Historia 1 - Ritos y Pactos

Me llamo Ana Rodriguez tengo 67 años y ésta es mi historia….. Esta historia que voy a relatarles, sucedió en 1964 yo vivía con mis papas en un pueblo de la ciudad de México y éramos 4 hermanas. Yo era la mayor de ellas y mi papa había perdido su trabajo en la fábrica de textiles, estábamos mal económicamente y todo se volvía peor. Una de las hermanas de mi papa vivía en otro pueblo de México. Cuando mi mama le pidió ayuda, ella le envió dinero para comprar comida y cosas que eran necesarias, y además le dijo a mi mamá que podía cuidar a una de sus hijas, darle techo y comida temporal hasta que las cosas mejoraran para nosotros. Mi mamá dijo que no y que preferiría cuidarnos ella misma. Mi papá por aquel entonces comenzó a enfermar de tanto trabajar y su cuerpo empezó a pasarle factura por el esfuerzo físico que realizaba en las tiendas en donde trabajaba. Mi mama llamo a mi tía para saber si aun podía cuidar a una de nosotras y ella le dijo que sí, que solo podía cuidar a una de nosotras. Mi mama decidió enviar a mi hermanita más pequeña, Ema, mi papá me dijo que yo debía ir con ella porque mi tía tenia costumbres muy raras. Nunca pregunté a que se refería con eso, solo asentí, yo al ser la mayor, era la que cuidaba a las demás. Nos llevaron a la central camionera donde nos subimos al trasporte y nos llevo a la cuidad en donde se encontraba mi tía. Al llegar encontramos un hombre de ropa casual con un cartel que decía Ema, algo no me hacia sentir cómoda con aquel hombre, nos acercamos a él y nos subimos a una camioneta, mi hermanita había llorado todo el viaje, llegamos a unos departamentos viejos pero cuidados. Cuando bajamos de la camioneta entramos en el edificio y subimos unas escaleras largas y blancas, vimos que había como 40 departamentos, todos se parecían, eran 3 edificios y todos tenían un sótano común muy amplio.

Cuando llegamos al departamento, toque y me recibió una señora muy blanca y delgada, con una bata encima y un cigarro en la mano. Me miro y me dijo solo dije que recibiría a una, cargo a Ema y se metió a la casa, yo me metí detrás de ellas con los bolsos.
Pasaron los días y tenía muy mala actitud conmigo, me daba de comer poco, me empujaba y maltrataba, a veces me escondía para evitar que me golpeara.
Mi tía salía en las noches y volvía a la madrugada, vestía de negro y cargaba un libro grande que tenía un candado. Una vez intente tocarlo y mi tía me dio una golpiza que me dejo ardiendo la piel. Cuando mis papas llamaban para saber como estábamos, mi tía le decía que estábamos bien y cuando me tocaba hablar a mí, le decía lo mismo, no quería que mis otras hermanas pasaran hambre, por volver. Asique no decía nada.
Una vez cuando mi tía salió de noche, vestida de negro con su libro, decidí levantarme muy temprano y esperarla, lo que vi me dejo traumatizada. Me escondí atrás de un sillón y cuando mi tía entró, vi que su vestido estaba lleno de sangre, sus manos y cara también, venia murmurando algo, con una sonrisa, entro y se fue de inmediato a su cuarto, no sabia que hacer, estaba asustada, quise asomarme por la ventana y ver que sucedía, pero terminé saliendo del departamento y vi que del sótano salían otras mujeres vestidas muy parecida a mi tía, también con ropas manchadas, todas con la misma expresión y murmurando. Me metí nuevamente en el departamento y fui hasta la habitación donde estaba mi hermanita y la abracé, comencé a rezar del miedo que tenía. Mi tía se despertaba tarde, asique yo me encargaba de hacer el desayuno, almuerzo, merienda y cena, nunca supe de donde sacaba el dinero mi tía, pero a veces encontraba fajos en la casa. Todas las noches tenia la misma pesadilla, soñaba que esas mujeres venían por nosotras y querían hacernos daño a mi hermanita y a mí. Una vez me desperté en medio de la noche y vi a mi tía parada enfrente mío mirando fijamente a mi hermanita, traté que no notara que yo estaba despierta, vi como se acerco y olía el pelo de mi hermanita. En ese momento tocaron la puerta y ella se alejó a ver quién tocaba, ella salió a su culto y cuando escuche que cerraron la puerta, me levante y me arme de valor para entrar al cuarto de mi tía, al que tenia prohibido entrar. Comprobé que había velas negras símbolos raros, que desconocía. Sali corriendo y me escondí en mi cama hasta q amaneció, recé para q no nos pasara nada.
Pasaron dos semanas, y mi hermanita lloraba porque extrañaba a mis papas, yo casi no aguantaba más. Una noche mi tía volvió a salir y me arme de valor para asomarme y ver que estaban haciendo, las vi, a todas esas mujeres en medio de la oscuridad, con velas encendidas, note como una me vio y luego otra, y otra y todas terminaron volteando a verme.

Empezaron a caminar al departamento, venían por mí, estaba aterrada, quería tomar a mi hermanita y correr, pero las piernas no me funcionaban, estaba paralizada. Cuando pude moverme sentí un golpe en la cabeza, cuando desperté era de día y estaba en la camioneta de mi papa, íbamos de regreso a la casa. Estaba confundida, cuando llegue, mi mama me abrazo llorando le pregunte donde estaba mi hermanita y no me decía nada, estaban en silencio, les decía que había que regresar por ella, mi mama me llevo con un psicólogo y me decía que mi hermanita pequeña no era real. Que era mi imaginación, me hacían sentir que yo estaba loca. Años después fui a los departamentos, pero se encontraban vacío, como si nunca hubiera pasado ese terror. Muchos años después a una de mis hermanas le dio cáncer y en su lecho de muerte me aseguro que ella también se acordaba de mi hermanita pequeña.