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PARECÍA ESTAR VIVO Y SE MOVÍA CON SUAVIDAD

Esta vez,
parecía estar vivo y
se movía con suavidad.

Pero igual se sentía muerto en vida.

No es fácil recuperarse de un golpe así,
un golpe emocional
que duele más,
que un golpe a la cara.

Ella jamás entendió
que no era sólo el dolor que ella le causo.

Él también sufría doblemente,
por que él la acompaño
en ese despecho que ella trato de disimular.

Irónicamente, le pagaron con la misma moneda
que ella le pago a él.

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Pero para él,
ella es su único amor,
sufría con ella, sin ella saberlo.

¿Cuanto hay que hacer, para demostrar verdadero amor
al prójimo y a quienes amamos?

¿Nunca será suficiente o contundente para la otra persona?

Nos quejamos pidiendo al cielo,
a tu creencia
que llegue un verdadero amor,
tu verdadero amor.

Pero cuando llega, como caprichos de esta vida,
como malcriadez al universo,
es a esa persona
a quien más daño hacemos.

¿En una suerte de inconsciencia
o es con toda la intención?

Seguimos provocando el peor de los daños
a quien nos amo.

¿Será?

Esta vez,
parecía estar vivo y
se movía con suavidad.

Puede seguir soportando, en nombre de ese amor,
sin importar ser un cadáver andante.

No importaba ya no ser
el mismo.

Ella no entendió el daño que le hizo.
Ella no supo
que era un muerto en vida.

¡Deseo estar muerto!

El suicidio le gritaba
como niño abandonado.

Los peores deseos criminales
en la mente de alguien normal
cruzaban su cabeza.

Ya no era el mismo
nunca más lo fue.

Y la depresión
jugaba con él a cada rato.

Mientras ella,
en tan poco tiempo,
mataba el despecho,
carcajeaba con la curiosidad
y se volvía otra persona.

También ella murió,
creyendo que empezaba a vivir.

No se puede vivir
si vives
sobre la muerte de otro.

Ahora
él se encuentra
tres metros bajo tierra,
enterrando
el dolor.

¿Se puede surgir de la ceniza?

¿Vivir en verdad?

Él apenas ha decidido
descubrirlo

Esta vez,
parecía estar vivo y
se movía con suavidad.

Poema Publicado Originalmente en Weku y editado para su publicación en este espacio.