Divagación #1. Vives eternamente como un recuerdo.

          Y por alguna razón era ese tu color.

         ¿Por qué has venido a robar un ángel que aún no ha aprendido a volar? ¿Por qué has venido a arrancar una luz que aún tenía que brillar?  ¿A dónde llevas tu motín? ¿No te importa mi dolor? ¿Quién decide cuándo has de actuar?

          Y por alguna razón era esa tu flor.

         Quizá fue el tiempo que nos separó. Quizá sólo estás lejos y yo también... lejos donde el agua no es silencio sino voces de soledad, donde la brisa es de seda y la luna es de cristal. Ese lugar que tú llamas Más allá pero puede que esté más acá de lo normal.

         Y por alguna razón te detenías a observarla.

        A veces no se cómo ponerte en palabras, ojalá pudiera siquiera describirte. No voy a detallar las cualidades que te hacían único. Ojalá pudiera sanar con un par de palabras acomodadas del modo correcto. 

        Pero a veces las palabras no son suficientes....

         Quizá eras aquello que no se explica; un millón de contradicciones. Aún con eso, hay algo en lo que no varias; haces que me duelas de forma linda. Porque lastima el pasado pero me hace sonreír. Me dueles por las cosas que pudiste ser y no serás, me dueles pero de esa forma que es inevitable que no me duelas, me dueles porque me duele que no te duela.

         Desencadenaste en mi aquella melancolía de saber que cada día te alejas más y aquella tranquilidad que me provoca el sonido de la lluvia. Aún no me acostumbro a esa clase de sentimientos contrarios.

         La primera vez mis ojos se llenaron de lágrimas mientras sonreía, duraba en ese trance unos minutos hasta que me daba cuenta de que lloraba. Era esa la primera vez que lloraba por ti.

          Tengo que confesar que te admiraba en secreto, nunca nadie me había conmovido tan profundamente. Siempre en secreto.  Quizá por eso ese miedo intenso se apoderó de mi después de darme cuenta de que ya no estarías. Estaba sola, lo supe al darme cuenta de que a tu lado no lo estaba. Entré en pánico, en secreto, siempre en secreto.

          Hoy sólo me gustaría recordar que los sentimientos vienen siempre acompañados de confusión, que se cargan y se llevan, a veces ligeros y otras veces no tanto. 

          Aún no entiendo cuál fue la causa de tu adiós, quizá porque no quiero comprenderla nunca. Aunque duela recordar es más fácil que olvidar y recordarte es lo más fácil y difícil pues aún no olvido tu voz ni tu mirada pero no recuerdo con certeza tu silencio que era a veces mar y a veces fuego. Tampoco recuero bien cómo pasó pero en un momento de egoísmo me hubiese gustado ser tú y si en verdad no existe nada más, no recordaría el haber muerto, no sentiría ese pánico ni esos sentimientos contrarios. 

          Y por alguna razón yo sigo volviendo a ese lugar a observarla también.