Memorias del olvido (poema corto)

Me he secado, de tantas veces y de tantos tiempos, de tantas caras y tantos pensamientos. Me sequé la cara, sin remordimientos, sin aliento, con el pecho abierto. No me siento mal, la verdad, solamente pienso en que me quiero alejar.

Tengo memorias sobre olvidos, de llorar a carcajadas y sin acordarme mucho de nada. Ahora te siento lejana, sin amor no hay esperanza, no estoy rompiendo cadenas, es que me hiciste alejarme de casa. Últimamente me rodeo de gente buena, de gente que me transfiera esa paz que hace tiempo la siento ajena.

Solías entregarme una paz intermitente, pues cuando te antojabas te ibas, sin retorno y sin salida, y cuando querías volvías a decirme de nuevo "eres mía".

No llores más, ¿por qué estás llorando? La noche es larga y no hemos llegado siquiera al ocaso. No llores más, se ha incendiado el hogar, no busques donde no hay y no pretendas que te quieres quedar. No llores más, sí estás mirando que no te lloro, que no te añoro y que estoy harto de sentir siempre que tengo el corazón roto. Roto, en trizas tan chiquititas que de la nada se las lleva la brisa.

Quiero pensar que nunca exististe, y que fuiste siempre mi mejor invento. Viento, que se lo lleva la pena, en ondas circulares como tu melena. Pena, y vergüenza ajena, esa que sentí por ti cuando me fijé en que mirabas a otro, Elena.