Aquel Día 💕
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Aquel Día
Desde la primera vez que la había visto, cuando entró aquel día a su clase porque acaba de mudarse desde un pueblo a las afueras de la ciudad, supo que esa chica era especial.
Había pensado en iniciar una conversación con ella en varias ocasiones, podía simplemente decirle ¿Has hecho la tarea de matemáticas? o ¿Piensas unirte a algún club? Puedo ayudarte, pero cuando estaba lo suficientemente cerca de la chica las palabras se quedaban atoradas y empezaba a sudar. Él no era del tipo de chico que se pusiera nervioso con facilidad o estuviese todo el tiempo pensando en chicas, tenía 17 años, pero era lo suficientemente maduro como para ser seguro de sí mismo y calmado.
Tampoco se había enamorado nunca antes, no estaba seguro de si aquello podía llamarse amor o simple interés por una muchachita tan misteriosa. Pero fuese lo que fuese, él quería conocerla y sus ganas aumentaban cada vez que se encontraba almorzando con todos sus amigos y la miraba a lo lejos, completamente sola y leyendo algún libro que cambiaba cada dos días.
Tal vez era muy tímida o solo no quería conocer a nadie, pero ya tenían cinco meses estudiando juntos y la joven había creado una barrera casi impenetrable entre ella y sus compañeros de clase. Casi podía pensar que realmente no existía, pero su inteligencia para siempre tener las mejores calificaciones de la clase le daban un poco de realidad.
Así que aquel día, el muchacho se armó de valor para hablarle. Si no lo hacía ahora, si seguía posponiendo su curiosidad e interés, jamás podría decirle algo y terminaría la secundaria arrepintiéndose de no haberlo intentado.
No importaba si ella lo mandaba al diablo o le ignoraba, al menos habría hecho algo.
Entonces estaba allí, todos sus compañeros se encontraban en la clase de educación física, pero la chica había vuelto al aula porque olvidó su uniforme; y él lo tomó como el momento perfecto para decir que necesitaba buscar algo en su mochila.
Cuando cruzó la puerta sintió que todo iba a salir mal, trató de no dejar que los nervios empezaran a hacerlo sudar, pero ella justamente volteó hacia él. Ambas miradas se encontraron durante unos segundos.
Tanta fue la presión que el muchacho tuvo que romper la conexión, porque los ojos serios de su compañera le incomodaron.
—L-lo siento, olvidé algo—fue todo lo que se le ocurrió decir, intentando no reestablecer el contacto visual que hacía saltar su corazón.
Ella solo asintió y continuó haciendo su tarea, un silencio ensordecedor los rodeaba mientras el chico rebuscaba entre sus pertenencias cualquier cosa. En su mente repetía lo cobarde que estaba siendo, intentó un par de veces más decir algo, pero simplemente no podía.
Entonces se resignó, quizás nunca le diría nada y ya sus oportunidades con la chica se habían perdido, todo por su nerviosismo absurdo.
Sin embargo, justo cuando estaba por salir de aula decepcionado de su suerte, ella lo detuvo.
—Y-yo quisiera poder hablar con todos—soltó de repente, haciendo que el muchacho se volteara hacia ella sorprendido—. Pero no sé cómo empezar a hacerlo y por alguna razón pienso que puedo hablar contigo primero, ¿podrías ayudarme?
Para él, quien siempre había tenido curiosidad acerca de la joven, eso fue como un sueño. Por fin podría hablarle e incluso ayudarla a ser parte de la clase.
Con una sonrisa cálida extendió su mano hacia ella.
—Sería un gusto ser tu amigo.
Y aquel día, justo en ese primer momento en el que sus palabras se encontraron, sus mundos empezaron a fusionarse.
Muchísimas gracias por leer nuestra historia hasta el final, nos alegra mucho volver a compartir un escrito con ustedes y esperamos lo hayan disfrutado. Nos encantaría saber qué te pareció la historia y qué te hizo sentir, así que déjanos un comentario.
Desde este lado del mundo, se despide con cariño @cafeconleche.