Hay muchas situaciones que la vida nos presenta, donde se requiere que tomemos algo y hacer que las cosas sucedan, pero... ¿qué será eso que se toma?, pues eso que toma, son DECISIONES, se necesita "TOMAR DECISIONES", unas más complejas que otras, pero decisiones al fin, sin embargo, hay momentos en los cuales NO SABEMOS que decidir, ni cómo hacerlo y es allí donde le damos paso a las INDECISIONES, cuyas causas pudieran asociarse a: falta de confianza en uno mismo, dudas, temores, miedos, entre otros. Es decir, una serie de emociones se presentan para interferir en lo que se debe decidir, esto hace que se genere mucha angustia y estrés, que sino se manejan adecuadamente, nos puede llevar a NO hacer nada y esto también se considera una alternativa de tantas a la hora de tomar decisiones, que cuando la evaluamos y la colocamos en una balanza, no tiene ningún peso, por lo que es recomendable acudir a nuestros pensamientos y reconocer lo que es mejor para nosotros, para nuestra vida e incluso para la vida de nuestros familiares. Una de esas indecisiones, quizás la pudieron vivenciar muchas personas el día de hoy en Venezuela, entre el dilema de VOTAR o NO VOTAR, por ejemplo.

Ante estas emociones encontradas, se deben considerar las diferentes alternativas que se tienen para optar por la más adecuada o por la opción que mas ventajas nos traiga y la que nos haga sentir mejor con nosotros mismos, que esté acorde a lo que deseamos realmente. Por esto, igualmente es importante identificar lo que sentimos, por qué y cómo ésto influye en nuestra manera de pensar y de ver la vida.

En ocasiones, cuando nos cuesta trabajo decidir, pensamos que si no decidimos, no pasa nada. Pero la realidad es que si no decidimos nosotros, otros lo hacen o decide la vida por nosotros y de todos modos nos vamos a enfrentar a las consecuencias de dicha decisión, con la diferencia de que no vamos a estar preparados, ni es algo que nosotros elegimos. Fuente