Whitman para los días de pandemia

La edición de las conversaciones con Walt Whitman hecha por Rafael Cadenas (2012) guarda en su interior maravillosas palabras de este grande de la literatura universal, sus palabras acompañan y levantan el ánimo en estos días de obligado confinamiento y reclusión.

Nos recuerdan que lo hermoso de la vida sigue ahí, muy cerca de nosotros, aunque en estos días todo parezca un tanto gris y oscuro, porque muchos están muriendo y debemos ser fuertes y pensar en lo que viene luego que pase todo esto, tratando de seguir con nuestras vidas lo mejor posible.

Tenemos que tratar de preservar nuestra humanidad, a pesar de todo, y no caer en el aislamiento. Nadie es una isla, y en estos momentos, menos aún, como dijo sabiamente John Donne hace tanto.

"Hay algo mejor en este mundo, en alguna parte, que la alegría, la simple alegría? ¿Alguna religión mejor? ¿Algún arte, mejor que la simple alegría?" (P. 11)

Del libro de Horace Traubel, With Walt Whitman in Camden, de 1908, son estas hermosas, fuertes y diáfanas palabras, que rasgan como espadas cualquier realidad de pesadumbre o tristeza, su claridad directa ya es una declaración de intenciones, sin principio, sin fin, sin más allá o más acá, nos hablan de cultivar la alegría como gimnasia humana, porque es uno de los rasgos que nos hacen más humanos, verdaderos, seres vivos en definitiva.

Y sobre todo, también del mismo libro:

"Siempre tomo lo que viene: patadas, bendiciones, cualquier cosa" (P. 11)

Porque en estos días en los que naturalmente nos cuestionamos que esta pandemia se haya desencadenado justo en este momento de las historia de la humanidad, durante nuestros días de vivir en el planeta, no hay mejor decisión que aceptar lo que nos llega, parezca bueno o malo, tomar lo que la vida nos ofrece y hacer con eso lo que mejor podamos.

Concluyo con una imagen de mi edición del libro.