Hola a todos los que estén curioseando este post!

¿Cuál es mi edad? El que me conoce la sabe y casualmente ese maravilloso mes de septiembre es el que la vida decidió escoger para mi de ver la luz. Un amigo por ahí me dijo: "No reveles tu edad, ese es el secreto más hermoso que una mujer puede guardar..." yo me reí porque siempre dicen que a una mujer nunca se le debe preguntar ni cuantos años tiene, ni cuanto pesa, JAJAJAJAJA, puros mitos...¿qué importa cuánto pesas o cuando has vivido? lo importante es tener un cuerpo para cumplir a lo que viniste y a darle gozo, propósitos y buen trato y los años que vives es un regalo y una bendición.

Nunca le he temido a la madurez, en tal caso en haberla desperdiciado si lo lamentaría, mucho menos me atrevería a esconder mis años, mi edad...sería como quitarme mi tiempo vibrante, arduo, difícil, bueno, malo, intenso y todo lo que implica el mio, mi experiencia de vida, ese trayecto que me ha pertenecido vivir y lograr atravesarlo. ¿Cómo no voy a llevarlo como un privilegio? si llegar a la madurez y haciéndolo como mujer es retador la travesía.

Nunca podría avergonzarme de mis años. De mi madurez. De mi pre-menopausia porque lo que he vivido me ha permitido calibrar todo y no dejar escapar nada en ese calendario que se queda en mi piel, en mis sueños, desvelos, logros,angustias y resignaciones. Llegar a la edad que tengo es haber llegado a un algo de muchos nada de la vida. Y aún con mi recorrido apoyo y sostengo la frase: yo sólo sé que no se nada! He llegado a una década importante y aún me caigo, me sorprendo, me desafían, me enojan, me alegran los matices, pues yo misma antes creía que todo era solo blanco y negro hasta que el propio cuadro de mi vida con mil tonalidades me escupió en la cara.

El mito de la edad madura es una etiqueta absurda porque si volviera a los 20, 30 o 40, saldría corriendo para alcanzar este presente. Cada vez le debo menos a la vida y tengo esa atractiva y cierta sabiduría que la juventud es imposible dártela. Mi madurez es mi esencia y la saludo cada mañana con gracia. Aunque muchas veces haga por poner un ejemplo, un esfuerzo físico y al día siguiente me duela hasta el bolsillo del pantalón. La madurez es decir hoy, sigo aquí pero ya he vivido para saber hasta mandar al carajo a quien se merece. Cuidar a quienes se han ganado mi difícil personalidad y afecto y sobre todo a aceptar que cometo errores grandes, porque nunca dejaré de equivocarme y de aprender. También al fin he logrado dejar de darle poder al qué dirán.

No vivo de las apariencias y tengo la mala costumbre de ser una mujer sin filtro. Me cuesta maquillar las verdades. Me es difícil fingir lo que no puedo, y cuando dejo de mirar hacia atrás es definitivo y soy bastante rara en esto: Madura pero sigo siendo ingenua ¿pueden creerlo? háganlo, aún me sorprendo y mucho! Si lloro si río es mi asunto. Ser madura es sentirme una mujer completa aunque a esta porcelana la haya tenido que reparar muchas veces. Mi anatomía junto a mi piel me señalan pequeñas y poco visibles cicatrices pero que allí están, que yo llamaría el mapa de lo que me ha definido hasta hoy, como esa pequeña rayita muy debajo de mi vientre que es la firma de la cesárea por ser madre de una maravillosa mujercita.

El tiempo pasa y aunque mi genética ha sido bondadosa conmigo, amo ser una mujer madura, me siento cómoda con mi edad. No volvería jamás a querer ser una jovencita porque la madurez es divinamente una etapa que todo te ha cambiado porque lograste florecer. Mi cuerpo caducará si, pero mi espíritu nunca!

Todas las fotografías son propiedad del autor.

Gracias por el tiempo que le dedicaste a leer este post

Bendiciones para todos.

@carolinaidrogo