Vamos como sardinas en lata a toda hora

Hola a todos, espero que estén bien.

Últimamente la situación del transporte público en Venezuela se ha empeorado y en el sistema Metro de Caracas, es cada vez peor. Es impresionante la cantidad de personas que día a día se ven en la obligación de usar esta vía para trasladarse a distintos lugares de la ciudad de Caracas. Y es por ello que es inevitable la aglomeración de personas dentro del sistema, donde necesariamente tenemos que ir muy pegados uno del otro. Ante esta situación, yo me pregunto: ¿será que esta es la única manera que nosotros los Venezolanos podemos estar unidos?, ¿es acaso esto, una lección que nos está dando Dios para que aprendamos a vivir unidos? y que de una vez por todas aprendamos a valorar y amar al prójimo como a nosotros mismos? Pero antes de amar a alguien, primero debes amarte tú, de esa forma tendrás más posibilidades de darle cabida a los demás y verlos como regalos que la vida te da para que aprendas a manifestar el amor a DIOS a través de tu actitud hacia ellos.

Es que nos hemos puesto tan intolerantes, egoístas e irrespetuosos, que muchas veces vemos a los demás con desprecio, en especial cuando vamos en el tren COMO SARDINAS EN LATA. Esto es algo que en el pasado se vivía sólo en horas pico, pero en la actualidad, se observa convulsionado a toda hora. Sin embargo, la lección sigue sin aprenderse: porque ante esta situación los usuarios se molestan, gritan, empujan, maltratan verbal y físicamente a otros, que sin querer (por lo general), "se pegan" porque requieren irse a cumplir con sus actividades, en un transporte que ya no les brinda espacio para la comodidad, aunado al mal servicio que se presta, producto del populísmo, el cual no permite que los usuarios paguen un pasaje similar al del transporte superficial. Por esta razón, la invitación es a reflexionar y a tomar conciencia sobre lo descrito, de tal manera que se puedan tomar acciones donde reine la empatía para que aflore el respeto, la comprensión y la paciencia, para que mejore nuestra calidad de vida y poder hacer lo que a cada quien le corresponde, partiendo por dar el ejemplo con un comportamiento adecuado y positivo que muestre la educación y cultura que se tiene al respecto