Comienza un nuevo año y es perfecto para empezar hablando del amor, ese misterioso sentimiento que aflora con la presencia de aromas en el aire, el romanticismo, la existencia de sustancia bioquímicas que alteran nuestros sentidos, la llegada de una determinada estación, y muchos más factores que desatan en nosotros ese estado de empatía y la necesidad de construir relaciones con otras personas.

Este mecanismo inexplicable que nos permite enamorarnos de otra persona tiene un protagonista muy curioso, una hormona responsable de desencadenar las sensaciones y reacciones físicas que nos atraen a esa persona especial. Es conocida como Oxitocina, y es producida en nuestro cerebro, concretamente en el hipotálamo, es almacenada en la glándula pituitaria la cual es liberada en nuestra sangre en ciertas ocasiones.

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Esta sustancia química producida por nuestro cuerpo tiene un papel muy importante en la construcción de las relaciones sociales, y según algunos estudios es la responsable de aflorar esos sentimientos de deseo por esa persona por la que nos sentimos atraídos. De igual manera, afecta la lealtad, el altruismo, la generosidad y la sensación de enamoramiento.

¿Cómo Funciona?

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Esta hormona modifica el sistema nervioso, actuando sobre ciertos receptores nerviosos que ayudan a crear lazos interpersonales, estimulando el centro de recompensa del cerebro, lo que aumenta el atractivo físico y fisiológico de la pareja.

La hormona del amor actúa como una droga en esas relaciones de pareja muy intensas y que tienen muchos años de duración, por eso, cuando se sufre la ruptura de esa relación se ven inmersos en depresión y hace que la persona se sienta muy mal, en ese punto los niveles de Oxitocina bajan y el sistema de recompensa se ve sub estimulado.

Según algunos estudios esta hormona nos incita a mantener relaciones monógamas. Se ha encontrado que en los hombres estimula el centro de recompensa del cerebro, especialmente cuando se piensa en una relación amorosa exclusiva con su pareja. Esto significa que cuando pensamos mantener este tipo de relaciones, la Oxitocina provoca en el cerebro una sensación de placer, que nos estimulan a repetir esta acción.

Sin embargo no se debe tomar como una naturalización de la monogamia, pues este tipo de relaciones son consideradas socialmente deseables y provocan en sí una sensación placentera.

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La hormona del amor en el sentido de la atracción hacia nuestra pareja se ve incrementada significativamente durante las relaciones sexuales, donde sus niveles aumentan, encontrándose los picos más altos durante el orgasmo.

Pero el aumento de esta hormona en nuestra sangre no está exclusivamente ligada al contacto físico sexual; un abrazo, una caricia o un beso nos hace sentir ese bienestar que despierta la liberación de Oxitocina en nuestro organismo. Igualmente, practicar un deporte extremo o una práctica de relajación, hace que nuestro cerebro produzca gran cantidad de esta sustancia, activando el centro de recompensa del cerebro.

¿La Oxitocina produce el amor… O es al contrario?

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Esta es una cuestión que tiene a los estudiosos muy ocupados, principalmente a los psicólogos y los encargados de estudiar el comportamiento y las funciones del cerebro. Que han determinado que la secreción de hormonas, actividad cerebral y la conducta no son unidireccionales. Esto quiere decir que por causas diversas (genéticas o patologías) no se procede la cantidad de Oxitocina suficiente nuestro comportamiento sufre alteraciones, pero está comprobado que somos capaces de producir Oxitocina.

A pesar de lo anterior expuesto, la producción de Oxitocina por el cerebro no significa en todos los casos que nos sintamos enamorados. Las sustancias químicas que produce el cerebro, como los diversos tipos de hormonas se manifiestan de manera diferente en cada individuo. Debido a que hablamos de mecanismos muy complejos que se regulan de forma muy diferente en cada quien.

De hecho, la liberación de la hormona del amor no representa el mismo resultado en muchos casos, pero, cuando estamos enamorados se encuentra presente en grandes cantidades.

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Muchos estudios han demostrado que la Oxitocina no solo está relacionada con el amor y los sentimientos, también cumple una función vital en nuestro organismo. Durante la lactancia materna, el cuerpo de la madre está repleto de Oxitocina la cual despierta la respuesta fisiológica de la lactancia. Además, juega un papel muy importante en la dilatación de la cérvix previa al parto.

La Oxitocina en ocasiones no solo es responsable de que salten chispas de amor entre una pareja, es responsable en muchos casos de situaciones sociales y fisiológicas muy diversas y a veces negativas. Por ejemplo, esta hormona fortalece la memoria social de una zona del cerebro que nos produce miedo y ansiedad, aumentando las posibilidades de sentirse ansioso durante eventos sociales, como una exposición o reunión.

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En algunos estudios recientes se ha determinado que la secreción de Oxitocina y sus efectos en el organismo son muy parecidos al del consumo de alcohol, lo que la hace una sustancia crítica a la hora de la toma de decisiones sociales. En experimentos donde se ha suministrado dosis de Oxitocina mediante la inhalación de la sustancia en spray, el individuo presenta altos grados de agresividad, sentimientos de envidia e inhibe completamente a la persona, eliminando la sensación de miedo, situación que nos alerta ante cualquier situación de riesgo.

Por todo lo anterior expuesto, la Oxitocina juega un rol muy importante en las emociones humanas, y más allá de ser considerada la hormona del amor, puede ayudar a nuestro cerebro a batallar con muchas situaciones tanto emocionales como fisiológicas y procesos psicológicos que determinan nuestro desenvolvimiento social en el transcurso de nuestra vida.

Si te ha gustado el post, comenta y dame tu opinión al respecto, ¿piensas que esta sustancia química es la responsable de que nos enamoremos?

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Fuentes: 1 - 2 - 3

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