Era un día como cualquier otro, disponía a lavarme la cara y cepillar mis dientes. Caminaba hacia la puerta del baño cuando escuché un ruido el cual no se podría comparar con ningún otro, este era un sonido seco y ensordecedor, el cual sin saber de dónde provenía hizo que mi corazón se detuviese. Cambié mi rumbo y corrí hasta el frente de la casa, allí ya se encontraba mi madre, padre, hermano y sobrino quienes miraban con cara de espanto al cielo el cual se había tornado de color rojo.

Levanté la mirada, no podía creer lo que veían mis ojos, un avión nos estaba bombardeando.

La primera detonación fue a varios kilómetros de mi casa, solo el sonido hizo retumbar las paredes. La segunda fue un poco más cercana, esta nos dejó paralizados por unos instantes. Sabíamos que nuestro país no contaba con los recursos para defenderse, lo único que podíamos hacer era huir. Así que corrí a la despensa de mi casa para tomar algunas provisiones que pudiésemos llevar, sin embargo, no había terminado de llegar allí cuando oí a mi madre gritar mi nombre; otro avión sobrevolaba la zona, ya teníamos que irnos. Solo pude alcanzar unos pocos kilos de arroz y correr al carro de mi padre.

Nuestro destino era el campo, ahí pensábamos ocultarnos unos días.

El camino se tornó horrible, personas corrían en pánico y había varios accidentes de tránsito. Mi padre siempre se mantuvo centrado en su objetivo, el cual era llevarnos sanos y salvos hacia aquella cabaña a las afueras de la ciudad que se convertiría en nuestra guarida.

Al llegar a este lugar aún me encontraba en pánico, podíamos escuchar claramente las explosiones a nuestro alrededor. Sabía que no debíamos quedarnos allí, pero no existía otro lugar a donde pudiéramos escapar.

Entré a la cabaña con mi sobrino en brazos, quien se encontraba dormido, el resto de mi familia se había quedado afuera pensado en lo que haríamos a partir de ese momento.

Ya estaba un poco más tranquila.
De repente, escuché el motor de un vehículo acercarse a nuestro escondite. Comencé a temblar, abrí un poco la puerta para intentar escuchar lo que pudiese estar ocurriendo y logré oír claramente la voz de varios hombres gritando, pero no les entendía porque su idioma era desconocido para mí.

Escuché a mis padres gritar, seguido de la detonación de una pistola. No podía creerlo, no existía lugar donde pudiese esconderme ni alguna ventana por donde pudiera escapar. Intentaba calmar mis pensamientos para no desmoronarme, tenía que haber una salida.

Pero la voz de mi hermano me hizo helar la sangre.

―No se lleven a mi hijo ―Suplicaba.

Varios misiles comenzaron a caer, las detonaciones hacían temblar todo el lugar. Corrí a la cama, tome a mi sobrino y me agaché para esconderme allí abajo; el pequeño aún no despertaba, tan frágil e inocente, y yo sin poder hacer nada más para protegerlo.

Cuando ya estaba bajo la cama, escuché pasos dirigiéndose hacia la habitación. Tomé un poco de aire y trate de no hacer ni el más mínimo ruido, de eso dependía nuestra vida.

Al abrirse la puerta, mi mente se colocó el blanco, todo mi cuerpo temblaba y el latir de mi corazón no me dejaba respirar. Entraron varias personas, eran soldados, daban fuertes pasos con sus botas negras y hablaban en otro idioma con rapidez.

Uno de ellos se agachó y me vio, nuestras miradas se cruzaron.

Me sacaron de abajo de la cama, mientras yo gritaba y pataleaba, intentando al menos proteger a mi sobrino que ya se encontraba llorando muy asustado por todos esos hombres que nos rodeaban. Ellos, con una macabra sonrisa, le dispararon al niño ante mis ojos y luego me apuntaron. No sentí ni siquiera el impacto, me encontraba perdida mirando el pequeño cuerpo que yacía sin vida a mi lado; estaba mal herida, comenzaba a desvanecerme.

Ya todo estaba más que claro para mí, esto era lo que se sentía estar muriendo.

Fuente

Esperamos que nuestro pequeño relato les haya gustado, nosotras lo hemos escrito con emoción y quedamos satisfechas con su final. Toda la idea surgió de una pesadilla que tuvo Eli y sonaba tan aterradora que nos pareció buena idea incursionar en este género con esa trama, así que esperamos nos dejen en los comentarios la impresión que les ha causado nuestra historia o alguna sugerencia que quieran agregar sobre la misma.

Desde este lado del mundo, felices por compartir con ustedes una publicación nueva, se despide @cafeconleche.

También les invitamos a leer nuestro primer microrrelato de romance Un Amor en el Tiempo.