¿hasta dónde somos capaces de llegar con tal de obedecer? (el experimento de Milgram)
Stanley Milgram, era un psicólogo de la universidad de Yale quien en el año 1963 publicó un artículo en la revista "Journal of Abnormal and Social Psychology" (Revista de Psicología Anormal y Social) bajo el nombre previamente mencionado. Para la realización de este artículo, se basó en los resultados de un experimento social que empezó a llevar a cabo a mediados de Julio del año 1961, en los cuales tenía como objetivo determinar, hasta qué punto una persona es capaz de obedecer a la autoridad y como puede justificar sus acciones mediante esa obediencia. La "inspiración" para esta investigación le vino a Milgram luego de que en Abril de ese mismo año se enjuiciara a Adolf Eichman, ex coronel de la SS por su participación en "la solución final" durante la segunda guerra mundial.
Milgram y su "instrumento de tortura"
El experimento.
El experimento de Milgram, aunque sencillo, tenía todos los elementos necesarios para estudiar a fondo el comportamiento humano cuando este es dirigido por una figura de autoridad. Para ello utilizó voluntarios anónimos atraídos por un anuncio solicitando participantes para un "estudio de la memoria y el aprendizaje" y se les ofrecía un pago por la participación, por supuesto no era esa la razón ni la naturaleza del estudio, una pequeña mentira que creó Milgram para tener a sus participantes pensando que se les iba a estudiar su capacidad de memoria y no su obediencia. Los participantes tenían entre 20 y 50 años de edad y todos con escolaridades distintas, desde estudiantes hasta profesionales con doctorados.
¿Cómo se realizó?
Consistía de 3 componentes principales, el "alumno", el cual es un cómplice del experimentador, el "maestro", quien es el voluntario que vio el anuncio para el experimento, y el experimentador que sería la figura de autoridad. Para determinar los roles de alumno y maestro de una manera "imparcial" y creíble, se colocaban papeles en un recipiente y tanto el cómplice como el voluntario tomaban un papel que determinaría quien sería alumno y maestro. Por supuesto todos los papeles estaban etiquetados como maestros, haciéndole creer al voluntario que se le estaba imponiendo o designando como maestro al azar. Luego de esto, el alumno es sentado en una silla y se le colocan una serie de cables los cuales supuestamente le darán una descarga eléctrica cada vez que falle, y al maestro se le da una lista de palabras que debe recitarle al alumno y decirle que debe aprenderlas de memoria, el experimentador le explica al maestro que cada vez que su alumno se equivoque al recordar una palabra o la secuencia, este mismo debe proporcionarle una descarga eléctrica la cual ira aumentando en potencia conforme el alumno se vaya equivocando, tanto a maestro como alumno se les da una pequeña descarga de 45 voltios para que ambos sepan que el dispositivo funciona y el dolor que proporciona. Luego de esto el experimentador se sienta en la misma sala que el maestro la cual está separada por un vidrio del alumno, y pide que comience el experimento.
El experimento comienza con descargas que van desde los 15 voltios hasta una última de 450. Pero lo que no sabe el maestro es que ninguna de las descargas que está dando son reales, pues al alumno se le dice previamente cómo reaccionar ante cada descarga de manera actuada para que el maestro piense que esta infringiendo dolor. Al llegar a los 75 voltios y al ver la incomodidad de sus "alumnos" algunos maestros comenzaban a pedirle al experimentador que pararan el experimento pero este les hacía continuar con las palabras:
*Continúe, por favor.
*El experimento requiere que usted continúe.
*Es absolutamente esencial que usted continúe.
*Usted no tiene opción alguna. Debe continuar.
Algunos maestros paraban al llegar a los 135 voltios, otros decían no hacerse responsables de las consecuencias y continuaban hasta llegar a la de 450. Al final, un 65% de los participantes (26 de 40) aplicaron la descarga de 450 voltios.
¿Qué nos dice esto? (análisis personal)
Al final del experimento muchos criticaron a Milgram por la cantidad de estrés inducida en sus voluntarios, pero cabe destacar que, a pesar de haber estado allí infringiendo daño a una persona, ninguno de ellos pidió que ese tipo de sesiones se detuviese, y muy pocos pidieron ver al alumno para asegurarse de si estaba bien luego de habérseles informado que todo fue un engaño. En lo personal este experimento siempre me ha parecido interesante, ¿Cómo es posible que una persona pueda dañar constantemente a otra? a pesar de que la está viendo sufrir, de que se cuestiona así misma de si lo que está haciendo está bien o mal ¿Por qué seguir?, en mi opinión es debido a que estas figuras de autoridad nos hacen pensar que no somos nosotros los que estamos apretando los botones ni golpeando al inocente, sino que es la autoridad en si la que nos "obliga" a hacerlo, justificando de esta manera nuestras acciones, y esto me lleva a pensar que tal vez es así el accionar de muchas personas que, bajo un régimen de gobierno autoritario o bajo el mando de un líder despiadado, pueden llegar a hacer las acciones más atroces o inmorales, no solo una sino repetidas veces sin tener ninguna secuela emocional o psicológica debido a que, en su mente, es la autoridad la que manda, y ellos solo obedecen...
Si te gustó este post házmelo saber y seguiremos hablando de otros experimentos sociales, también me gustaría saber tu opinión acerca de la autoridad y de cómo esta puede influir en el comportamiento de una persona.
Great post. Once thing I've learned in life is "Build your own dreams, or someone else will hire you to build theirs."