I, Tonya, de escándalo a comedia oscura
El director Craig Gillespie, conocido por su largometraje Lars y una chica real (2007), este año ha captado la atención en varios festivales, como el de Toronto, con su más reciente trabajo, I, Tonya (2017). Unido a ello, el filme ha logrado calar en certámenes importantes como los Golden Globes, con tres nominaciones (mejor película de comedia o musical, mejor actriz de reparto para Allison Janney y mejor actriz de comedia o musical, Margot Robbie).
I, Tonya es una película de atmósfera oscura y sucia en la que observamos la vida controversial, tanto profesional como privada, de una deportista belicosa del patinaje sobre hielo, Tonya Harding (Margot Robbie), que se vio en vuelta en uno de los mayores escándalos de la historia del deporte: el ataque a la patinadora Nancy Kerrigan (Caitlin Carver), durante los entrenamientos del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico de 1994. Certamen que, de hecho, ganó la protagonista del relato. Aunque, no salió ilesa y fue acusada como autora de la macabra agresión a su mayor rival.
Margot Robbie realiza una increíble y potente interpretación, dejando entre visto que puede ser una actriz de buena categoría, ya que, hasta el momento, sus dotes actorales habían sido cuestionados por varios de los papeles seleccionados en el pasado, los cuales, por lo general, destacaban más su sensualidad que talento. Con este largometraje, no solo se desvía en demasía de lo sexy, sino que, para aquellos que tenían sus dudas, Margot no decepciona; por el contrario, encarna con mucho poder a la conflictiva patinadora Tonya, con toda la tosquedad, violencia y mal temperamento que acompaña al personaje protagónico.
También son de mencionar las actuaciones de Allison Janney, quien hace el papel de madre despreciable que con su hablar lanza cuchillos afilados a su hija, al punto de atormentarla y atrofiarle su estabilidad emocional; y la interpretación de Sebastian Stan, como el conflictivo y violento novio de Tonya que complicó aún más el estado mental de la patinadora. Ambos, en pocas palabras, estuvieron fantásticamente creíbles, ganándose de ti, solamente tu desprecio.
El largometraje, por mucho, se aparta de otras películas populares de este año, como Breathe de Andy Serkis y Stronger de David Gordon Green; pues lo común, en lo que respecta a los filmes biográficos, es que las cintas de este género siguen cierta línea narrativa, muy cercana al modelo de guion clásico, que en varias ocasiones funcionan pero no sorprenden. Sin embargo, para nuestra fortuna, I, Tonya se aleja de algunos parámetros para darle mayor atracción a la historia, la cual de por sí es interesante, a través de una narración entretenida. Craig Gillespie y Steven Rogers, guionista responsable, componen un argumento con cierta estructura documental, donde apreciamos a los personajes relatar los eventos, mientras intercambian con fragmentos que muestran cómo pasaron, o no, las cosas.
Sumando a ello, con gran fausto, durante diversas ocasiones valoramos la manera tan entretenida que los personajes rompen con la cuarta pared dentro de varios escenarios, añadiéndole una placentera comedia; así como hace Woody Allen en la exquisita Annie Hall (1977) o Michael Haneke en la perturbadora Funny Games (1997).
I, Tonya, a su vez, se aísla de otro filme biográfico-deportivo de este año, The Battle of de Sexes de Jonathan Dayton y Valerie Faris, que optan por un aire más ligero; mientras que Craig Gillespie plasma una comedia ensuciada por fealdad, haciendo ver que la realidad, no siempre, es bonita. Sin titubeos, posiblemente, estamos ante una película que pudiera estar como una de las mejores cintas del año. Y, para el espectador, es un largometraje recomendable con la que disfrutará de una historia retorcida y quedará boquiabierto por el rol de Margot Robbie.
 Esta entrada la escribí para mi portal República de Cine.
¡Excelente información. Esta película me la apunto para verla.
¡Qué bueno! Es entretenida.