de la película "Almas de Metal" ("Westworld", Michael Crichton 1973), obtenida de Nochedecine.com-

El vaquero del que os hablaba al inicio no lo encarnaba Grant ni Cooper, sino el actor Yul Brynner. Y su mirada de acero lo era más que nunca en aquella película escrita y dirigida por Michael Crichton, el mismo novelista de “Parque Jurásico”, la película que firmó Spielberg. Crichton dirigió a Yul Brinner en aquel papel de cowboy robot que no sabía que lo era. “Almas de metal” se llamó en España y parte del mundo latino la película “Westworld”, que Crichton estrenó en 1973.
En nuestros días no resulta difícil comprobar que el talento cinematográfico se ha ido desplazando al mundo de las series de televisión. En este rincón en spanish de Steemit comentaremos algunas de ellas. Resulta inevitable hacerlo si pertenecemos al mundo audiovisual del siglo XXI. Pero, sobre todo, buscaremos entre las que contienen ese talento que nos lleva a lo más hondo de nuestra memoria sensorial. Es el caso que impulsa estas líneas tras haber visionado la serie de HBO basada en aquella película que algunos vimos de niño en aquella televisión en blanco y negro, sentados en el salón de un primer hogar que aún no nos cuesta rememorar, y por el que todavía caminan mis padres siendo jóvenes, aunque ahora ya no existan. Un recuerdo que, creo, es real, no algún tipo de software inoculado en mi mente como androide inconsciente de que lo es. Eso es, precisamente, lo que les ocurre a los llamados “anfitriones” en Westworld. La serie supera con creces a la película. Y qué inquietante la partitura firmada por el compositor alemán de origen iraní Ramin Djawadi, quien ya ha puesto músicas a Pacific Rim o Juego de Tronos. Os dejo enlazado un curioso vídeo, extraído de Youtube, donde él mismo interpreta a piano el tema central de la serie

“Pero... ¿quién vive?”, se nos preguntaba a los espectadores en la ya clásica “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982), poniendo sobre la pantalla la comparación entre la dosis de humanidad que encerraba lo que sentían y hacían los rebelados replicantes Nexus, fabricados por la Tyrell Corporation, y la que demostraban los policías humanos que les daban caza.
El arte del guerrero es saber compaginar el terror de ser humano con la maravilla de serlo, se decía el brujo en las novelas de Carlos Castaneda. Cómo de desequilibrada está esa balanza en nuestros días. ¿Podría ser un robot tan humano o más que el ser humano?... Entre los actores de “Westworld” están los siempre impactantes Anthony Hopkins y Ed Harris junto a una espléndida Thandie Newton.
¿Cuánto hago y soy de humano? Me da que conviene seguir haciéndose la pregunta. Por los que lo serán y habrán de preguntárselo, ojalá, alguna vez. Y en defensa propia.