Buenas noches @fatimajunio y @hiroyamagishi. Dios les concedió a algunos hombres y mujeres la capacidad de hablar en idiomas que no conocían, esto lo dice la Biblia. Ocurrió en Jerusalén pocas semanas después de la muerte de Cristo este primer suceso, durante la fiesta del Pentecostés del año 33. Ese día, varios discípulos de Jesús “se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas”. Los visitantes originarios de tierras lejanas quedaron pasmados, pues cada uno los oía hablar en su propio lenguaje. Cuando los discípulos por obra del Espíritu Santo le hablaron a cada uno en su idioma, ellos les entendieron a la perfección. En cambio, quienes en la actualidad hablan en lenguas suelen articular sonidos totalmente incomprensibles. Por lo tanto, la práctica moderna de hablar en lenguas difiere por completo del don del Espíritu Santo que recibieron los cristianos del siglo primero. No hay pruebas confiadas de que nadie recibiera esta habilidad sobrenatural tras la muerte de los apóstoles. Esto no sorprende a quienes leen la Biblia, pues hablando de los dones del espíritu, el apóstol Pablo predijo: “Sea que haya lenguas, cesarán” (1 Corintios 13:8). El don de lenguas cesaría no mucho después de formarse la congregación cristiana, Jesús lo sabía y poco antes de morir, habló de una señal que siempre identificaría a los cristianos verdaderos: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:35). si alguien está hablando auténticamente en lenguas, la expresión contiene un mensaje, y el mensaje debe ser traducido para los oyentes. Aunque el que habla en lenguas está hablando solo y no hay nadie alrededor para escucharlo, él debe orar para que pueda interpretar. En lo que corresponde al Pentecostés, podemos recordar que una amplia mayoría de las comunidades cristianas ponen un énfasis especial en las manifestaciones del Espíritu Santo, que es la fuerza de Dios, para guiarnos, protegernos y acompañar a todos sus hijos.

1 Corintios 14:9
Así también vosotros, a menos que con la boca pronunciéis palabras inteligibles, ¿Cómo se sabrá lo que decís? Pues hablareis al aire.

Hay muchos idiomas en el mundo, por lo que no puede haber comunicación entre las personas que no hablan el mismo lenguaje. Si alguien hablaba en un idioma que nadie en la iglesia podía entender, como podría contribuir al desarrollo espiritual de los miembros de esa congregación, el que se dirija en otra lengua, debería ser interpretado, sino no tendría sentido alguno para nadie. Tendría que haber un intérprete para explicar sus palabras.

1 Corintios 14:28
Si alguno habla en lenguas, que hablen dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete; pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y hable para sí y para Dios.

Si alguien va a hablar en una lengua, debía haber un intérprete, el mensaje debía tener sentido en conformidad con la Palabra de Dios. Si no es así, seguramente, el Espíritu de Dios no está actuando en ese caso. Si no hay un intérprete, el que habla en lengua debería permanecer en silencio. También puede retirarse a un lugar apartado y hablar para él mismo. Es decir, si alguien está hablando auténticamente en lenguas, la expresión contiene un mensaje, y el mensaje debe ser traducido para los oyentes. Aunque el que habla en lenguas está hablando solo y no hay nadie alrededor para escucharlo, él debe orar para que pueda interpretar.

Hechos 2:1-11
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego, que repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu Santo les daba que hablasen. Y había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, habitantes en Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y en Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros Roma, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras idiomas las maravillas de Dios.

Es el relato de la venida del Espíritu Santo, todo contemplado, sus características e implicaciones, en los versículos de los Hechos 2:1 hasta el 2:11. Los discípulos reunidos no eran muchos, estaban en una casa, pero al parece, comenzó a acercarse mucha gente cuando escucharon el ruido y lo que estaba sucediendo. Esto se asocio al fenómeno de hablar diferentes lenguas y se entiende generalmente como el carisma de alabar a Dios en lenguas extrañas y con sonidos ininteligibles, bajo la acción del Espíritu Santo. Esto coincidiría con la impresión de asombro de muchos y la apariencia de borrachera para los adversarios. Pareciera que los Apóstoles hablaban en su propia lengua y todos oían en sus lenguas nativas extranjeras. El motivo invierte el sentido del relato sobre la confusión de las lenguas; allí una nación terminó sin entenderse y se frustró una obra contraria a Dios; naciones con diferentes lenguas se entendieron y dio lugar a que todos pudieran escuchar en su propia lengua las maravillas de Dios. El suceso de Pentecostés evoca aquellas obras del pasado, impulsando la misión universal de los Apóstoles y discípulos de Jesús. La fuerza de Dios que promueve, custodia y guía a sus hijos, es el Espíritu Santo y seguramente nos ayuda a sobrellevar y en algún momento salir de la profunda crisis en la que nos encontramos sumidos muchas veces. Nos ayudara a tener una nueva conciencia, en la que pueda ser posible lo imposible, que la disolución se transforme en comunidad, la debilidad en fuerza, el pesimismo en esperanza.

Saludos y muchas bendiciones…!!!