Microrelatos sobre Santiago de Chile (1/2)
Con estos relatos participé en el concurso literario "Santiago En 100 Palabras".
- Santiago Blues
Santiago, guitarra en mano, camina sobre el filo de los horarios ajenos. Se sienta en un lugar a la vista de todos - de esos en los que la muchedumbre preserva su anonimato – y comienza a tocar su instrumento. Cierra los ojos mientras sus dedos rasgan las cuerdas y sopla la armónica, y cuando tiene ganas de hablar, canta versos sobre amores muertos y botellas rotas. Acaricia sus canas cuando le preguntan por qué lo sigue haciendo y contesta: “yo canto para que alguien me recuerde, y a veces también me dan monedas”.
- Inteligencia de enjambre
Me gustaba silenciar la mente en lugares altos de Santiago. Especialmente en terrazas de edificios, cuando a las 9:30 PM, la ciudad dejaba de ser una colmena envenenada por concreto, para transformarse en un enjambre de luciérnagas intermitentes, ordenadas e impersonales.
Disfrutaba la iluminada distancia de los faros de los autos, y descifrar a través de ellos el sentido de las calles.
Luego regresaba a mi habitación de 3x2 mts², mi crisálida, y etéreo, imaginaba convertirme en una gárgola, fija sobre el portal de una casona donde antes vivió un arquitecto con apellido polaco.
Ahuyentando el paso del tiempo.
- Movie scene
-Adoro la capital – dijiste riendo, mientras veías la presentación de un grupo, cuya música apodamos “cumbiaská”.
-Siempre hay algo que nuevo por ver – contesté, intentando liar un cigarrillo. Sabía que estabas feliz porque no parabas de burlarte de cuán horribles me quedaban. Había comprado el tabaco sabor a cereza por ti.
Volvimos caminando a nuestras casas, y entre las calles con luces navideñas, me dijiste que querías intentarlo de nuevo y me besaste.
-Seguro te alegra que esto parezca la escena de una película – agregaste.
Santiago nunca me fue más real que cuando la vi a través de mis llamas.