Una maestra de escuela secundaria de Los Angles tenia una manera muy singular de estimular a sus estudiantes para que pensara. De vez en cuando, escribía en la pizarra breves mensajes que no tenían relación con lo que estaban estudiando en ese momento.

Una mañana, los alumnos encontraron el número 25.550 escrito en la pizarra. Por fin, uno de ellos levantó la mano y le preguntó a la profesora por qué estaba allí esa cifra en particular. Ella explicó que 25.550 es la cantidad de días que ha vivido una persona de 70 años. De ese modo, estaba tratando de hacer hincapié en la brevedad de la vida y en el valor que tiene cada jornada.

Cuando yo era joven y miraba al futuro, el tiempo parecía pasar de manera sumamente lenta. Era dificil imaginar lo que solía decir las personas mayores: "que el tiempo pasaba con tanta rapidez que se preguntaban adónde se había ido". pero a medida que voy envejeciendo, los años parecen cortos y efímeros, sobre todo cuando o compara con la eternidad.

Esto enfatiza lo que Santiago declaró sobre la vida: "es neblina que se aparece por poco tiempo, y luego se desvanece" (Santiago 4:14). Por tanto, es importante que aprovechemos al máximo las oportunidades que tenemos de honrar a Dios, servir a los demás y proclamar a Cristo. Pidamosle al Señor que nos enseñe "a contar nuestros días..." (Salmo 90:12) para que los vivamos con sabiduría.

No te limites a pasar el tiempo; inviertelo.