El vicio de la desmemoria: votar o no votar no es el dilema porque nunca fue la agenda

En esta ocasión me tomo la madrugada para realizar este post, porque francamente no estoy de acuerdo con algunos post relacionados a la situación del votar o no votar, que no es ningún dilema, en las elecciones regionales este 15 de octubre. Probablemente, sientan que desdeño con mi posición, pero, es que yo no estoy dando una opinión ni estoy llamando a creer en alguien en particular; con la política, soy un escéptico: yo no creo en las personalidades, yo creo en los hechos presentes en la realidad y que, desafortunadamente se desfiguran en la desmemoria constante y vulgar de mi gentilicio. Y oye, amo a mi gentilicio, pero participar en estas elecciones regionales es un ardor en la dignidad y la memoria histórica.

Como yo me baso en hechos y nada más, permito hacer un breve recuento: las calles explotaron con la famosa sentencia del TSJ en la cual subrogaba todas las funciones de la Asamblea Nacional, sentencia mas bien inútil, porque los propios diputados electos por mayoría abrumadora anularon sus curules, pues, declararon en voz alta la libertad de doblarse para no partirse y murieron todos los que no se doblaron por igual; es decir, la Asamblea Nacional desde que se juramentó jugó a la sumisión, nunca enfrentó la tiranía y sesionaron como si se trataran de un programa de naciones unidas, legislando como si esto fuese un país normal, sin crisis humanitaria, sin mafias por doquier, etc. Pero eso es cuento viejo ¿No? Total que, tras la famosa sentencia, la calle expolotó sin demoras, sin llamados de ningún menguado politicoide arrastrado. La pura ciudadanía salió casi que masivamente, pero, recalcar que las calles tenían ya cierto tiempo encendidas en protestas nocturnas donde el caos era galopante. Y obvio, nadie decía nada al respecto. Un grueso de la ciudadanía no decía nada porque no tiene Twitter, otro porcentaje de la ciudadanía tuiteaba pues no podía hacer nada más y la clase política "opositora" totalmente desentendida.

Tras los primeros treintas días y un muchos asesinados, anuncian la implementación de una Asamblea Nacional Constituyente. La abolición de la República como la conocíamos, pero ¿No estaba ya esta al borde de la ruina? Sucede que la planificación criminal y comunista se estaba dando pasivamente, en lapsos plenamente controlados, pero esto, era un salto muy alto, tan alto que el mundo los ha desconocido casi que por completo. Después de esto, semanas y muchos asesinados después, sucede algo sin precedentes en la dirigencia opositora que antes ya nos había traicionado, pero esta vez se pintaba disinto, no tendrían espacio para una jugarreta insana porque la ciudadanía, desde las clases altas hasta las clases más bajas, gritaban LIBERTAD en las calles y los que salimos a esas protestas sabemos que es así; sucedió lo siguiente: invocación de los artículos 333 y 350. ¿Qué significó esto? Que desconocimos la hegemonía, desconocimos los nefandos; ya no eran nadie: el vacío de poder debía ser llenado. Desconocimos las autoridades y nos declaramos en desobediencia civil; ya no eramos oposición al sistema sino que eramos insurgentes contra el sistema; esto fue la significación de la ruptura entre ciudadano y Estado: ejerciamos, digamos, oficialemente el derecho natural a la legítima defensa contra un Estado opresor, tirano y totalitario.

Siguió pasando el tiempo después de aquello con un número mayor de asesinados ¡Maldita sea, vimos a nuestros hermanos de patria caer por la libertad absoluta de la República! Y aunque, las protestas no contaban con la conducción política que demandaba la circunstancia, la ciudadanía no desistía y seguía saliendo masivamente. La ANC fue pautada para el 30 de Julio, pero nosotros, juntos con la dirigencia que dio la cara —máscara— con nosotros, pautamos un plesbiscito para el 16 de julio que, cualquier cosa emanada de tal acto era y debía ser vinculante a la AN, pues, fue un acto convocado por ella. Lo cual, sí era una manifestación realmente rebelde del voto y contra el sistema; organizado por nosotros, los irsurgentes, sin CNE fraudulento, sin autoridades desconocidas previamente, ni nada de aquello que sólo había significado el detrimento de la nación (A excepción de la MUD). El plebiscito contó con las siguientes preguntas:

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Del plebiscito emanó un mandato directo a la AN y a la dirigencia opositora. Siete millones setecientos mil ciudadanos votamos tres sí, una cantidad estridente para tan poco material y tan pobre logística, porque la realidad era que no teníamos financiamiento para un evento mayor y ¡aún así, panas! La mayor protesta en la historia de la humanidad, carajo. En toda esa semana luego del plebiscito, la dirigencia pidio tiempo para elaborar una agenda para irnos a la «hora 0», la fase definitiva y definitoria de esta lucha por la libertad. La ciudadanía yacía impaciente porque esto era todo, no había vuelta atrás, todos estabamos comprometidos y por arte de magia todo se diluyó. La dirigencia opositora no hizo nada, se desentendieron, la AN nunca sesionó en consuenci al mandato emitido, todo lo dejaron. Decenas de asesinados, miles y miles de heridos y lesionado, muchísimos de por vida, cientos de presos políticos. Simplemente se escudaron con que un gobierno de transición no era constitucional y que la ggente ofrendó sus vidad por una elecciones regionales, o sea, la demencia selectiva por parte de todos esos infelices. Todo quedó allí, en serio. Lo amigos de la comunidad Cervantes que no están aquí y lean esto probablemente queden atónitos. Y sí nadie lo esparaba, ni yo, que ya tenia plena conciencia de sus traiciones asi como millones además de mí. Ni ellos mismos respetaron los resultados del plebiscito que hicimos conjuntamente con ellos. En ambos lados nos anulan la dignidad como ciudadanos.

Y para estas elecciones, precedió un dialogo que según no era tal, como todas las veces pasadas no era tal, pero sí era dialogo después, que sólo sirvieron para extender nuestra agonía. Se hacen llamar «candidatos de la resistencia». El ciudadano no es una poceta al que le puedas tirar toda la mierda así no más. Elecciones que de paso, dijeron estos politicoides que no las aceptarían porque no traicionarían la lucha ciudadana por la libertad y los derechos.

Votar o no votar, no es el dilema porque nunca fue la agenda mayoritaria de los que dimos la vida por la latitud donde vimos por primera vez la luz. El sistema completo, ambas clases nos oprimen, y tenemos que romper con el sistema por completo. Y para ñapa, tenemos aquí los carteles de la droga más grandes del mundo y un expansionismo de células terroristas, pero nadie habla de ello. Yo estoy hastiado. Hastiado a mis veintún años. Me apagaron las luces muy temprano y no estoy en ningún túnel con una luz al final.