Comienza la aventura Día 2

cricri27 (49)in #spanish • 7 years ago (edited)

Ya preparada la ruta teníamos que comenzar nuestro viaje, levantamos las maletas para despedirnos del gato, que nos miró con una ternura y tristeza; la vecina alcahuete de nuestra aventura seria su nueva madre. El gato ronroneaba con desesperación a nuestro alrededor y nos convenció de llevarlo, no podría estar tranquila como dejarlo y pensar que pudiera morir de desamor. Así que el compañerito también se nos unió con su cajita de arena. Comenzó el sueño tan perfecto y sereno jamás pensé que podíamos hacerlo, mi compañero de viaje iba al timón y yo de copilota señalaba las rutas con mi dedo, sin muchas tecnologías que perturbarán nuestra paz; para activar el modo viajero en nuestras vidas.

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Prontamente en la vía lejos de las congestionadas autopistas contaminadas de monóxido de carbono y molestos ruidos industriales; comenzamos avistar un cambio en los pálidos grises de la ciudad que se desvanecían entre la carretera abordando un verde intenso mientras nos adentrábamos a un pueblo aledaño para colocarle combustible al auto; estábamos boquiabiertos eran una mezcla tan natural de colores y gigantescas montañas, hasta el gato estaba hipnotizado, las cuatro paredes del apartamento y su vieja caja de arena era lo único que conocía, nos reímos a carcajadas mientras descifrábamos los gestos del felino.

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Era majestuoso observar tanta belleza junta aun no llegábamos a nuestra primera parada pautada y ya estábamos enamorados, parecía niña con dulces, embelesada por el paisaje no podía despegar mis manos y rostro de la ventana, cualquiera pensaría que nunca había viajado; no pensaban mal en realidad nunca había salido de mi zona de confort. Limito eso pensamientos para seguir captando las elegantes aves que cubrían el ancho cielo azul también siguiendo su destino, tan libres como el viento desplegando sus alas con una asombrosa sincronía, tal cual coreografía que no tendría nada que envidiar a famosas estrellas de baile del mundo.

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Las faldas de las montañas eran bordeadas por un fino riachuelo azulado se veía tan mágico, era el bebedero de algunos animales que pastaban pacientemente, entre los frondosos árboles que aguardaban la sombra de muchos ellos; árboles de hermosos frutos hogar de familias de ardillitas que de lejos se veían correteando entre la maleza para subir. Nunca había visto un lugar así solo en televisión; me estaba quedando dormida cuando mi perezoso gato salta encima de mí avisándome que vamos aparcar. Lentamente aparcamos en una vieja estación de servicios que parecía de las películas del lejano oeste; donde conocimos unos lugareños muy simpáticos que nos invitaron a su casa en lo alto de una colina que se observaba desde nuestro punto de llegada.

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Logramos comprar algunos materiales interesantes en la bodeguita de la estación nos dirigimos al mismo camino de esas personas, entramos a un lugar donde el bosque era muy denso cada vez más frio, subimos como pudimos lo más alto de la colina al fijar mi mirada al frente con mucho esfuerzo por mi terca miopía vi un encantador lago no muy grande pero si suficiente para el resguardo de varias familias de cisnes que nadaban por orden de tamaño, casi que lanzándome del carro corrí lo más rápido que pude para ver de cerca a estas espectaculares aves quienes volaron huyendo de mi desbarrancado amor por ellas. Era tan hermoso la cabaña donde nos dieron alojo parecía de ensueño un poco tosca pero muy cálida, como esas peliculas vaqueras que siempre veía, estaba súper agotada aunque no eso no era impedimento para resolver seguir recorriendo los establos de la familia.

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No era parte del viaje conocer este lugar ni a esas personas que nos brindaron su ayuda incondicional nos convertimos en grandes amigos en pocas horas, ellos también era viajeros en su juventud esa era su casa estable, después de recorrer muchos países decidieron residenciarse lejos del pueblo y así ayudar a todos los viajeros que pasan por allí orientaron nuestra ruta y nos enseñaron algunas maneras de generar ingresos para seguir costeando nuestro sueño que apenas comenzaba. Recargamos nuestras pilas y partimos al amanecer sabiendo que íbamos añorar ese lugar donde se respiraba la paz.