Recuerdo claramente que la primera vez que jugé monopolio, lo hice con un tío que hasta el sol de hoy es una de esas personas que nació para los negocios. Mientras jugábamos el me ofrecía enormes cantidades de dinero por mis propiedades y mis terrenos y como yo era una niña feliz de la vida se los daba. Hasta que eventualmente los impuestos terminaron logrando que todo el dinero que me dio mas el que ya yo tenía, volviera a sus manos al final del juego.
Si, Elizabeth tenía un muy buen punto.
Yo no sé como me las arreglaba para perder siempre. Por eso nunca llegué a nada como empresario ja, ja, ja!
Saludos!