Tributo a Volbeat #2: Mi primera Guitarra Eléctrica

Aún recuerdo la primera vez que pisé una “tarima” . Fue en un sector muy popular de mi ciudad natal Caracas, el cual se llama Catia (Cuantas veces antes de este gran evento, fui con mi madre a comprar pescado donde el famoso chicho, el cual estaba con su camión blanco vendiendo pescado fresco y mariscos, en este gran y concurrido sector. ¡Qué tiempos aquellos!).

Tenía alrededor de 16 años si mal no recuerdo, en mi haber tenía la que fue mi primera Guitarra Eléctrica: Una Yamaha EG112 color negra con chapa blanca junto a un Multi Efectos marca Zoom, Modelo 606 de color plateado. ¡Tenía todo lo necesario para rockear!

Una de las calles del sector Catia

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Mi Yamaha EG112: Era de estas guitarras que venían en combo, el cual estaba conformado por amplificador, una correa, un enrollador de cuerdas, un afinador, una bolsa con 5 pajuelas del mismo grosor pero de diferentes colores, un juego de cuerdas, un cable y un forro; todo de la misma marca. Fue un 23 de Diciembre que compré junto a mi padre la que fue mi compañera por muchos años, fuimos a una de las tiendas más famosas en mi cuidad (quien iba a pensar que muchos años después trabajaría en una de ellas).

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Empecé a trabajar a la edad de 13 años junto a mi padre, vendiendo frutas secas en 2 de los mercados populares más conocidos aquí en Caracas. Trabajaba los fines de semana ya que de lunes a viernes debía cumplir con mis obligaciones escolares. Recuerdo que los días viernes estaba muy emocionado (y luego de cierto tiempo, con cierta flojera, ya que era en aquellos tiempos un poco dormilón, jejeje) de esperar a que mi padre a las 5:30am me llamara con un silbido que se escuchaba en todo mi barrio, a que yo bajara a su encuentro y así irnos a nuestra tan preciada faena.

Antiguo Mercado de Chacao (Gran parte de mi infancia la viví en sus pasillos)

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El “armar” el puesto para la venta de todas nuestras exquisiteces era todo un rompecabezas lleno de cajas y de sacos, el cual debíamos exhibir con esmero para que todos los clientes observaran de manera agradable la materia prima para sus postres. Aprendí desde este momento el valor de las cosas y que no todo provenía de “soplar y hacer botellas” . Como he comentado en post anteriores mis padres se separaron desde que yo estaba muy pequeño, pero eso no fue excusa para que mi padre aparte de cosechar una gran amistad con mi madre se ocupara en todo sentido de mí.

Por aquí pueden ver a mi padre en un día “común” en el trabajo. Siempre sonriendo. Yo estaba súper emocionado por una cámara Canon que me había regalado. Y a todo le tomaba fotos. (Papá di Cheeese, jajaja)

Por eso nunca me falto nada; recibí mi primera mesada a la edad de 11 años, pero en algún momento luego de dar esa probada de comprar “con mi dinero” lo que quisiera, quise más. La respuesta de mi padre luego de pedirle un aumento de mesada fue: -¿Quieres más dinero? Ven a trabajar conmigo y así ganaras tu propio dinero. Eso sí, no quiero que por ningún motivo descuides tus estudios. Solo vendrás los fines de semana y en el mes de Diciembre trabajaras de lunes a lunes.-

Aquí comparto con ustedes mis queridos lectores una foto cuando cursaba 2do grado de primaria, no es precisamente la edad que tenía cuando empecé a trabajar, pero quería que vieran lo buen estudiante que era (Miren esa cara de ángel, jajaja)

Y así lo hice, en mi primer mes gane más del triple de lo que mi padre me daba como mesada, imagínense a un niño de 11 años recibir el 10% de la venta del día. No supe que hacer, y estoy seguro, tomé la decisión más sabía que haya tomado a esa edad: ¡Darle todo a mi Madre! De allí en adelante mi madre administraba el dinero que con mi trabajo ganaba, desde este momento empecé a ayudar económicamente en mi casa. (Hábito que aún cumplo a cabalidad, sino pregúntenle a @erikatassoni, jajaja)

Luego de casi un año de trabajo y en el mes de Diciembre trabajar de lunes a lunes, pude reunir la mitad de lo que costaba el combo de guitarra, mi padre me regaló la otra mitad. Apenas entre a la tienda lo primero que vi fue una Fender Stratocaster Standard, color blanco, con mástil de arce. Quede impactado con la belleza de tal instrumento, pero costaba el doble de lo que fue mi combo de batalla.

Al ver mis ojos de Gato con botas en la película Shrek, mi padre me dijo: Si compramos esta, no tendremos más dinero para el amplificador y todos los accesorios que vas a necesitar. Con un gran dolor en el pecho y lágrimas en los ojos (nahh estoy exagerando, jajaja) me decidí por la recomendación de mi padre y el vendedor de la tienda (Que luego extrañamente sería el primer jefe que tendría en esta famosa cadena de tiendas).

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Apenas salimos de la tienda mi padre me dijo: -Hijo, recuerda que aún tenemos que comprar mercancía para el día de mañana (ese día fue muy, pero muy productivo y casi la mitad de la mercancía se vendió), así que vamos a casa de tu mama a dejar el combo y luego salimos. La “fiebre” (emoción) que tenía no era nada normal, pero debía cumplir con mi deber.

Al llegar a mi casa empezó lo que ahora es mi vida, desde el abrir la caja hasta enchufar el amplificador y dar mi primer rasgueo en este mágico instrumento, fue una experiencia inolvidable. Al día siguiente mi madre me despierta y me dice con voz de preocupación y cierta emoción: -¡Hijo te quedaste dormido con la guitarra!- Estaba recostado de mi cama con mi fiel compañera en el pecho, retumbando en todo mí cuarto el feedback producido por las pastillas. Que belleza de momento, que iba a imaginarme yo que así serian todos mis días de lo que decidí como mi profesión: Ser Guitarrista.

En esta foto tenía alrededor de 15 años, miren como el Rock “fluía en mi”, jajaja

Luego de leer infinidades de revistas sobre la guitarra eléctrica por el “rechazo” de todos los que tocaban este bello instrumento en mi barrio, entré a una banda conformada por alguno de ellos, la cual admiraba un montón. Fue una banda conformada por 4 jóvenes de 16 a 17 años de edad y un “viejo” de 35 años, el cual con sus sabios consejos nos llevó a pulir nuestros acordes y melodías. Como olvidar a este “viejo” que me enseñaría una de mis primeras canciones: The House Of The Rising Sun.

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Si algún día llegas a leer estas líneas, gracias maestro por tus consejos, cariño y amistad en este mundo del Rock & Roll, un fuerte abrazo ¡Pomponio!

Nuestras canciones hablaban de protesta social, amores, desamores, oscuridad, muerte y todo lo más “Dark” del momento. Nos considerábamos una banda de Black Melodic Metal con influencias de Trash y hasta Heavy Rock. Cabe destacar que esta banda ya llevaba cierto tiempo en el ámbito musical, mi entrada a la misma fue luego de ciertos cambios en formación y estilo.

Con ellos tuve esa primera probada al Headbanging, el furor y adrenalina que da el escenario y los gritos de emoción, golpes, mordiscos y demás en lo que por aquí llamamos “La olla” (Pogo, Mosh, Death Wall) . Aquí en un momento de silencio levante mi mano derecha y recibí esa emoción y furor en forma de ovación, lleno de lo que para nosotros era Rockear a lo grande.

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Luego de ciertos cambios y diferencias musicales y hasta personales no continué en lo que fue la banda que impulsó esa sed por los aplausos y el compartir mi música en cualquier rincón de mi cuidad. Por esto luego de un tiempo de estudiar de manera más profunda mi instrumento, decidí formar mi primera banda de Heavy Metal Neoclásico: SilveRain.

Fue una tarea casi titánica el buscar los músicos que deseaba para mi gran proyecto, sobre todo la voz que escuchaba en mi cabeza para cada uno de los riffs que había compuesto era de un registro muy alto para un hombre. Y una de las condiciones que tenía era esa, que todos los integrantes fueran hombres (esto no es por nada machista ni algo parecido, solo que en la banda anterior el frontman de la banda era femenina, la cual a su vez era novia del otro guitarrista. No se imaginan las riñas que se formaban porque, si hiciste bien este solo, o desafinaste aquí….Era casi una pesadilla) para que todo fluyera de una manera más sencilla.

Luego de meses de rodar la voz, encontré al bajista quien fue un gran amigo; casi de la infancia, pero el cual no tenía nada que ver con el género, por eso no lo tuve en mente desde el principio; ya que a él le gustaba y tenía una banda de Hardcore Punk y siempre tuve la idea, de que una cosa con la otra; no pegaba. Pero estaba muy equivocado porque el toque arreglista que imprimió este integrante a la banda fue único.

Por un amigo de otro amigo encontré al tecladista quien en su momento lo conocí en uno de los eventos que tuve con mi anterior banda, recuerdo verlo con su chaqueta de cuero, con una carpeta de discos de diferentes géneros y con su 1.65mts de “agresividad” . Siempre fue el chihuahua de la banda. ¡Jejeje! No tenía tamaño para lo peleón que era.

Al baterista lo conocí por el integrante que más me costó conseguir, pero el cual siempre tuve a mi lado, como comente en uno de mis post anteriores, trabajé por mucho tiempo en un estudio musical, y este GRAN cantante visitaba el estudio de al lado, charlaba con el encargado del mismo (el cual fue y es uno de mis grandes amigos y maestros). Siempre lo veía de una manera sencilla y humilde charlar con los músicos que visitaban el estudio, hasta que un día le toco ensayar a él con una banda de versiones. Recuerdo estaban ensayando Pull me Under de una de mis bandas favoritas de todos los tiempos: Dream Theater. Y me quede paralizado, este “pana”; (amigo) alcanzaba todas las notas que por mucho tiempo tenía en mi cabeza cuando componía mis riffs. Y dije: ¡Él es el tipo!