Un doce de abril
Hola, soy el protagonista de esta historia tengo 21 años y en estos momentos me siento un poco mejor como para contarles un pedazo de mi vida.
6 años atrás, Todo aconteció cuando estábamos jugando en la cancha del barrio donde nos reuníamos muchos jóvenes de mi misma edad. Hacíamos goles, amigos, apuestas y la pasábamos bien.
Solo queríamos pasar el tiempo como adolescentes normales que pueda tener cualquier país, la situación es complicada para nuestros padres pues la mayoría de nosotros teníamos más hermanos. Tras reuniones en las tardes de fútbol decidimos tomar otro rumbo para esas tardes, era el de ser contrabandistas (pasar mercancía de un país a otro sin impuestos, sin reglas por el rió).
Vivíamos cerca de la frontera y agarramos ese método de trabajo más o menos éramos como 8 a 12 jóvenes, no es fácil pasar mercancía, no es fácil estar en trochas con mercancía en el hombro ni con pimpinas de gasolina pasando ese lobo feroz, poco a poco agarramos experiencia en esto, sabíamos que arriesgábamos mucho pero nos dejaba dinero siempre nos dejaba bastantico dinero.
En ese tiempo éramos un combo de jóvenes indestructibles pues ya dependíamos de nosotros mismos. Y entre otras nos hicimos más amigos.
Éramos Diego, Tiago, Elver, John, Camilo, Suarez, Vargas, Dylan, Sebas, y yo Kevin. Poco a poco con el pasar del tiempo crecíamos y el trabajo era más complicado, recuerdo cuando íbamos a donde las chicas malas, tomábamos trago y cumpleaños que llegaba cumpleaños que se festejaba. Hay muchas anécdotas buenas, malas y otras peligrosisimas.
Recuerdo una tarde pasando por una trocha íbamos 6 entre ellos yo, llevábamos mercancía de contrabando cuando se escucharon unos disparos y dejamos todo tirado para ir a escondernos. Unos pasaron el río y 3 nos quedamos en medio de la trocha, cuando pensábamos que ya había acabado todo esto escuchamos de nuevo más disparos, tenía miedo nos mirábamos y callábamos, ya se oscurecía pero nos daba miedo salir, al parecer era gente del gobierno disparando a grupos armados al margen de la ley. Cuando ya se acabó ahora sí el tiroteo salimos con mucha cautela los tres, con mucho miedo caminábamos cuando Dylan dijo con baja voz hey miren (un cuerpo tirado boca abajo) definitivamente dije ¡hasta aquí con esto! Pasaba el tiempo común y corriente en nuestras vidas entre trabajo poco estudio, novias, y festejos y cada vez más arraigados a nuestra amistad. Esto a veces es suave, a veces el contrabando es duro, a veces es desgraciado, a veces te lleva a la cárcel y a veces te hace feliz.
Llegando a la conclusión de esto! en esa época la mercancía que generaba dinero era la gasolina, nos tocaba pasar pimpinas de gasolinas pal otro lado, lo fuerte en este caso era el clima estaba lloviendo pero supimos que la pagaban bien pagada entonces decidimos arriesgarnos y nos fuimos 5, era maso menos las 3 de la tarde llovía y el río estaba crecido pero sin embargo nos metimos y pasamos, llegamos al otro lado descargamos las pimpinas tomamos el cambio y al cabo de dos horas de regreso el río estaba muy crecido estaba más alto de lo que lo habíamos pasado, ummm nos rascamos las cabezas que hacemos? Amarramos las 20 pimpinas ya vacías una tras la otra Dylan y Suarez querían tirarse con las pimpinas y le dijimos están locos espérense, esperen a que este más calmado. Subimos un poco para ver si se podía pasar pero nada caminábamos cuando Dylan y Suarez se lanzaron, Dylan se lanzó primero con las 20 pimpinas amarradas a su cintura y Suarez unos segundo después de una vez les gritamos, Suarez alcanzo a gritar ¡ayúdenme! rápido lanzamos un lazo y él se agarró y luego de una rama y lo pudimos sacar, salimos corriendo rápidamente a rescatar a Dylan pero iba muy lejos yo corría yo corría yo gritaba pero iba ya lejos, del grupo era el que mejor nadaba pero eso no sirve de nada cuando ese lobo feroz se lo quiere comer a uno, esperábamos a que Dylan saliera más abajo.
Ese día pasó pero Dylan no llego a la casa, al día siguiente angustiados por que no sabíamos nada de él, pero nada se sabía de él, al cabo de 2 días apareció, apareció como a 11 kilómetros río abajo sin vida se había enredado con las pimpinas y al parecer se golpeó fuerte debió ser con las piedras.
Hoy recuerdo todo este tiempo de compartir momentos como amigos, como parceros y ver que se esfuma en la lejanía de ese momento un ser casi mi hermano no lo puedo creer aun no lo puedo sacar d mi cabeza ese momento. Mi hermano recuerdo esas palabras últimas que dijo antes de entrar al lobo feroz... (Bueno los que se quedaron se quedaron) .
Fin……….
imagen: Elver vargas
Basado en la vida real