MI HORIZONTE.
al contemplar el milagro
que la vida a cada instante
en su armonía nos brinda,
me encontraba vacío de pensamiento,
sin nada que ofrecer a la mente.
Me sumergí
en aquel infinito horizonte,
sin habla en el alma
cuando en mis ojos su mirada brillaba,
sin saber si el lejano resplandor
amanece o anochece.
Escuchaba la brisa del viento en mi cara
cuando su aliento en mis mejillas dulcemente su danza acariciaba.
El cálido sol descansaba
en la blanca y gélida montaña,
el universo pareció parar su tiempo
en aquel valle de amor
que se volvió ensueño,
despertando cuando tu luz
hizo sombra en él,
y mi corazón te vio a lo lejos.