El Planeta Prometido [Relato]

in #spanish7 years ago (edited)


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Era el año 2205 y la existencia de la humanidad se encontraba en alarmante peligro. Contaminación, hambre, enfermedades y sobrepoblacion eran factores que causaban desequilibrio en el planeta tierra que ya no podía soportar tanto caos; tsunamis, tornados, sequias, inundanciones, entre otros desastres naturales que se habían encargado de disminuir las tierras fértiles y habitables.

El ser humano había llegado demasiado lejos, su codicia rompió la barrera de lo tolerable por la naturaleza. Ahora, luego de apreciar parte de las consecuencias y encontrarse al borde del barranco, los gobiernos buscaban soluciones.

Las potencias mundiales no tenían otra opción más que colaborar entre sí para intentar resolver todo el desastre, y desde un observatorio espacial en alguna esquina del mundo surgió la esperanza: Habían descubierto un nuevo planeta que tenía las condiciones ideales para albergar vida humana.

El plan de salvación nació entre la desesperación. Cada mes seleccionarian cierta cantidad de afortunados que podrían empezar a migrar hacia el nombrado Planeta Prometido, su elección se basaba en evaluaciones físicas y mentales.

Quedar entre los elegidos se había vuelto, de hecho, el sueño de prácticamente todo ciudadano. Se daban oportunidades especiales para ancianos, algunos enfermos y personas de bajos recursos que quisieran tener una mejor vida allá. Era un proyecto que parecía beneficiar a todos.

Desde que era solo un niño deseaba explorar por las calles de la ciudad; esa tarde mientras su padre estaba fuera por razones de trabajo, aprovechó para escapar unos minutos de aquel espacio inmenso lleno de soledad al que llamaba casa.

Llegar al mercado fue sencillo, cuando Alex era un pequeño las sirvientas que en su hogar laboraban le contaban todo lo que deseaba saber sobre la tierra, había creado y paseado tantas veces por esas rutas en su memoria que sentía como si ya hubiera estado allí.

Caminó durante varias horas, estaba completamente absorbido y fascinado por la multitud de personas y las diminutas casas que lo rodeaban. Ni el más profundo relato le había permitido soñar con un lugar así.

Un fuerte sonido lo hizo salir de su encantamiento, las alarmas que anunciaban la salida de nuevos elegidos hacia el Planeta Prometido lo llenaron de sorpresa. Por primera vez pudo ver cómo un cohete lleno de soñadores volaba hasta perderse entre las nubes, todos en el lugar comenzaron a aplaudir. Personas tan distintas por un instante podían unirse a celebrar, aquella alegría era contagiosa se metía en la piel y aceleraba el corazón; nunca antes había sentido una emoción así, caminó al ritmo de la ola de personas viendo al cielo.

Pensaba continuar con su camino cuando se percató que estaba complemente perdido, entró en pánico, su padre lo mataría si se enteraba que había ido a ese lugar, trataba de retomar la ruta inicial pero por más que caminaba no podía ubicarse.

La noche había caído, se encontraba probando suerte en todas las direcciones, cuando sus miradas se cruzaron. Una llama se encendió en ellos, dejándolos sin aliento. Era la chica más hermosa que había visto en toda su vida, o al menos en sus veinte años. Ambos sonrojados y apenados desviaron la mirada. El tomó un poco de aire para recuperar la compostura y seguir su rumbo.

Bajo rápidamente por una calle angosta topándose con una gran pared, nuevamente suspiró con desánimo y se dispuso a regresar.

Podía llamarse hombre muerto, la única opción que le quedaba era comunicarse con su padre quién seguramente le prohibiría cualquier contacto con el exterior y despediría a quienes lo ayudaron a salir.

No podía dejar de sentirse culpable mientras se acercaba a la cabina telefónica. Estaba apunto de marcar los números, cuando una voz llamó su atención.

—¿Estas perdido? —preguntó aquella hermosa joven.

Le habían advertido que no hablara con nadie de la ciudad, existían muchas personas buenas, pero estaría en peligro sí se enteraban quién era él.

—¿Me puedes ayudar a llegar a la entrada del mercado? — respondió sin pensar.

—Claro que sí –contestó ella con una gran sonrisa.

Caminaron juntos algunas cuadras en silencio, hasta que la chica pareció ver algo que llamó mucho su atención.

—Cielos, esos churros se ven y huelen deliciosos —dirigía sus ojos hacia un pequeño puesto de comida al otro lado de la calle.

El chico la miró extrañado, eso que acababa de mencionar le era completamente nuevo.

— ¿Churros? —preguntó juntando las cejas.

—Sí, churros —repitió ella, viéndolo con sorpresa—. ¿No sabes qué son?

Se sintió avergonzado mientras esa muchacha lo observaba, la vio soltar una carcajada y después cruzarse de brazos.

—Vaya, esto es increíble, ¿Eres de aquí? —el joven asintió aún más apenado y su compañera mostró una sonrisa tan preciosa que el corazón de él comenzó a latir con inquietud—. ¿Cómo te llamas?

—Alex —respondió intentando no sonar nervioso.

—Bueno, Alex, yo soy Elizabeth y hoy es tu día de suerte. Me ha ido bien esta tarde, así que voy a invitarte tus primeros churros.

Él quería negarse, sabía que debía irse lo antes posible, parte de su conciencia se lo alertaba, pero estaba ese otro lado de sí mismo que lo ataba ahí. Le decía que no habría otra oportunidad para conocer a esa hermosa chica mejor que aquella, igual ya luego podría resolver el problema que seguramente lo esperaba en casa.

Aceptó y se sentaron a comer en ese lugar al cual su padre jamás le permitiría ir. Un pequeño puesto de churros en cualquier calle olvidada de la ciudad, sonaba tan absurdo ante los platillos gourmet que solía degustar en los restaurantes a los que iba.

Parecía absurdo, pero le encantaba. Esa noche las estrellas brillaban de una manera maravillosa, para dos simples jóvenes que jamás imaginaron coincidir alguna vez y ahora lo habían hecho, hablaron durante horas y rieron contando anécdotas de su vida. Una conexión inexplicable, pero armoniosa, nació allí.

A pesar de llegar tarde, todo para él valió la pena. Su padre no había vuelto a casa esa noche, así que no hubo problema con su pequeño escape; conoció a esa chica tan increíble, bella e interesante, y quería volver a verla.

Así empezó a escabullirse cada vez más seguido, se reunía en el mercado con Elizabeth y luego caminaban, hablando sobre todo lo que ellos eran o querían ser.

Supo que la muchacha trabajaba vendiendo frutas en ese lugar, pero terminaba a mitad de la tarde y se reunía con él. Ella tenía su misma edad y vivía sola desde que sus padres habían tenido la suerte de partir al Planeta Prometido, no había podido asistir a la universidad porque su tiempo y dinero eran cortos, pero seguía leyendo y aprendiendo con libros en las noches cuando llegaba a casa.

—¿Los extrañas? —preguntó él de repente y Elizabeth le miró sin entender—. A tus padres, ¿No es difícil estar sola?

La chica suspiró antes de responder.

—Claro que sí —soltó esquivando la mirada que el joven le dedicaba, pero segundos después volteó hacia él con una sonrisa nostálgica—. Sé que están bien ahora, se encuentran en un planeta que no está tan roto como éste.

Ella miró hacia el cielo, ese día se habían quedado hablando un poco más de lo usual. Ya las estrellas se asomaban y la luna los deslumbraba con su brillo.

Alex recordó lo que su padre le había contado sobre el proyecto de El Planeta Prometido y como ésto podía brindarle mejores oportunidades a las personas, esa noche por primera vez se sintió orgulloso del trabajo de su papá, y deseo sinceramente que los padres de su compañera estuviesen muy bien allá.

Desde hace dos semanas quería decirle a ella lo que sentía, desde la primera vez que la vio su corazón sabia que estaban destinados. Iba a confesarse a la chica que había conocido hace un par de meses y ahora se encontraba tan nervioso, así que decidió que lo haría la próxima vez que viera a Elizabeth.

Ese día se encontraron en aquel puesto de churros donde se conocieron hace muchas lunas. La cara de ella denotaba preocupación, con una simple mirada sabia que algo le molestaba.

—Me iré —sintió cómo algo dentro de él se rompía al oír esas palabras—. He sido seleccionada para ir al Planeta Prometido, Alex.

Sabía que eso era algo que su amiga añoraba, porque podría reencontrarse con sus padres, pero la noticia le causaba una mezcla de emociones. No la vería más, o pasaría mucho tiempo antes de que pudieran verse, ya que no sabía cuándo él sería seleccionado.

—¿No dirás nada? —Empezaba a sentir un nudo en su garganta, después de todo el haberse encontrado con esa joven hizo de sus días los mejores.

—Iré contigo —soltó de repente, completamente decidido—. Iré contigo al Planeta Prometido.

Nunca antes se había enamorado, esa sensación de querer acompañarla y cuidar de ella revoloteaba por todo su cuerpo, una chica que no tenía nada que ver con él semanas atrás, se había convertido en su todo y no pensaba perderla. La amaba demasiado, se lo dijo esa noche cuando Elizabeth comenzó a llorar luego de las palabras que había pronunciado con tanta determinación.

Se amaban y ambos deseaban estar juntos, el día del despegue fue sencillo abordar la nave, se hizo pasar por uno de los trabajadores de su padre. Al verse no podían evitar dejar de sonreír imaginando como seria su vida juntos, entrelazaron fuerte sus dedos se acompañarían de ahora en adelante, habían pasado la atmósfera terrestre y Alex observaba algo melancólico lo que había sido su hogar por veinte años.

—Aquí comienza nuestro gran viaje —escuchó las palabras venir de su lado, por parte de aquella mujer que lo había encantado tanto.

—Definitivamente —Ambos se acercaron y dieron un tierno beso, aquello parecía un sueño hecho realidad.

El coronel Evans estaba conmocionado, en la habitación de su único y amado hijo, sobre la mesa de noche se encontraba esa carta que rompió su corazón.

''Querido padre, he tenido que elegir despedirme de ti por este medio debido a que sé tu posición ante ésto. Sé que habrías intentado detenerme a toda costa y no comprenderías lo mucho que ella me hace feliz.
Entiendo que podría parecerte una locura, lo es de cierta forma, pero no puedo evitar sentir que mi lugar está al lado de Elizabeth; tú no la conoces, pero yo le he hablado tanto sobre ti. La conocí un día en la ciudad y puedo decirte que desde ese momento estuve enamorado de ella.
Lamento decepcionarte, papá, pero no puedo vivir por siempre excluido de la vida, la verdadera en donde tu corazón se acelera y amas a alguien, yo decidí que mi futuro ideal era irme al Planeta Prometido con la chica que más me importa en el universo.
Espero que estés bien, siempre, y que tu trabajo siga haciendo tan felices y brindándole oportunidades a personas tan maravillosas como Elizabeth y sus padres. Estoy orgulloso de ti y ansío hablemos pronto.''

Te quiere, Alex.

Corrió a detener la salida de aquel cohete con lágrimas en los ojos, estaba cerca de la estación cuando vio cómo la nave rompía las nubes y se perdía hacia el espacio.

No podía deja de pensar que aquello era un castigo, por todas esas vidas que tan cruelmente había apagado con la promesa de un planeta que jamás existió.

De repente, el transporte espacial se detuvo con brusquedad, tomando desprevenidos a sus felices tripulantes. Todos se miraron entre sí, desorientados, cuando unas alarmas rojas empezaron a emitir su luz.

Las puertas se bloquearon alarmando a los presentes aún más y entonces lo peor se vio venir; unos tubos que habían estado sellados hasta hace poco se abrieron y expulsaron cierto gas verdoso que se esparcía con rapidez por todo el salón que llevaba a los viajeros. Aquello era, sin duda, un holocausto.

Alex y Elizabeth se miraron por última vez, mientras el gas venenoso los asfixiaba, tomaron sus manos con la poca fuerza que les quedaba y se despidieron en silencio entre lágrimas.

Esperamos que les haya gustado nuestro relato y les agradecemos el haberse tomado un momento para leerlo. Nos encantará saber qué piensan sobre él, así que si desean comentar, estaremos respondiéndoles en cuanto nos sea posible.

Desde este lado del mundo, se despide con cariño @cafeconleche.

Sort:  

El relato perfecto como siempre .. Casi lloro jaja gracias por compartir amigas @cafeconleche

Muchas gracias amigo, para nosotras es un placer saber que nuestro escrito te ha gustado. Gracias por leernos y apoyarnos. Saludos para ti ❤️

Siempre al pendiente de sus contenidos, saluodos.

Gracias, saludos para ti igual.

Vaya! se os dan genial las historias de amor! lástima que por lo que veo no tienen muchos votos!!! no os desaniméis, si la gente no vota no es porque vuestros escritos no tengan calidad, que de eso van sobradas! ;)

un saludo!

Pero es que las amamos, ¿Se nota un poco? Somos de las que siempre buscamos una historia de amor para ver o leer jajajaja. Qué gusto verte por aquí y saber que nos apoyas, muchas gracias de verdad que nos has sacado una sonrisa pues a veces sí es algo triste que relatos en donde pones tanto amor no lleguen a muchas personas. Sin embargo, esperamos que poco a poco podamos mostrar nuestro pequeño trabajo a más gente maravillosa.

Seguiremos avanzando, un saludo para ti con mucho cariño ❤️

Me alegra haberos levantado un poquito el ánimo! :D
Cuando veo gente con post de calidad y no son apenas votados y luego veo algunos malisimos con una gran recompensa... pienso en lo injusto que es a veces steemit.

Os voy a dar unos consejos como lector:

  • En historias con tanto texto como esta, os recomendaría poner más imágenes por medio, ya que a simple vista un artículo en el que solo ves texto y bajas y más texto y más texto, puede ser poco atractivo a primera vista para leerlo, ya que piensas uffffff cuanto hay que leer, ya si eso lo leo luego.(un luego que por falta de tiempo muchas veces no llega)

  • También podéis jugar con negritas en las palabras clave para resaltarlas más.

  • En resumen, intentar mejorar el aspecto visual para que llame la atención, ya que el tema del contenido lo tenéis perfecto.

Un saludo con mucho cariño también para vosotras.

P.D: Al leer vuestras historias, me hacéis recordar las ganas que tengo de tener tiempo para leer un buen libro.

Muchas gracias por las recomendaciones, la comenzaremos a emplear de ahora en adelante, para esta ocasión se no hizo complicado encontrar imágenes que tuvieran armonía así que dividimos en texto en por así decirlo "paginas" que permitieran al lector si deseaba llegar hasta un punto y luego retomar la historia.

Nuestra idea con este escrito era hacerlo corto, pero al final nos dejamos llevar y terminamos construyendo una historia muy larga jajajajaja.

Gracias por los consejo y el apoyo, el equipo @cafeconleche lo aprecia sinceramente. Los tomaremos y continuaremos esforzándonos para que nuestros escritos tengan mas lectores.

Saludos ❤

con lagrimas en los ojos pienso lo bello que fue ese amor tan puro que nació de la nada y quedo en la nada ,bravo mis chicas les quedo excelente

Muchas gracias querida @mavel, que hermoso contar con tu apoyo leyendo nuestra historias y comentándolas. Saludos con mucho cariño para ti ❤

el planeta de los churros :3 digo prometido :D estuvo genial el relato :)

Jajajajaja nos has hecho reír con eso. Gracias por leerlo, es una alegría saber que te ha gustado ❤️

@cafeconleche . Están cordialmente invitadas a participar en el reto "Mundos posibles", para continuar la historia.
Les coloco el link correspondientehttps://steemit.com/mundosposibles/@mllg/primer-reto-steemitficcion-mundos-posibles-nivel-3-continuacion.
En Discord Editorial Ficción Usuario @steemitficcion

Muchas gracias estimada amiga, estaremos visitando este reto. Muchas gracias por la invitación la apreciamos mucho. Saludos

Me encanta, amigas, contar con su hermosa continuación ( Nivel 4).
Pronto regresaré a leer y comentar su Planeta prometido. Ando apuradita. Y estas lecturas hay que disfrutarlas.
Un abrazo virtual.

No me espere el final O.o Muy bueno Saludos @cafeconleche

Qué alegría sorprenderte jajajaja esperamos que hayas disfrutado la lectura ❤️

Me encantó, muy bonita historia muchachas..

Muchas gracias por leer, saludos.

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