La Benevolencia.

La benevolencia es una cualidad presente en los seres humanos, se puede decir que alguien bueno e inclinado a hacer el bien, es una persona benevolente.

Este término tiene su origen en América Latina, donde "bene" significa BUENO y "volo" QUERER.

Aquellos que realizan actividades orientadas a demostrar empatía, llenas de solidaridad y ayuda al necesitado son benevolentes, también aquellas personas que ejecutan sus trabajos de forma correcta, manteniendo su moral y ética profesional.

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Además de todo lo mencionado, toda persona benevolente se identifica por ser capaz de colocarse en el lugar del otro para conocer el porque de sus acciones e ideas. Tratando de comprender y preguntándose: Si yo estaría bajo la misma situación, ¿cual sería mi actitud para enfrentarla?

Se caracteriza por ser tolerante, por tener una buena capacidad de comunicar, interrelacionarse y ayudar a su entorno con motivación y alegría.

Lo opuesto a la benevolencia es hacer el mal, no ser tolerantes ni considerar importante los intereses de los demás.

La Benevolencia, te capacita para dirigir las palabras correctas y amables para expresar tus deseos.
Como seres humanos, somos inherentemente sociales y debemos aplicar la empatía para relacionarnos.
Esta cualidad debe hacer parte de nuestra vida para alcanzar el entendimiento en las relaciones personales.

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La benevolencia es un acto de bondad o una inclinación a ser amable. Es la calidad de alguien que trabaja como voluntario en un comedor de beneficencia, de los tutores de niños de forma gratuita, y de los que ayudan a ancianos a cruzar la calle. Ayudar a tu abuela a hacer las compras es un acto de benevolencia, siempre y cuando ella no te pague por llevar las bolsas. Dejar que tu hermana pequeña se tome la última ración de helado muestra benevolencia. La benevolencia es cualquier acto de bondad, pero también puede describir el deseo de hacer cosas buenas. Nos iría mejor si más gente la practicara.

Muchos autores le han dado un significado a esta palabra, haciéndola parte de un análisis según sus especialidades e intereses, por ejemplo:

Jeronimo Usea, manifiesta que: “Se educa a los niños inculcando en sus ánimas sentimientos de bondad y benevolencia, haciéndoles amar la verdad y huir de la mentira.”

La educaciòn debe estar acompañada de dicha virtud para que sea plena y eficiente. Recordemos que si educamos un niño de forma correcta obtendremos un ciudadano conciente y productivo.

Barusch Spinoza manifestaba que : “La paz no es la ausencia de guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia.”

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Por último puedo expresarles que para que una nación prospere no hace falta solo crecimiento económico, y millones de inversiones, tampoco numerosas industrias. Si bien esto es necesario, solo se puede crecer, cuando contamos con personas benevolentes para alcanzar la grandeza de una sociedad humanamente buena y productiva, fuera de vicios y maldad. @diligarc