El Cuarto Camino

Gurdjieff quien llego a Rusia en 1912 después de viajar por Asia y África, trajo consigo una enseñanza que no era una religión o filosofía si no que era una enseñanza práctica denominada el cuarto camino, la cual fue llamada así porque no fue el camino del faquir, el camino del monje o el camino del yogui. Cada uno de los cuales requiere que el candidato abandone el mundo para poder hallar el sendero luminoso, por lo que Gurdjíeff asegura que todos los demás caminos artificiales que existen en occidente no conducen a nada ni llevan a ninguna parte, y de no ser porque existe un Cuarto Camino, la gente de Occidente no tendría la menor oportunidad para desarrollarse internamente.

De acuerdo a Gurdjieff, la humanidad se encontraba en periodo precario en su evolución y que el mundo iba a colapsar a no ser que se combinara la sabiduría de oriente con la energía de occidente de forma armónica, este método de enseñanza es altamente para esta parte del mundo

Igualmente, argumentó que muchas de las formas existentes de tradición religiosa y espiritual en la Tierra habían perdido la conexión con su significado y vitalidad originales y por lo tanto no podían seguir sirviendo a la humanidad de la manera que se había pretendido en sus inicios. Como resultado, los humanos estaban fallando en darse cuenta de las verdades de las enseñanzas antiguas y cada vez se estaban volviendo más y más autómatas, susceptibles al control desde el exterior y cada vez más capaces de actos de psicosis masiva impensables como la Primera Guerra Mundial.

El Cuarto Camino enseña que los humanos no nacen con un alma y no son realmente conscientes, sino que solo creen que lo son. Una persona debe crear un alma siguiendo una enseñanza que puede conducir a este objetivo o "ir a ninguna parte" después de la muerte de su cuerpo. Si una persona puede recibir la enseñanza y encontrar una escuela, al morir el cuerpo físico "se irá a otra parte". Los humanos nacen dormidos, viven en el sueño y mueren en el sueño , solo imaginándose que están despiertos con pocas excepciones.

La peculiaridad del Cuarto es que el ser humano debe trabajar desde las circunstancias variables de la vida. El discípulo no tiene aquí posibilidades de esconderse en una montaña a meditar. Debe lidiar con las cambiantes condiciones externas, manteniendo el sentido y el sentimiento de trabajo y practicando la no identificación en medio de los sucesos y desdichas cotidianos.