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Capitulo 1
10 meses antes
Era una tarde especial, estaba nublado y lloviznando, yo me encontraba en un instituto realizando un propedéutico, hacía mucho frío y no se podía ver mucho más allá de cinco metros por el clima. Me encantaba estar ahí, rodeado por la naturaleza, el silencio absoluto, pocas personas pero muy inteligentes, y fue el día que besé a la chica que me gustaba. Ella es blanca como la nieve, de estatura pequeña, aproximadamente 1.60, cálida sonrisa, pómulos rellenos, cabello castaño oscuro con unas californianas rojas en las puntas, ojos de color marrón oscuro y un cuerpo excelente. Era perfecta, pero con un carácter de mierda.
Los minutos pasan lentos, y yo pretendo viajar a sus pensamientos. Me hablaba y graciosamente no le prestaba atención, me tenía hipnotizado de su belleza y simplicidad. No sabía que decir, siempre he sido muy pésimo para estas situaciones. Es más, aún no sé cómo estoy teniendo una conversación con ella.
-flashback-
La mañana de un sábado fue primera vez que la vi, era un hermoso día, el sol estaba en el cielo mandando un caluroso saludo, pero el viento lo compensaba todo. Ella se encontraba caminando con una sensualidad especial por el bulevar del instituto. En cambio, yo sólo conversaba de la vida con mi mejor amiga, Zoe, cuando ella pasó enfrente de nosotros me quede mirando como un idiota las curvas de su cuerpo, un cuerpo esculpido sólo por los dioses. Un pequeño rayo de luz iluminaba su figura, parecía un ángel caído del cielo y yo no lo podía creer. “será que estoy soñando”, pensé.
-Quién es ella?- Le pregunté a mi amiga.
-Se llama Mía, te la presento?- Me indicó.
-Por supuesto que no, me da mucha pena- contesté con la cara roja pero aun mirando a la bella chica.
-Yo te la presento, no seas tímido, ella no te comerá, creo- sonrió, aunque no me causó gracia.
Una semana después me tocó ver clases con Mía. La clase se llamaba psicoafectiva, me gustaba mucho esa cátedra, ampliaba mis conocimientos, mis puntos de vista y mi agilidad para resolver problemas. El gran problema era que no estaba prestando atención, no podía dejar de observar a la chica, parecía un león siguiendo a su presa. El aula donde nos encontrábamos era un poco pequeña, yo estaba sentado del lado derecho, ella se encontraba justamente en el centro. Ese día tuvimos que opinar sobre el recorte de una película, “Cadena de favores”. Dividimos el salón en grupos de opiniones para hacer un pequeño debate sobre el vídeo, seis grupo de seis personas, cada grupo tuvo que elegir a un integrante para expresar la discusión que tuvieron, la persona en mí grupo era yo. Casi todos los grupos habían terminado de dar su opinión, pero solo quedamos dos por describir lo que sentimos y pensamos cuando observamos el recorte. Me sorprendió al verla de pié y dar su opinión, no sólo era hermosa, era muy inteligente. Cuando terminó me levanté y empecé a dialogar sobre el vídeo, comencé a tartamudear de los nervios y no quería parecer un tonto frente de ella, pero creo que mi gran temor se hizo realidad.
Ha pasado una semana desde que vi clases con Mía, y Zoe aun quiere presentarme a la chica, me ha insistido en muchas oportunidades pero me he tenido que negar para no hacer el ridículo, bastó con tartamudear como un idiota en la clase. Ese día estábamos caminando por el instituto cuando la encontramos en la entrada del edificio donde veíamos clases de Matemáticas. Zoe fue a saludarla, mientras la saludaba realizó una sonrisa maliciosa, de inmediato supuse que tramaba algo. Poco a poco se acercaban a mí y yo cada vez me ponía más nervioso, el pulso se me aceleró y mis manos comenzaron a temblar.
-Ella es Mía, te la presento- Zoe le agarro la mano a Mía y se la extendió.
-Mucho gusto, me llamo Ian - Le conteste un poco nervioso pero muy alegre por haberla conocido.
Me respondió con una sonrisa, sin más que decir se retiró y fue cuando mi cara comenzó de ser blanca a ser colorada. Luego de unos minutos le reclamé a Zoe por lo que había hecho, yo no estaba preparado para esta situación, mucho menos para conocerla. muy bien sabía que me gustaba Mía, pero no esperaba que de verdad me la presentara.
-Estás loca?- Le grite luego que se fue Mía.
-No la querías conocer?- contestó con una sonrisa sarcástica.
-Claro que la quería conocer pero no de ésta manera, ahora que va a pensar?- Le respondí con un poco de angustia.
-Nada, es algo normal que unas personas se conozcan- indicó.
-Bueno, está bien- le contesté, pero aún me preocupaba la situación.
Un sábado por la noche, me encontraba en la red social Facebook, estaba observando las publicaciones de mis compañeros del propedéutico y me encontré con una imagen donde Mía aparecía. Sentí algo especial, tuve la necesidad de ver su perfil para observar sus fotos. Sin darme cuenta, le mandé la solicitud de amistad, me acepto y comencé a conversar con ella. Al principio fue una conversación sencilla, discutimos sobre el tercer parcial de matemáticas, yo no lo había pasado, y ella estaba cien por ciento segura que tampoco lo había pasado. Luego conversamos un poco sobre mi amiga Zoe. Me indicó que era bonita, agradable, una gran amiga y buena persona, por supuesto que se lo confirmé. Luego de un rato comenzamos a hablar sobre nosotros, nuestra edad, nuestros gustos, nuestras vivencias, las cosas que teníamos en común, etc. Ella tenía una escritura perfecta, algo que muy pocas personas tienen, era muy inteligente, hermosa, humilde y amigable. Esa noche yo me encontraba en la casa de un familiar, ya me debía ir a mi casa, me despedí lo más amigable que pude y me fui.
Tuvimos una semana completa conversando sobre nosotros. nuestros gustos, nuestros amigos, las actividades que realizaba en el propedéutico y algún que otro tema. Fuimos reforzando poco a poco nuestra amistad. Cada día le escribía con mucha emoción, sabiendo que era un chica interesante con la cual podía conversar de múltiples temas sin aburrirme. Anteriormente había conocido a muchas personas aburridas, o sólo lo eran para mí, entrabamos en un tema de conversación y a los cincos minutos me aburría de hablar con aquella persona, pero no es de extrañar. Lo que más me extrañaba, era que tenía una semana entera hablando con Mía y no perdía el interés, en lo absoluto. En las conversaciones le comente que era muy tímido, no le importó mucho, pero ella quería que la saludara en persona al menos una vez, me puse nervioso al leer eso pero me decidí a hacerlo.
Conocí a su mejor amigo, Jhon, para saber un poco más de ella pero terminamos conversando de un Videojuego online. Jugamos algunas partidas, me reí bastante y disfruté el momento. Luego de un rato comencé a interrogarlo para saber un poco sobre Mía, me dijo lo que ya sabía, sus gustos, actividades, etc. Aunque hubo algo que me sacó de mis casillas, me comentó que yo le gustaba un poco, eso me emocionó.
Recuerdo muy bien el día que la vi después de conversar con ella por la red social Facebook, sólo fue eso, vernos. Para mí hacer el ridículo es mortal, es como morir lentamente mientras los demás te miran. Personalmente, es una sensación que no me gusta sentir, un vacío que no puedes llenar con nada, sólo queda esperar a que todos se olviden de lo que hiciste. La vi un par de veces en la tarde, por el bulevar sentada con sus amigos, pero ni loco me iba a acercar. Para sentirme cómodo tenía que estar completamente sola, pero eso era imposible en ese momento, siempre estaba con sus amigos y eso me impedía saludarla. A las cinco de la tarde, aproximadamente, me encontré con su mejor amigo, estábamos saliendo de clases, a pesar de que no compartimos la misma aula salimos juntos.
-Está muy molesta contigo- me comentó mientras caminábamos.
-Me imagino, se lo prometí y aún estoy aquí sin saludarla, donde está ella?.
-Bueno, me está esperando para irnos juntos. Mi madre nos llevará y la dejará en su casa.
-Puedes darme unos minutos para hablar con ella?- tuve que preguntar para no romper mi promesa.
-Claro, pero solo quince minutos, nos tenemos que ir de inmediato.
-Vale, quince minutos son suficiente.
Luego de un rato caminando con su mejor amigo, la visualicé a lo lejos, estaba sentada sola en una silla de concreto, pero muy molesta, se le notaba a quinientos metros de distancia, pensé que iba a explotar y no me dejaría conversar con ella. Para irme a mi casa tengo que tomar un bus que solo salía una vez al día del instituto, ese bus estaba a punto de partir, y si no lo agarraba a tiempo, me tendría que quedar a pedir un aventón a cualquier persona.
Poco a poco me voy acercando a Mía, tengo miedo de su rechazo pero tampoco quiero romper una promesa y mucho menos arrepentirme de no haberla saludado. Faltaban pocos metros para estar junto a ella y su cara era única, primera vez que veo a una chica tan odiosa y molesta pero al mismo tiempo hermosa. Quiero llegar y sorprenderla, saludar amistosamente y ser un poco sarcástico pero no se me ocurre nada para eso. Cuando llegamos, Mía saludó a Jhon y luego me dirigió la mirada con un poco de rechazo, y se volvió a sentar en la fría silla de concreto. Jhon se despidió de nosotros, le comentó a Mía que se diera prisa porque su madre estaba apunto de irse.
-Hola, Mía cómo estás?- Saludé un poco nervioso.
-Mmm bueno, bien, ajá- Me contestó lo más cortante posible.
-Por qué estás molesta?- era obvio que sabía la respuesta.
-Ya deberías de saberlo- me dirigió la mirada pero no la sostuvo por mucho tiempo- Me dijiste que me ibas a saludar y te la pasaste todo el día ignorándome- Afirmó con un tono de voz molesto.
-Te lo prometí y aquí estoy. No me gusta saludar cuando estas rodeada de personas que no conozco, lo siento.
-Por qué no saludas y las conoces?.
-No lo sé, siempre se me ha hecho complicado, pero cumplí mi promesa, aquí estoy, junto a ti charlando.
-Bueno, ajá.
-Cómo estás, Cómo te fue hoy?- Le pregunté para desviar un poco el tema.
-Pues bien, excepto que una persona que conozco me hizo molestar porque no me saludó en todo el día- sonreí durante unos segundos- Si eres descarado.
-Tengo la leve sospecha que todo lo que hago te molesta.
-No todo, pero todo lo que hiciste hoy si.
-Vamos Mía, no te molestes conmigo, sabemos muy bien que a todas las personas se les hace difícil algo. Yo no puedo conocer personas fácilmente.
-Pero igual podías ir y saludarme- insistió.
-Bueno, tienes razón pero ya no te molestes conmigo, sonríe conmigo y seamos felices- sonreí
-Si ajá.
Es irritante tratar de contentar a una persona y que la misma no ponga de su parte, pero seguí intentando hasta que calmo un poco. Poco tiempo después me dí cuenta que ya habían pasado 20 minutos y mi trasporte ya debería de haber salido.
-Tengo que irme, mi transporte me dejará y no puedo quedarme aquí durmiendo, claro está.
-Muy bien, me escribes cuando llegues a tu casa, vale?.- me indicó mirándome a los ojos.
En ese momento nos pusimos de pie, nos observamos durante unos minutos intentando adentrarnos a nuestros pensamientos, nos comunicamos con nuestras miradas, poco a poco fue floreciendo una sensación de deseo, el deseo de probar sus labios y conservar un hermoso recuerdo en nuestras memorias. Tuve que besarla. Fue intenso y duró algunos segundos, nuestros labios se entrelazaron uniendo nuestros cuerpos, permitiendo sentir su respiración y su calor corporal. Lamentablemente tenía que retirarme, me despegué de su cuerpo y sonreí, y ella también lo hizo.
-Aun sigues molesta conmigo?- Le pregunté.
-Si, y lo seguiré estando. Debes irte, ve.
Tuve que irme corriendo para llegar a tiempo, por suerte estaba apenas saliendo el bus y cuando me vio se detuvo, me monté, di las gracias y me senté junto a mi amiga. Zoe comenzó a bombardearme de preguntas, le comenté que la besé pero no le dije mas nada. Mientras Zoe seguía preguntando, yo estaba aun en aquel momento, sintiendo aun sus labios tocando los míos. Después de diez minutos comencé a responder a todo lo que me preguntó.
-Tenías una sonrisa de idiota mientras te hablaba, qué sucedió ?.
Le tuve que contar cada detalle de nuestra conversación pero eso no fue relevante, lo importante se lo había comentado apenas me senté junto a ella.
Esta novela está creada con todo el cariño y amor que puede tener un escritor, si por casualidad ven algún error ortográfico pueden mencionarlos en los comentarios, es para ayudarme a corregir mis errores, les agradezco mucho su colaboración.
La Promesa es una novela que será publicada semanalmente hasta su final, no tengo una cantidad precisa de capítulos pero espero que la disfruten de todas maneras. Los capítulos serán publicados cada miércoles, a más tardar, una semana después de la acordada, gracias.
sí aun no haz leído el PROLOGO te invito a que lo leas.
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