La ruina del hecho educativo en Venezuela

in #spanish7 years ago

De una crisis política y económica que se procesa durante 20 años, es inevitable el paulatino desarrollo y nacimiento de una crisis en el sistema educativo y del hecho educativo en general para los individuos de la generación más afectada.



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Para poder entrar en contexto correctamente con el término, vamos a parafrasear lo que se refiere a “hecho educativo” o la “educación como un hecho” definido por Altuve en un ensayo titulado de la misma forma.

Comenzando por definir al hecho como un sistema homogéneo conformado por un acontecimiento (porque sucede en el espacio-tiempo), un proceso (porque se considera una secuencia de situaciones donde una define a la siguiente) y un fenómeno (porque es percibido por nosotros mediante nuestros sentidos), para dar lugar a una unidad específica, como por ejemplo una onda sonora, la luz, el mismo hombre.

Así, el autor afirma que la educación es un hecho porque ésta tiene fundamento y apoyo teórico, con conocimientos adquiridos gracias a la observación de la realidad, también existe y vincula al hombre y a la sociedad a la que pertenece, se constituye de acontecimientos bien definidos e interrelacionados y por último se lleva a cabo en espacio y tiempo específico y se adapta a la ubicación temporal y espacial, como por ejemplo, la educación contemporánea en Venezuela, o la educación en la Europa del siglo XVI.

La educación es un hecho real complejo porque es inherente a la condición humana y su desarrollo ha ido de la mano con las necesidades del hombre, por lo tanto ha sido el medio por el cual la sociedad busca garantizar su supervivencia, mantener cohesión, equilibro y armonía, fomentar la inclusión y el avance, perdurar en el tiempo siendo transmitida de generación en generación.

En conclusión, Altuve señala que la educación como un hecho social, tiene tres objetivos:

a) Contribuir a la cohesión social.
b) Posibilitar la permanencia de la sociedad.
c) Favorecer su evolución y progreso.

Al haber leído los tecnicismos correspondientes, parece bastante obvio que la educación ocurra de esa manera no sólo en cada país sino en cada individuo, porque no escapamos de ella, como se dijo anteriormente, es necesaria para la supervivencia, y hay que entender que desde los niveles más primitivos hasta los más desarrollados.

Si nos enfocáramos en el sistema educativo y sus métodos, tendríamos mucha tela para cortar también. Sólo al empezar por la anticuada estructura de la obligación a la excelencia en el cumplimiento de objetivos y no en el desarrollo de las capacidades, o el empeño de crear ejércitos de obreros y personal medianamente entrenado para cubrir la demanda de algún sector industrial, nos da suficiente material para reflexionar el descuido total que se le ha dado a la calidad sin mencionar el olvido al campo de investigación o el abandono total que se le ha dado a la infraestructura de cada colegio y universidad pública existente.



¿Qué refleja ésta imagen? Que vivimos en un régimen que considera a la educación totalmente como una enemiga, por más que profese lo contrario
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Pero en este caso, el problema en Venezuela con el hecho educativo, no lo enfocaremos desde el punto de vista de las instituciones y sus defectos, o del sistema per sé, sino de cómo la crisis ha desvirtuado los propósitos y necesidades intelectuales que tiene cada venezolano, resumiendo su existencia y voluntad bajo una sola máxima: ”todo aquello que no me genere dinero suficiente para vivir, es una pérdida de tiempo”.

De esta manera, se ha ido por el barranco la educación del individuo como una necesidad inherente a su condición de ser social y su contribución a la sociedad queda limitada a la intervención consecuente de la actividad productiva de la que obtenga el sustento.

Estos paradigmas actuales han dejado a la educación formal como un evento de baja prioridad, o al menos considerado como un lujo innecesario porque no satisface los requerimientos del día a día de un hogar, ni los fisiológicos de quien invierte todo su tiempo disponible en buscar qué comer, genera gastos (putiles escolares, uniforme, elaboración de proyectos y trabajos) que antes eran una inversión que formaba parte del proceso, por lo que se les considera pérdidas.

Muchos jóvenes y niños de ésta trágica generación, no ven el beneficio de la educación en un país donde lo único realmente importante es ganar dinero para sobrevivir, donde el campo laboral para profesionales se ha esfumado casi por completo o el que queda, no te dará una remuneración digna, que haga justicia a todo el sacrificio hecho como estudiante durante 17, 20 o 25 años de esfuerzo para poder ejercer en una actividad especializada.

Y cuando pensamos en la educación no formal, la empírica, los valores aprendidos en casa, la misma degradación prevalece. La sociedad armoniosa ha sido desplazada por “la ley del más apto”. Si tú no te quedas con éste lápiz que te encontraste en el suelo, otro lo hará, lo venderá y comerá en tu lugar. No existe tal cosa como solidaridad y decencia, porque lo único realmente importante es sobrevivir como sea.

Es una preocupación contundente la que genera el pensar en el futuro de éstos niños que han nacido y crecido en medio del apocalípsis social que vive Venezuela, en medio de la pérdida de oportunidades, el desconocimiento total de que existen mejores formas de vivir.



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Pero el hecho educativo no se da sólo en un salón de clases, es una realidad influyente entre el hombre y la sociedad, por lo que queda de parte de cada integrante de ella, nosotros los que tenemos consciencia de la situación, darle el valor que corresponde cuando parece no haber camino, porque de esto depende el progreso y evolución de otro ser humano.


Imagen por: @gooze

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”todo aquello que no me genere dinero suficiente para vivir, es una pérdida de tiempo”. No hay que generalizar, todavía conozco personas que apuestan por prepararse y lo vivo en 2 mundos: la gente de mi facultad y la gente del diplomado de yoga. Aunque tienes razón en que los que quieren cada vez tienen que esforzarse mas. Saludos y Dios permita que esto cambie.

Buen día @emily61. Es que también depende mucho de tu entorno, yo conozco de los que no se pueden permitir ninguna actividad de esparcimiento porque les quitaría tiempo de trabajar o "matar cualquier tigre" y también los que a pesar de tener su tiempo ocupado aún les da para dedicar al menos una hora de gimnasio o cualquier otra cosa que quieran hacer. Lamentablemente esa idea de que en Venezuela hay dos mundos es perfectamente comprobable en éste ámbito.

Como parte de esa desafortunada generación que mencionas, quienes nacimos en revolución y no hemos conocido lo que es vivir en un país decente, puedo decirte que tienes toda la razón. Varios compañeros dejaron de ir a clases por trabajar o porque el simple hecho de trasladarse de su casa al liceo era una pérdida de dinero. Y los que no dejaron los estudios iba a clases con una frecuencia muy intermitente, y no tenían ningún tipo de motivación. Yo mismo dejé los estudios porque le dejé de ver propósito a la educación en este país.

Y es una lástima. Por mi parte, no es algo que me preocupe en exceso porque de principio soy un gran defensor de que el sistema educativo es despreciable, y no veía una salida para mí a tracés de ese sistema. Pero por otra parte, muchos de mis amigos no tienen gran problema con la educación, y simplemente buscaban un futuro normal en el que acababan el liceo, iban a la universidad, y luego encontraban un trabajo. Esa era la vida que ellos querían y la situación está haciendo que la vean cada vez más lejana, y me daba mucho dolor ver a mis amigos tan pérdidos, tan desanimados y de cierta forma con una falta de propósito. Mi corazón quiere que la situación mejore pero mi cerebro sabe que eso no sucederá, al menos no en un futuro cercano...

Yo no puedo culparlos por sentir ese desinterés total no en los estudios y preparación, porque seguro todos están ansiosos de conocimientos, sino en el cumplir los requisitos del sistema educativo porque acá no nos está ofreciendo mucho el ser profesionales, pero yo de todo corazón te recomendaría que saques fuerzas de donde no las tienes y el entusiasmo aunque sea fingido y culmines tu bachillerato. Quizás aquí sientas que no te sirva de algo y ahora es unarealidad, pero si deseas emigrar y echar raíces en otro lado, tener ese papel será muy necesario.

En unos años verás hacia atrás y te darás cuenta de que el tiempo pasa tan rápido que esos meses extra que te faltaban, eran nada, como una gota de agua del mar en lo que es tu tiempo de vida, que el esfuerzo en realidad era mínimo y que aguantarse y seguir la corriente cuando la meta está muy cerca SI vale la pena. Lo que hacemos a esas edad sí nos define y nos marca mucho, pero también cometemos errores por falta de experiencia y sólo nos queda reflexionar sobre eso cuando maduramos más adelante.

Eres uno de mis escritores favoritos por acá, estás muy adelantado para lo joven que eres. Memorizar unos cuantos conceptos de biología o ciencias de la tierra es pan comido para una persona que constantemente está buscando qué aprender nuevo, es sólo un pequeño esfuerzo de unos meses, unas pocas horas al día para obtener ese papel que aunque en este incorrectísimo momento de la historia no parece tener sentido buscar, pero más adelante (si tenemos la bendición de salir de ésto) y en otro lugar definitamente si lo necesitarás, además, cuenta como aval que te certifica de "sobreviviente de un régimen que insiste en volver a su pueblo miserable", aunque no lo creas, ésto es parte de un plan macabro que tiene años ejecutándose.

En tu caso tienes el acceso a una computadora e internet sumado al interés por aprender, pero otros tienen el único contacto con la realidad del mundo a través de uno que otro libro que tocarán en la escuela, y ellos son mayoría, junto con los que están desertando, ¿la consecuencia? Una inevitable generación de delincuentes y analfabetas de la cultura que pondrá en peligro a la sociedad. Por eso mientras tengas los medios, debes ser fuerte y como quien dice "salir de eso rápido".

Sinceramente creo que tienes la razón en absolutamente todo lo que escribes. Desde hace años odio el sistema educativo y creo que desde segundo año de bachillerato tenía ganas de abandonar los estudios. Sin embargo, entiendo que dejarlo en mi último año fue una decisión completamente irracional; si lo vemos únicamente haciendo uso de la lógica, no tiene sentido que dejara el liceo a seis meses de acabar. Pero yo no lo dejé por razones meramente racionales.

Es verdad que estoy completamente en contra de la forma en que el sistema educativo ejerce, pero en al momento de dejarlo lo que me impulsaba era principalmente mis emociones por encima de la lógica. Siempre cuando explico por qué dejé los estudios saco argumentos en contra del sistema educativo pero realmente lo que me llevó a abandonarlo fue muy personal. Es algo que no suelo expresar pero en el liceo, a sólo unos pocos meses de graduarme, me sentía miserable, y realmente no podía pasar un día más ahí. En el primer lapso tuve unas notas terribles y el segundo no iba mucho mejor. La situación del transporte público me imposibilitaba trasladarme con facilidad, y eso sumado a mis pocas ganas de asistir, muchas veces llegué tarde y la mayoría de días me regresé a mi casa sin haber pisado el liceo. Y podía ver claramente cómo mis notas se iban al barranco y yo acababa reparando 8 materias, e incluso hasta repitiendo el año. Eso sumado a la idea de hacer una tesis de la imposición de una labor social me dejó en una posición en la que me sentía muy abrumado con todo lo que estaba ocurriendo y en algún momento me bloqueé y dejé de hacer cosas. Dejé de dibujar, de escribir y de aprender, y esa situación me asustaba mucho. Por eso dejé el liceo.

Tengo muy claro que el título es algo que necesitaré para el futuro, sobre todo si me quiero ir del país, por eso estoy decidido a sacarlo antes de emigrar. Soy consciente de que quizá no tomé la decisión más racional, pero sinceramente sentía que era lo único que podía hacer si quería mantener algún tipo de estabilidad emocional XD y ha funcionado muy bien —estos cinco meses han sido muy productivos para mí. No tanto como esperaba, pero mucho más de lo que había sido antes.

PD: Gracias por todos los bonitos comentarios ^w^ de verdad significan mucho para mí...

Esta es una maraña que se ha venido enredando por muchos años.
Uno de los puntos más álgidos de una nación, es precisamente el inherente a la educación. Proceso de perfecta conjunción política y social, al que -de manera idónea- deberíamos acudir llenos de profundo entusiasmo y convicción.
Por supuesto, el factor político enfocado en las funciones de coordinación de los medios para que se cumpla el fin de la educación, en virtud de la continencia del Estado.
Sin embargo, van dos décadas en las cuales, los venezolanos hemos sido violentados en el uso de los derechos fundamentales, padeciendo el intervencionismo del régimen, en los sagrados recintos educativos.
La "ruina" en el hecho educativo, tiene patas cortas. Considero que la motivación tanto de docentes, como de estudiantes, es la llave para fortalecer el vientre, desde el cual emergen los hombres educados y es la instrucción acrisolada, la que tiene la fuerza liberadora de una sociedad. No debe haber dogmas ni alienación, solo la necesidad interior del individuo que reconozca la riqueza de la experiencia, de la adquisición del conocimiento, de la interacción humana en el aula y no puedo más que aseverar (por mi propia experiencia como docente y madre) que, la familia es el motor, perfectamente sincronizado, que impulsa a cada uno de sus miembros a valorar el hecho educativo.
Circunstancialmente, esta mega crisis que abate a Venezuela, pretende ser la tormenta perfecta para arruinar todo. Pero no debemos dejar que nos roben el tiempo, sobre todo a los niños y jóvenes estudiantes, que no han de perder el ritmo que marca la edad propicia para el aprendizaje académico.
Querida @bourrbakia, has tocado una tecla muy sensible con este tema. Disculpa mi extensión, pero este campo fue mi lugar de batalla.

Pero la integridad del individuo ha de vencer.
Miremos el espejo de países en verdadera guerra, donde caen misiles y en un par de días, continúan las actividades escolares.

Definitivamente los que conocemos y sabemos que hay una vida mejor, incluso yo que estoy en la rayita de lo que significa esta coyuntura, tenemos la responsabilidad de mantener en la medida de lo posible la tradición del amor hacia la educación por los que vienen naciendo en la familia, y por los que conocemos que pueden perderse en el camino.

No debemos dejar que se cumplan los objetivos que tiene esta gente de formar una sociedad desunida, están luchando por construir sobre unos cimientos donde la educación es percibida como una actividad reservada para pocos, a pesar de que en el discurso intentan engañarnos reflejando lo contrario. Pero sólo el deterioro de los planteles y el descuido total al sistema, al personal, a todo, deja ver las verdaderas intenciones.

Aunque aquí pareciera ser todo lo contrario, es la educación lo único que nos salvará, lo que nos ayudará a sobrellevar y sobrevivir ésta tragedia y garantizar las herramientas para poder mejorar la sociedad donde predominarán estas criaturas que dentro de unos años serán sus líderes. Tenemos que fomentar los sueños y el apetito por el conocimiento para librarnos de la creencia de que nacimos para ser mano de obra barata o burritos de carga hasta la vejez y de que "como profesionales, nos vamos a morir de hambre".

No importa la extensión sino el aporte @armonia, que viniendo de tu experiencia es sumamente valioso, espero que pronto te animes a compartir algo de tu experiencia en tu blog personal, feliz fin de semana.

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