Bitácora personal 25052019: ¿Qué tanto dinero necesitas para ser feliz?

Este año inicié una nueva aventura laboral al cambiar de trabajo después de 13 años, y mi idea inicial al empezar a buscar nuevas opciones era encontrar algo igual o similar a mi trabajo anterior, en donde ganara lo mismo o más.

Debido a los tiempos de contrataciones de las universidades no esto no fue posible así que ahora gano poco más de la mitad de lo que ganaba antes, pero trabajando mucho menos horas que antes. Esta disminución de ingresos en realidad no me ha afectado tanto, porque lo primero que hice al ver que este cambio se me venía encima fue liquidar todas mis deudas para ver como andaba de ahorros, y poder así saber bien donde estaba parado y poder analizar mis opciones.

Después de un par de meses empecé a notar cambios en mí que me sorprendieron. Comencé a disfrutar cosas que andas hacía prácticamente por obligación, como regar las plantas de mi jardín y hacer la limpieza diaria de casa. Mis relaciones con mi familia y amigos también mejoraron, y en general estoy más tranquilo y feliz que antes.

Gano menos pero me siento más pleno, más feliz. Ya no estoy estresado todo el tiempo, corriendo de aquí para allá, y curiosamente este ritmo de vida más tranquilo me ha permitido replantearme la manera en que gasto mi dinero y me ha permitido descubrir que en realidad no necesito tanto dinero para ser feliz.

Me di cuenta de que antes compraba muchas cosas que creía que necesitaba y que a veces ni siquiera consumía. Por ejemplo cuando iba al supermercado compraba muchos productos que a veces no gastaba y tenía que tirar. Otro ejemplo es la ropa, aún tengo ropa sin estrenar que compré porque estaba en oferta, y que en realidad valía la pena, pero que no necesitaba y sigo sin necesitar. Y así como estos puedo citar muchos ejemplos.

Cuando decidí cuidar mis gastos, y realmente gastar solo en lo que necesitaba descubrí que puedo gastar muchos menos que antes y tener la misma calidad de vida sin hacer sacrificios. Mi vida es prácticamente la misma que antes pero ahora solo compró lo que necesito y no tiro nada. No gasto en cosas innecesarias y sigo saliendo y divirtiéndome con amigos y familia como antes.

¿Qué ya no puedo hacer? Gastos fuertes repentinos, como irme de viaje sin planearlo, o meter el auto al taller sin preocuparme por la factura. Ahora los gastos fuertes son planeados, y si son repentinos e inevitables puedo, sacrificando una ida al cine y algunas salidas a cenar durante el mes, recuperarme fácilmente de estos.

A final de cuentas este cambio laboral, difícil en su momento porque implicaba un ajuste fuerte para mí, ha sido más beneficioso de lo que esperaba, y me ha permitido darle su justo valor a las cosas, y aprender a ser feliz no por cuanto dinero tengo o gasto, sino como este me permite una vida plena y más tranquila, permitiéndome ver que no necesito mucho dinero para ser feliz.

Y tú ¿te has preguntado alguna vez si en realidad necesitas todo el dinero que quieres tener para ser feliz? Si no es así te invito a hacerlo, puede que te lleves una agradable sorpresa.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.