Cómo hacer que la gente haga lo tú quieres.
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Uno de los mayores deseos humanos es ser reconocidos. Ser líder es el ideal de muchos que hoy sólo piensan en sobrevivir, aquellos que caminan al mismo paso de la muchedumbre y no saben cómo salir a flote por encima del resto. ¿Dónde te encuentras tú? Si tu posición es de liderazgo desearás leer esto para incrementarlo y si tu posición es del promedio de las personas serás feliz de encontrar este artículo.
El ser humano nace con una capacidad inmensa de ser tomado en cuenta. Desde pequeños tenemos el instinto de que nuestra madre y padre hagan lo que nosotros deseamos. Somos felices si se hace nuestra santa voluntad. El bebé llora buscando atención, imponiendo sus necesidades.
Luego, siendo adolescentes seguimos ese mismo esquema: queremos ser reconocidos en el colegio, en el vecindario, en nuestra casa. Añoramos ser el centro de atención, envidiamos a quienes lo son, bien sea por su belleza física, por su personalidad extrovertida, por sus actuar cómico o por algún talento que posea.
De adulto nos esforzamos por sobresalir en el trabajo, por ser tomados en cuenta en nuestras actividades laborales. Y toda la vida soñamos con ser importantes en nuestro ambiente. Pero, casi nunca se nos enseñan técnicas y estrategias que nos permitan lograr tal sueño.
En este post quiero tratar ese tema para que comencemos a lograr aquello que deseamos desde que somos bebés.
Como hacer que la gente se fije en nosotros, nos vea, nos tome en cuenta.
Primera regla de oro para hacer que la gente haga lo que queremos es: la reciprocidad.
Si quieres obligar a alguien a hacer algo sólo conseguirás una gran resistencia y una gran frustración de parte y parte. Por lo cual usaremos la primera regla de la persuasión: La Reciprocidad.
La primera regla de la persuasión es la reciprocidad, si queremos que las personas nos saluden, entonces saludemos primero nosotros, si deseamos que las personas nos feliciten en nuestros cumpleaños tengamos un detalle en sus cumpleaños. Debemos pues dar primero, antes de recibir. El ser humano tiende a devolver aquello que ha recibido de maner gratuita, sin esperarlo, sin que lo pidiera; por lo tanto, no esperemos que nuestra familia, nuestros hermanos, nuestro padre o madre nos pidan las cosas para darlas y veremos cómo ellos nos darán también de su parte.
Por lo tanto: da aquello que deseas recibir.
La segunda regla que consideraremos será: el agradecimiento.
Posiblemente, con la primera regla muchos dirán: "muchas veces me canso de dar, pero nunca recibo algo a cambio". Esto ocurre porque ciertamente damos, pero quizás no estamos agradeciendo lo suficiente. Por ello, practiquemos la virtud del agradecer. Agradezcamos por todo, por cada detalle, por la sonrisa, por un saludo, por un pequeño favor y veremos cambios importantes en nuestra vida. Sobre todo a aquellas personas que la mayoría ignoran: los choferes del transporte público, los porteros de los centros comerciales, los albañiles, la señora que limpia; pero, también a las personas que consideramos importantes, muchas veces son los que se sienten más sólos porque la mayoría se sienten intimidados por su presencia. No importa si no nos corresponden, pero es un excelente ejercicio. La gratitud en silencio no sirve de nada.
Así que si deseas ver cómo las personas te consideran su líder y te escuchan, te imitan y te buscan Sé Agradecido y verás milagros en tu vida.
Tercera regla de oro para hacer que la gente haga cosas. El elogio sincero.
Elogiar es una de las cosas que nos ayudan a ser líderes en nuestro entorno. No olvidemos nunca de hacerlo, siempre que este sea sincero. No debemos hacer elogios manipulativos y falsos para lograr ciertas demandas, eso se sienten y es poco leal. Nuestros elogios que sean sinceros y sencillo, ejemplo: "me gusta la camisa que traes hoy", "excelente corte de pelo"... Cosas que normalmente las personas hacen para llamar un poco la atención, pues hagámoslo y veremos cómo las personas se sentirán inclinados a apoyarnos constantemente.
Cuarta regla de oro para hacer que las personas hagan cosas: aprendamos a escuchar.
Muchas veces no tenemos tiempo para los demás. No escuchamos, no nos quedamos 5 minutos para compartir unas palabras de saludo con los demás, pues aprendamos a apreciar a las personas que nos hablan, sintámonos interesados por su asuntos. Permitamos que hablen y escuchemos atentamente prestando atención a lo que dicen. Quizás esta actividad es un poco difícil, sobre todo si nuestro día es ajetreado, pero valdrá la pena porque seremos especiales para aquellos que quizás nadie los escucha.
Quinta regla de oro: Use el nombre de las personas.
Siempre que sea posible pronuncie el nombre de las personas que nos rodean. El nombre para alguien es un botón que suaviza y calma cualquier actitud adversa en nuestro prójimo. Siempre que alguien pronuncia nuestro nombre lo hacemos inconscientemente familiar, recuerda que quien pronunció primero nuestro nombre fueron nuestros padres, hermanos y seres queridos, por lo cual identificaremos a las personas que lo hagan con nuestros seres queridos.
Sexta regla de oro: Saber callar.
Nunca comentes con terceros, algo que te haya dicho alguien. Esta regla te salvará de muchos problemas, pero además te hará una persona digna de confianza. No caigas en la tentación de delatar a alguien, porque siempre se sabrá la verdad y quedarás mal ante todos. Lo que has escuchado, guárdalo como un tesoro y verás cómo conseguirás un liderazgo único y sincero.
Séptima regla de oro: Sonríe siempre.
La sonrisa calma las ansiedades, muestra una simpatía única y debilita cualquier clima hostil en el que te encuentres. La sonrisa vale mucho y cuesta poco. Siempre sonríe y verás cómo tus opiniones pasarán casi sin ningún tipo de resistencia.
Octava regla de oro: Nunca discutas con nadie.
Cuando tengas una opinión diferente simplemente no la presentes en ese momento, quizás puedes manejar la situación sin colocarte de manera frontal a tu interlocutor. A veces es mejor callar que discutir, porque en una discusión ninguno de los dos ganará. Simplemente, espera el momento adecuado para demostrar con hechos que tú tienes la razón, quizás descubra que realmente eras tú quien estaba equivocado.
Novena regla de oro: expresa tus peticiones en términos de beneficios de tu contraparte
Siempre que tengamos la necesidad de algo, debemos pensar antes en cuál será el beneficio para los demás. Debemos buscar esos beneficios, pero si no existen entonces nuestra idea o propuesta carece de sentido. No podemos esperar que las personas colaboren con algo que no les resultará beneficiosos, por lo tanto antes de proponer cualquier cosa constatemos que será una relación ganar-ganar.
Décima regla de oro: Mantente siempre en demanda, nunca en oferta.
Parte del ser líder es evitar la pesadez. No podemos ser aburridos, estorbar o cansar a las personas que nos interesa persuadir o dirigir. Ser cansador es una de las cosas de las que debemos huir. Si nos interesa alguien y queremos conseguir su simpatía jamás podemos ponernos en oferta excesiva, aunque tampoco extremar nuestra demanda porque seremos odiosos y soberbios. Un equilibrio es lo mejor, pero con tendencia a ser más bien falta. Que se nos extrañe un poco, que jamás nos digan: "bueno, seguimos hablando luego, debo trabajar"...
Seguro que con estas reglas conseguiremos un grado importante de liderazgo. Nuestros amigos nos apreciarán mucho y seremos siempre bienvenidos en todo lugar.
Espero que les haya gustado y les pueda servir de ayuda. No olvides comentar y si te gustó ya sabes: Upvote!!!
Agradecimientos a aquellas páginas de las que tomé las imágenes.
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Muy buen contenido!!! Gracias :D
A ti gracias por apreciarlo. Saludos ;)