¿Qué pasa cuando uno se siente en ese rol de sentir que siempre tenes que pedir todo?

¿Será que quizás no lo merezco?
¿Será simplemente que el otro no me lo quiere dar?
O tal vez, solo pretendo que el otro adivine lo que siento o deseo y no sé de por enterado...

¿Cuánto nos cuesta entender que hay cosas que se nos escapan de las manos y no terminan dependiendo solo de nosotros mismos?

Particularmente, estuve mucho tiempo con este tipo de sensaciones...
“Pedir no tiene que dar vergüenza, vergüenza es robar. Salvo que pidas que te quieran, eso es vergonzoso” leí por ahí una vez, y para mi, vergonzoso es pedir papel higiénico en el baño de un desconocido.

El error no esta en pedir, el error tal vez (mi error en este caso) esta en pedir que te quieran como VOS lo haces u harías.

Aunque también admito que hay cosas que tienen salir (o nos gustarían que salgan) de la otra persona también, sin tener que estar pidiéndolo nosotros todo el tiempo.

Mi consejo, o por lo menos lo que me sale al escribir este pequeña reflexión es que (aunque me costo mucho)...

¡Dejemos de pedir que nos quieran y empecemos a querernos nosotros!

El amor propio es lo más sano (e importante) que encontré últimamente.

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¡Que tengan todos un excelente miercoles 😁!