La Chica de las Flores [Primera Parte]

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Ese día todo estaba saliendo mal, aparte de haber llegado tarde a su primer día de trabajo, Eric ahora se hallaba perdido en una ciudad la cual apenas conocía; llevaba horas caminando y ya empezaba a desesperarse.

De repente, la entrada a un callejón llamo su atención, en ella había un vistoso letrero que invitaba a la apertura de un café, lo que le pareció buena idea para intentar relajarse un poco antes de continuar con la búsqueda de su departamento.

Los edificios allí eran hermosos, tenían un aire antiguo que le hacía viajar al menos unos cuarenta años atrás. Para él era increíble que aún existieran lugares así.

Estuvo paseándose por varias tiendas y sin darse cuenta se olvidó de su fatídico día, parecía completamente absorbido por el entorno que lo envolvía y la peculiar forma de vestir de quienes allí se encontraban.

En medio de su caminata, tratando de recordar lo que le había traído a ese lugar, se halló ante una floristería que lo atrajo. Nunca antes vio flores como esas, sus colores eran vibrantes y el aroma que desprendían lo hacían sentir en casa.

―Son fascinantes, ¿verdad? ―escucho una voz femenina, justo a su lado.

Eric volteó, para encontrarse con una hermosa joven de cabello oscuro, quien lo miraba con curiosidad.

―Mis favoritas son las orquídeas ―agregó sonriendo.

Por alguna extraña razón él sintió que su corazón se aceleraba y comenzaba a ponerse nervioso. Era la chica más bonita que había visto en su vida, o al menos en sus veinticinco años.

― ¿Cuál te gusta a ti? ―Fue nuevamente ella quien habló.

Le pareció grosero no haber respondido antes, así que decidió decir algo mientras observaba a su sonriente acompañante quien esperaba con atención.

―No tengo una favorita ―soltó en voz baja.

―Es difícil decirse por una sola ¿Cierto?, a mí me llevo varios días poder elegir.

Él le devolvió una sonrisa nerviosa, su corazón a penas le permitía escuchar lo que ella decía. Tenía poca experiencia hablando con mujeres y la belleza de ésta apenas lo dejaba concentrarse.

La chica caminó hacia una de las cestas, tomó una de las orquídeas y se la dio.

― ¿Para mí? ―dijo él con cara de asombro―No puedo aceptarla.

― No te la estoy regalando― exclamó ella con cara pícara― Puedes pagarla invitándome un café.

El soltó una carcajada a la cual ella se le unió inmediatamente, entre risas la tensión fue bajando, Eric ahora estaba un poco más relajado.

Mientras iban de camino hacia el café ella no paraba de hablar, no eran las cosas que decía sino la alegría con la que las contaba, lo que hacía que él se encontrara atrapado entre sus palabras.

—Allá está el café—indicó de repente la emocionada joven.

Antes de tomar por la mano al chico y comenzar a correr. El contacto de sus manos hizo que ambos sonrojaran, Eric estaba aún más nervioso y ella se encontraba algo apenada. Un silencio incomodo los envolvió.

—Me llamo Bianca—comentó de repente la joven para entrar nuevamente en confianza.

Él sonrió con ternura, era la chica más peculiar que había conocido y ese no sé qué que la hacía tan única lo tenían completamente cautivado.

—Un gusto Bianca, mi nombre es Eric y es un placer conocerte.

Ahora ambos estaban sonriéndose, sus miradas se encontraron en un momento que pareció congelarse por varios minutos, aunque en realidad fueron segundos. Eric cortó la conexión cuando se acercaron a una mesa y le extendió la mano para ayudarla a sentarse, no sabía de dónde venía esa seguridad repentina en sí mismo, pero se empezaba a sentir cómodo en compañía de aquella joven hermosa.

Pidieron dos cafés y retomaron su animada charla, conociéndose un poco más por cada minuto que pasaban. Sin embargo, Eric sentía que olvidaba algo importante mientras más tiempo estaban allí, de hecho, le estaba costando recordar bajo qué circunstancias había llegado a aquel lugar.

Mientras más le gustaba aquella chica, menos podía recordar quién era él.

Esperamos hayan disfrutado la lectura de esta historia que hace tiempo se nos había ocurrido pero no escribimos hasta ahora, la verdad es que ver la imagen que hemos elegido como principal nos inspiró, por ello le estamos trayendo esta primera parte y ojalá pronto volvamos con la segunda. Les agradecemos el haberse tomado un momento de su tiempo para leer nuestro relato, nos encantará saber qué piensan sobre el, así que si desean pueden comentar que con mucho gusto les leeremos y responderemos.

Desde este lado del mundo, se despide con cariño @cafeconleche.