La mensajera de los árboles.

En el mundo existen personas con dones excepcionales que están más allá del raciocinio común, pueden conectarse con la energía de la naturaleza al punto de comprender sus mensajes, una de esas personas es Esperanza Proaño, una mujer nacida en la ciudad de Palencia en España, con una sensibilidad especial por los árboles, desde el día de su nacimiento hizo un particular vínculo con los árboles que la rodeaban y con el tiempo aprendió a comunicarse con ellos y a tallar sus mensajes en la madera. A continuación conoceremos la historia de esta interesante artista plástico.

La infancia de Esperanza Proaño transcurrió muy feliz en un bosque natural muy denso donde la naturaleza marcaba el ritmo de la vida, los recuerdos de esa niñez la acompañan siempre porque fue durante sus primeros años cuando comenzó a conectarse con la naturaleza, viendo a los árboles crecer descubrió el arte en la forma única de sus ramas. El vínculo con la naturaleza se convirtió en imprescindible, tocar a los árboles, sentirlos y abrazarlos una necesidad.

Nació cerca de un río rodeado por un bosque de robles, donde comenzó a ver la madera como un elemento indispensable en su vida, además de calentarla en las noches frías era útil para muchas cosas más, la vida del campo la emplea en todo su entorno, de esta infinidad de utilidades el arte fue la más importante, su sensibilidad por la naturaleza la transformó en destrezas artísticas.

Ella afirma que el oído humano no es tan fino como para escuchar a los árboles, pues ellos se comunican a través de susurros muy frágiles que no podemos oír fácilmente, Esperanza lo ha logrado poniendo especial atención a los sonidos de la naturaleza para comprenderlos, abrazarse a un árbol le ha ayudado sentir su energía y a escuchar sus susurros en el viento. Algunos de los mensajes que le han dado comunican tristeza porque no los queremos, no agradecemos los recursos que tomamos de ellos, otros mensajes comunican la sabiduría de la naturaleza en su ciclo perfecto, constante e indetenible.

En la adultez rescata ramas de árboles que han sido talados y los convierte en piezas de arte únicas dejándose llevar por la energía que la trasmite la madera, su tallado da nueva vida a las ramas a través de su imaginación las transforma en obras tan únicas como la del árbol que las generó. Trabajando la madera ha encontrado libertad y expresión. Su sensibilidad y pasión está en observar la belleza de la creación, llenar de vida a un pedazo de árbol muerto y dejar en la madera un poco de su propia vida.