Mas allá del camino - Capitulo I
Hola Steemians
En esta oportunidad vengo a compartir una experiencia que viví hace algunos años y estoy seguro que vale la pena contar. Esto fue en aquel entonces cuando estudiaba en el liceo, estaba reunido con mis amigos más cercanos y decidimos explorar una de las zonas que conforma el Ávila, lo que actualmente es conocida como el Waraira Repano. Para los que no tienen idea, ésta, es una gigantesca montaña que rodea gran parte de algunos de los estados de Venezuela, como el Distrito Capital, Miranda y Vargas. Ya decididos, comenzamos a planificar las cosas que necesitábamos para acampar en los próximos días. Por mi parte procure llevar ropa que me permitiera estar de acuerdo a la ocasión, un pantalón de tela deportivo, dos (2) franelas y un sweater por si hacía frío, el indispensable suministro de agua, una cavita llena de arroz con pollo preparado por mi madre y por supuesto una carpa que compre especialmente para el viaje.
Llegado el esperado día, se unieron otros amigos y emprendimos el viaje en camioneta hacia la calurosa ciudad de Guatire, el cual sería la región de entrada para dar inicio a nuestra expedición. Recuerdo que estaba emocionado y asustado al mismo tiempo, ya que nunca había hecho algo parecido y mucho menos para quedarme, pero ahí estaba con mis panas que tenían la experiencia de acampar en esa majestuosa montaña. Al llegar a la parada destino, recorrimos unas cuantas cuadras en la que se veía lo típico de las afueras de caracas, monte y grandes casas.
Continuamos adelante hasta llegar a lo que sería una caballeriza, el cual era el punto de referencia que indicaría la entrada a la travesía. Para ese momento se habían hecho como las 6:30 pm de la tarde y la luz del día estaba comenzando a oscurecer. Cruzamos una reja y nos percatamos del albergue de unos caballos, a la vez que escuchamos el sonido de unos pasos que se apresuraban hacia nuestra dirección. Ya cerca, vimos a un señor quien parecía ser el guardián del recinto, e inmediatamente nos hace la siguiente pregunta, “que hacen a estas horas por aquí”, en ese momento uno de mis amigos responde que vamos camino a la montaña, el señor nos advierte que es tarde y hay que tener cuidado con las culebras, ya que había llovido y ellas buscan cualquier cosa que tenga calor, mi amigo responde que no se preocupe, que él ha ido otras veces y conoce el camino, el señor nos observa detenidamente y luego de una pausa nos permite pasar, diciendo, vallan con cuidado “Dios los acompañe”, al retirarnos le dimos gracias y un poco más alejado vimos una pequeña cabaña en la que se veía humo salir, pensé, seguramente el señor habrá salido de ahí.
Ya pasado un rato, la noche había hecho acto de presencia, mi amigo el “guía” saca un machete y enciende lo que serían unas antorchas. Recuerdo que corto unas ramas secas de unos pequeños árboles y en uno de sus extremos envolvió algo que parecían ser trapos en muy mal estado, los amarró con alambre, le derramo un poco de querosén hasta que finalmente las encendió con fósforos para distribuirlas entre los miembros del grupo. Le dije a otro amigo que ojalá hubiésemos llevado una cámara para grabar, así veríamos después lo que habíamos hecho.
De subida en el camino, pisamos oficialmente la tierra de la montaña, nos dividimos en pequeños grupos de tres (3) y dos (2), de acuerdo con la cantidad de antorchas que teníamos para iluminar el camino, el cual nos comenta el “guía” que era muy angosto ya que no era muy visitado por excursionistas. Hubo un punto que tuvimos que alternar turnos para cortar el monte con el machete, ya que literalmente nos impedía el paso por su gran altura, además de correr el riesgo de provocar un incendio accidentalmente. Pasada hora y media, la sed y el cansancio se hicieron sentir, nos sentamos a descansar y luego de un rato el “guía” dice “hay que continuar” cuando lleguemos al “primer mirador” podremos acampar. Para nuestra desgracia, el efecto de combustión del querosén había perdido su efecto y teníamos que continuar con la escasa claridad de la noche, solo podíamos ver el brillo de la tierra que se marcaba en el camino.
Mi compañero se sentía muy “cansado”, le dije a los demás que siguieran, que yo lo esperaría hasta que retomara el aire, entonces continuaron y me quede esperando, él me dijo que me fuera, “que lo dejara solo”, lo cual me causo mucha gracia y le dije estás loco “no te voy a dejar aquí”, al parecer se le había bajado un poco la tensión y estaba diciendo necedades, esperamos como diez (10) minutos y me dijo que ya se sentía mejor. Entonces comenzamos a caminar hasta que llegamos a una bifurcación, es decir, el camino se había dividido en dos (2) caminos más, y ninguno sabíamos la dirección correcta, simplemente tomamos el lado izquierdo, el derecho parecía ir en bajada, la verdad no teníamos idea y no nos podíamos detener, caminamos como veinte (20) minutos mas y a duras penas logramos ver la superficie de una colina, “bingo“ era el primer mirador.
Continuará...
Gracias por leerme
Esperando la continuación... Saludos.
Hola @hegaby ando afinando unos detalles y con mucho gusto la comparto para ustedes! gracias por estar pendiente
Que intriga, espero la continuación.
Gracias por comentar @breili te anoto para el siguiente capitulo :-D jejeje