La carta que jamas quisiera escribir a alguno de mis hijos - Parte 3steemCreated with Sketch.

in #spanish8 years ago (edited)

Debo confesarte que no llegué a las 20:00 horas como acordamos, llegué 15 minutos antes. ¡Me encontraba muy ansioso! Casi como cuando pasé esa madrugada en la sala de espera del hospital, cuando tu madre te estaba dando a luz. En ese tiempo no se podía saber con anticipación si venía un niño o un niña. Tampoco había mucha seguridad sobre la vida de tu madre y la tuya. En una sola madrugada podría perder a tu madre o a ti, o tal vez a ambos. Gracias a Dios todavía no era el tiempo de llorar alguna muerte, era tiempo de celebrar una nueva vida y descubrir por primera vez lo que se siente abrazar un hijo.

Esos recuerdos tan intensos llenaban mi mente mientras esperaba que den las 20:00 menos 2 minutos. Estaba en mi viejo auto, escuchando un buen disco de mi juventud (el cual seguramente me ayudó a viajar mentalmente en el tiempo). A esta edad los recuerdos son más intensos, me atrapan y llenan mi mente. Tanto que no puedo evitar sonreír y a veces también se me escapan algunas lágrimas... Solo pude volver al presente cuando un valet jovenzuelo tocó la luna del carro y me dijo: "¿Se siente bien?". ¿Qué podía responder? no le dije nada y entonces continuó: "Por favor mueva su auto, viene el gerente y necesitamos este espacio". Eso fue suficiente para que me molestara, aseguré todas las puertas, cerré las ventanas, apagué el motor, bajé del auto y me quedé con las llaves. Cuando cerré la puerta el muchacho me preguntó: "¿Por favor me entrega las llaves para poder mover su vehículo?". Entonces le dije muy claro y calmado, pero con ojos de fuego: "Se las daré al gerente en persona para que lo haga el mismo. Ahora si me permite, debo retirarme porque me esperan para cenar".

Caminé despacio hacia la puerta del restaurante, respirando hondo para dejar ir la ira. De hecho pensé que la anécdota serviría para comenzar nuestra conversación esa noche. Te diría que un tal "gerente" se creía con el derecho de reservar un estacionamiento público para su uso exclusivo. Eso pensaba mientras cruzaba la puerta, se me acercó una señorita muy simpática y elegante que muy amablemente me guió hasta la mesa, donde esperaba encontrarte. Tuve un mal presentimiento al no verte allí cuando mi reloj marcaba las 20:00 exactas. Entonces la señorita me dijo: "El gerente dice que vendrá en 5 minutos y pide disculpas por la demora". Asentí con la cabeza sin perder la seriedad y dejé que se alejara un poco antes de dibujar una sonrisa de satisfacción en mi rostro. Dentro de mi pensé: "¡Vaya que ese gerente tiene agallas! Le diré que espere a que termine de cenar". Así fue que pasaron 10 minutos muy aburridos hasta que apareciste, como siempre muy elegante y bonachón, pero no me gustó que no le contestes el saludo a la señorita que me atendió, ni a los mozos que te vieron llegar. Aunque, no quería arruinar la velada, así que decidí dejar los regaños para otro momento.

"Buenas noches papá. Pido disculpas por mi demora. No podía encontrar donde estacionarme, por eso pedí que te avisaran"... con esas palabras pude entender todo. Por eso olvidé mis modales y solo abrí mi boca para gritarte: "¡Tú... eres el gerente que se cree dueño de la calle!". Puedo entender que te sentiste humillado con mi reacción, te humillé frente a tus empleados y los demás comensales, arruiné todo desde el principio. Cuando mis ojos volvieron a su lugar y tomé un poco de aire me di cuenta de que todos te miraban, pero no esperaba que te desquites con el valet y lo despidas delante de todos con tal de congraciarte conmigo. El solo hacía su trabajo, por eso le dije que entregaría las llaves de mi auto al gerente, porque entendí que solo cumplía con las órdenes que tu le diste.

Sigo repasando esa escena en mi mente, una y otra vez. Te pido perdón como no pude hacerlo esa noche: "No debí gritarte hijo, perdóname por hacerte pasar este mal momento", es lo que quería decirte pero lo que hiciste con el valet me dejó mudo. Bastaba con pedirme una disculpa, pero me doy cuenta de que no se trataba de mi sino de ti. No podía reconocerte ¿Cuándo fue que te enseñé a no reconocer tus errores? ¿Desde cuándo te importa más lo que dicen de ti y no escatimas en pisotear la vida a otras personas? No necesitaba que "cortes una cabeza" y la pongas a mis pies para disculparte conmigo. En el instante me di cuenta que te importaba más lo que pensaban las demás personas que estaban cenando en tu restaurante esa noche. Los mismos que te aplaudieron y te felicitaron por "hacerte respetar".

El cuello de mi camisa me apretaba y podía sentir que mi corazón estaba por estallar de la impotencia que sentía. Te habías desdibujado por completo delante de mi. Ya no podía verte como a un león y un roble, te veía como a un dragón y un espino. Solo podía esperar de ti llamas de fuego y ser herido por tus espinas. Ya no podía regresar al restaurante, solo quería desaparecer y dejarte con los aplausos que habías preferido antes que a ti mismo. Porque en algún lugar de ese corazón ahora vació, debe quedar algo de la esencia del hijo que eduqué con tanto amor. A ese hijo le escribo esta carta, esperando que un día puedas tener un momento de cordura y la leas, esperando que tu verdadera esencia supere al monstruo en el que te has convertido por causa del dinero y el poder.

Antes de despedirme (tal vez por última vez), quiero que sepas que el regalo que pensaba darte está a buen recaudo con Esteban, ese valet al que despediste. Te lo entregará solo cuando recupere el empleo con el que sostiene a su esposa Rita y a su pequeña Ruth. Además le puse otra condición, le dije que el sabrá el momento de entregarte el regalo cuando te mire a los ojos y pueda ver de nuevo al hombre que conoció cuando era tan solo un niño. El te conoció cuando su padre y tu hacían de valet en ese mismo restaurante. Fue en ese verano que tu mamá enfermó y suspendiste tus estudios de la universidad para ayudarme a pagar los gastos médicos. El no quiso decirte nada y hasta usó el apellido de su abuela porque su padre le enseño a ganarse el puesto por mérito propio. Me dijo que su padre recibió ese consejo de ti cuando trabajaron juntos...

Hasta siempre hijo, te amo.


Anterior: Parte 2

-- @develcuy

Coin Marketplace

STEEM 0.20
TRX 0.13
JST 0.030
BTC 64506.46
ETH 3417.81
USDT 1.00
SBD 2.50