Reiresgratis/ A mi profesor le decían...
@Lisfabian nos invita en esta oportunidad a contar sobre los sobrenombres o apodos que le eran colocados a nuestros profesores. Hoy en día me parecen tan irrespetuosos, sin embargo, en su momento eran motivos de risa y bromas.
Hay personas que, como dicen, tienen un ojo clínico para colocar apodos, para captar ese detalle que recoge una o varias características de la persona y queda plasmado en ese mote que le es colocado; es probable que si alguien te pregunta cómo se llamaba tal profesor, quizás no te acuerdes de su nombre pero si del sobrenombre y aflore una sonrisa en tus labios recordándolo, muchas veces con gran cariño.
Haciendo memoria están los clásicos:
Burro con sueño: Este era el profesor de “Moral y Cívica”, dormía con sus clases.
El chino: Cualquiera que tuviese los ojos un poco rasgados.
La menopáusica: En esta categoría entraba toda profesora que fuese regañona. Este me hizo recordar que cuando una amiga profesora y compañera de trabajo, nos poníamos bravas con algún alumno nos decíamos riendo: ¡Ya somos las menopáusicas escolares!
Hay un caso muy especial que es el que paso a contarles.
Estábamos en el segundo año del Ciclo básico, así se llamaba en aquella época, éramos adolescentes entre12 y 14 años: alegres, bochincheros, tremendos y enamorados.
Era una época del año como esta, el profesor de inglés se despedía y ya teníamos la nueva profesora que comenzaría en enero.
En enero cuando la vimos quedamos deslumbrados, tanto hembras como varones.
Era una mujer joven, una muchacha, tal vez 22-23 años. Era bella, de una belleza extraña por estos lados del mundo: Con un cabello, como diría el poeta, del color del trigo, con unos ojos color del cielo o del mar, alta, esbelta, elegante, vestida a la moda hippie de la época y con una esplendida sonrisa.
Hablaba poco español y con un acento que golpeaba las palabras. No recuerdo de donde era originaria pero el sonido de su apellido me llega con claridad: , se escribía algo así: Cukanausee
Los muchachos la adoraron al momento, estaban embelesados y cuando era su hora de clases llegaban bañaditos y perfumados.
Como en todo salón siempre está el experto en sobrenombre y a la profe. La bautizaron “Buena papa” ─¿Adivinas por qué? – Por que todos se la querían comer.
Y así entre risas y bochinches cuando los muchachos la veían venir por el pasillo, subían corriendo al salón para que los encontrara sentaditos y atentos. Alguno imponía el orden gritando: ─ ¡acomódense que ya viene “Buena papa”.!
Las niñas, no tan niñas, entre risas, celos y juegos respondíamos a coro con ironía: ¡aaaah sí… Cukanause la que la … Y soltábamos la carcajada. Estimado lector dejo a tu imaginación lo que podíamos decir con ese apellido.
Genial estos nombres si me he reido, tambien tenia un profesor burro con sueño.
Jajaja si me pude reír, "Cukanause la que la …" aja ¿la que la qué? Digame yo que soy malísima para entender las frases en doble sentido?
Esta muy bueno Damarys y me gusta la manera en que lo contaste me hizo reír.
Un abrazo.
Éxito en el concurso ;-)
Esta muy bueno, lo que me imaginé con ese apellido me da verguenza decirlo, jajaj
Jajaja... me hiciste reir, quien no le ha puesto apodos a sus profesores, tiempos aquellos del colegio. Un abrazo :)
Los chicos le sacan punta a todo. Jeje
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