El caso del asesino serial canibal que comía prostitutas después de violarlas

¿Te preguntaste alguna vez qué es lo que pasa en la mente de un asesino serial? Sabemos que lógicamente esta enfermo, pero a qué punto para que un comportamiento normal se torne retorcido, violento y sucio. La mayoría de los asesinos seriales tienen una especie de modus operandi, en parte por eso se les conoce por ese término. Sin embargo, científicos y funcionarios siguen sin poder entender la profundidad de la mente de estas personas.

Se conoce al caso de Joe Metheny como uno de los más perturbadores en los últimos tiempos por el cargo de morbo que trae encima. Lo conocían como el canibal, un hombre gordo, caucásico y con una sonrisa mórbida que no expresaba nada bueno. Residía en Baltimore, Maryland, divorciado de una mujer adicta al crack y con un hijo dado a servicios infantiles, era alguien simplemente sucio y vacío.

Una noche de diciembre del año 1996 decidió invitar a una prostituta a su remolque para solicitar sus servicios, igual no era la primera vez que lo hacía, pero, sí era la primera vez que dejaba escapar a una con vida. La chica llevaba por nombre Rita Kemper, la cual escapó y lo delató con la policía haciendo que lo arrestaran, abriendo así la puerta de un sin número de asesinatos recopilados por 20 años antes del arresto de Metheny.

Al menos unos 8 asesinatos había confesado para el momento de su arresto, entre ellos el de dos prostitutas de nombres Cathy Ann Magaziner y Kimberly Spicer, las cuales habían sido invitadas a su trailer un año anterior para ser estranguladas, degolladas, desmembradas y guardadas como carne comestible. Debo resaltar que para el momento de su declaración, Joe no mostró ni una pizca de arrepentimiento en su voz.

Según el relato de Metheny, había abierto un puesto donde vendía la carne de sus víctimas junto a carne de cerdo. Vendía sándwiches y a la gente parecía gustarle mucho. "La carne humana sabe muy parecido a la carne de cerdo, así que no se dieron cuenta".

Los restos del cuerpo de Kimberly Spicer fueron encontrados a unos metros del trailer de Joe, dando así la confirmación del canibalismo del mismo, como también pudieron conectarlo con el asesinato de otra mujer.

Las autoridades no supieron descifrar sí Joe Metheny deliraba al momento de confesar sus asesinatos o simplemente tenía un trastorno que lo hacía mentir. Solía decir que su furia se debía a que su mujer lo había dejado. En una ocasión invitó a una prostituta a su trailer para solicitar información sobre el paradero de su esposa, dijo que no le pareció sincera su respuesta, así que la violó por el culo y después la estranguló.

Después de eso, el mismo día, decidió matar a otra mujer. Esta vez un hombre que estaba pescando presenció el hecho, y Metheny, al ver que lo miraba, agarró un tubo de metal y le abrió la cabeza con el mismo hasta matarlo. Posteriormente puso piedras sobre su cuerpo y lo hundió en el río.

Más allá de las atrocidades que hizo, finalmente fue atrapado. A pesar de que muchos de los asesinatos que el delirante dijo no se comprobaron, hubieron otros que sí, y en el 2000 fue sentenciado a cadena perpetua. Pasará el resto de su vida en la cárcel sin opción a libertad condicional.

Los asesinatos comenzaron como una venganza premeditada, pero se convirtieron en una sed de sangre y una pasión abrumadora de tomar la vida de alguien más.