De vuelta a las divagaciones

Y es que no sé si de verdad existes o si fuiste algún ideal que cree para protegerme.
Y es que no sé si eres real, si tus caricias son reales o si tu sonrisa es real.
Y es que no sé si existes así como yo existo, con más propósitos que tiempo, con más sonrisas que razones para sonreír.

No sé si existes y en medio de la duda, me imagino cada uno de tus sueños, imagino tus ojos y te reconozco como otra persona que me toma de la mano sin ningún motivo aparente.

Y es que sé que hay alguien por ahí escribiendo sus últimas palabras, sé que alguien, en algún lugar, está descubriendo por primera vez su pasión por el piano.
Sé que alguien, en algún lugar escondido de este mundo, está escribiendo una poesía jamás escrita, está cantando una canción jamás cantada. está pintando aquel cuadro jamás pintado.
Sé que alguien, en algún rincón, le está mostrando su corazón al mundo que tanto daño le hizo.

Y es que me gusta eso de que existas, ¿sabes?

Me gusta eso de ir por ahí pensando en ti.
Me gusta eso de saberte en calma, el cuestionamiento de tu existencia o no existencia sólo es producto del mero capricho de querer pensarte de forma distinta.
Me gusta eso de pensar en ti y de recordar aquella existencia en la que veíamos el atardecer desde alguna ventana pensando y pensando sin decir ninguna palabra.
Me gusta eso de recordarte y pensar en aquellas acciones que lo decían todo.
Me gusta esto de cuestionarme tu existencia para no temerle al haberte dejado marchar, sino al no haberte conocido.
Me gusta eso de que existas para darle compañía a mis letras, así no escribiría para sentirme menos sola.
Me gusta eso de que existas para recordarme que las letras hay que dejarlas sólo para cuando son necesarias.